El Pais (Uruguay)

Un programa, cuatro talentos y un camino a la final a pura música

- BELÉN FOURMENT

Con tres mujeres, un hombre y el voto del público para definirlo todo, mañana llegará la final en vivo de La Voz Uruguay, que en su primera temporada se consolidó como uno de los títulos más vistos de la televisión uruguaya. Desde las 21:30, Canal 10 pondrá al aire la despedida de un reality show que confirmó esa creencia popular de que esta es una tierra de cantantes y músicos por doquier.

Acá, cuatro talentos llegaron a la definición tras sortear cinco etapas sin sorpresas: en los finalistas no hubo robos entre los coaches, giros radicales en lo que se podía intuir ni anécdotas desequilib­rantes. ¿Cómo fue, entonces, el camino de Paulina Liard, Micaela Serrón, Cinzia Zabala y Óscar Collazo a la final de La Voz Uruguay?

PAULINA LIARD. Una de las gracias de las audiciones a ciegas fue ver cómo Agustín Casanova lo arriesgaba todo con tal de llevarse participan­tes a su equipo. A Paulina Liard, por ejemplo, se le puso de rodillas tras haber dado vuelta su silla en el último segundo de la canción, le hizo una declaració­n de amor y le prometió hacer “de todo para ganar La Voz Uruguay”. Ahora está cerca del objetivo.

Liard, de 19 años y un pasaje por el Coro Infantil y luego el Juvenil del Sodre, llegó al concurso con “Put Your Records On” de la británica Corinne Bailey Rae, que volvió a interpreta­r en cuartos de final. Entonces fue mucho más sólida, lo que hizo que Abel Pintos, como coach invitado, le dijera que era “deliciosa”.

En el camino, la joven se midió en las batallas con Carmela Amorim, a través de “Peaches” de Justin Bieber. En los knockouts fue la primera elegida de Casanova gracias a su destaque con “Amor narcótico” de Chichi Peralta; y en semifinale­s, en vivo, hizo “Lo más simple de las cosas” a dúo con Guadalupe Martino, y luego consiguió una ovación de pie a través de “Killing Me Softly”, que la confirmó como una de las artistas con más potencial de la temporada. “Pauli es especial”, afirmó Casanova.

MICAELA SERRÓN. Consiguió que los cuatro coaches dieran vuelta su silla en las audiciones a ciegas apenas con los primeros versos de “Corazón mentiroso”, el hit de Karina, La Princesita en el que desplegó una voz arrollador­a. La disputa la ganó Valeria Lynch, que tras ficharla para su team le dijo a sus compañeros: “Acá está el equipo ganador”. Mañana se develará si estaba en lo cierto.

Serrón, que en las audiciones avisó que venía al programa “por todo”, tiene 24 años, es de San Carlos (Maldonado) y se dedica a la música tropical. En el concurso, sin embargo, transitó la balada en los knockouts de la mano de “Perdón, perdón”, donde se opuso a Ángela Portela; y en los knockouts agregó un componente más rockero con “Resistiré”, un clásico.

En cuartos repitió “Corazón mentiroso”, ya con otra impronta, y llegó a las semifinale­s a puro baile: hizo “La tierra del olvido” de Carlos Vives junto a Sofía Oyarzabal, y “Paisaje”, el clásico de Franco Simone, en la versión de Gilda, para volver a brillar en el terreno de la cumbia. Es una participan­te bastante fuerte.

CINZIA ZABALA. Como a Serrón, le alcanzaron pocas palabras para deslumbrar a los coaches, que voltearon apenas comenzó su vistosa versión de “Dance Monkey” de Tones and I. Después entonó “Robin Hood” de Ruben Rada y, como era de esperar, se fue a su equipo. Todavía emocionado, Rada recibió a la floridense, de familia de artistas y quizás la concursant­e más impactante de la temporada por su tipo de voz, su personalid­ad y su presencia escénica.

En las batallas hizo “Superstiti­on” junto a Matías González, pero el formato de dúo y el tono del repertorio la limitaron. Rada igual la eligió para seguir adelante y en los knockouts, tras lucirse con “Girls Just Want to Have Fun” de Cindy Lauper, la cantante reconoció su disgusto y disconform­idad con la performanc­e anterior.

Revirtió esa sensación en cuartos de final, cuando reincidió con “Dance Monkey” y Abel Pintos le aseguró que la suya era de las mejores voces que había escuchado en el ciclo. Y en semis, con “Let It Be” junto a Facundo Burgos, y con su único tema en español hasta el momento, “Vivir así es morir de amor” de Camilo Sesto pero en versión de Nathy Peluso, demostró su pasta de ganadora.

“Lo que has crecido es increíble”, celebró Rada. “Sos una artista maravillos­a. Tenés muchísimo para dar”.

ÓSCAR COLLAZO. Desde su primera aparición con una sensible versión de “La gloria de Dios”, que le valió un lugar en el team de Lucas Sugo, se perfiló como uno de los candidatos más fuertes para ganar La Voz Uruguay. Reúne el tipo de elementos que se suelen valorar en certámenes así donde, al final, decide el público: el virtuosism­o, la sencillez, lo emocional y la historia de vida.

Collazo, que es argentino pero lleva años en Uruguay, que sufrió la pérdida de un hijo y que tiene un fuerte vínculo con la religión, hizo “Recuerdos de amor” en las batallas, junto a Christian Artigas. Allí Sugo le reclamó sentimient­o, y él cumplió en los knockouts, de la mano de “Angels” de Robbie Williams. Volvió a “La gloria de Dios” en cuartos de final, donde logró probableme­nte su mejor actuación del ciclo; y en semifinale­s hizo “No me ames” con Yandira Castro, y “No me doy por vencido” de Luis Fonsi. Emocionado, su coach Lucas Sugo le confesó: “A mí me encantaría tener tu voz”, y eso vale como un reconocimi­ento.

Resta ver, mañana, por quién se inclinará el público: si por la frescura y el potencial de Paulina Liard, por la energía de Micaela Serrón, por el virtuosism­o y la ambición de Cinzia Zabala o por la sensibilid­ad de Óscar Collazo. Las voces están.

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