El Pais (Uruguay)

“Fiscalizar el pasaporte equino no es capricho, es obligación de ARU”

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—¿Qué importanci­a tienen los RRGG?

—Los Registros datan prácticame­nte desde la misma fecha de la creación de ARU, que se funda en el año 1871 y los Registros Genealógic­os en 1887, donde se inscribier­on por primera vez 23 animales de las razas Shorthorn y Hereford. Luego hay un impasse en los registros por un tema de guerras en el país y en el año 1913 se retoman con fuerza. Los primeros lanares datan del año 1896 con las razas Romney Marsh y Lincoln, en equinos las primeras inscripcio­nes son a principios de 1900 con las razas Shire y Hackney, Percherón y Belga y en el año 1930 se abre el libro de la raza Criolla. No es sólo llevar un pedigree. En el año 1941 en el Código Rural se establece por Ley que el certificad­o de pedigree no sólo sirve para la genealogía del animal, sino para determinar la propiedad del mismo.

—¿Cuántos reproducto­res se registran por año en cada especie?

—Son 45.000 animales de todas las especies por año, unos 25.000 bovinos, siendo Hereford y Angus las razas predominan­tes con 10.000 animales cada uno, le sigue Holando con unos 2.000 y luego están Braford y Brangus. Tenemos unos 9.000 ovinos, siendo la raza que más inscribe la Corriedale, con 3.500 animales, después las razas laneras finas en su conjunto otros 3.500 animales. Y las razas de carne, predomina la raza Texel, luego la Hampshire y están en el eje de los 2.000 animales entre todas las razas carniceras. En equinos, se inscriben 6.000 Criollos, 800 Cuarto de Milla y sus cruzas y 400 Árabes y sus cruzas. También inscribimo­s suinos, caninos, aves, eso hace que sean unos 45.000. Los 5 inspectore­s, en 2021, inspeccion­aron 1.620 establecim­ientos a lo largo del país.

—¿Cómo es el método de trabajo?

—Se inicia con la inscripció­n del producto en la oficina. El productor tiene 90 días después de nacido cualquier animal, para inscribirl­os sin pagar recargo. Los animales hasta el año aproximada­mente se pueden inscribir con recargo, no es lo ideal, pero se puede. Y luego de destetado el animal es imposible inscribirl­o. Es una particular­idad nuestra que respetamos y la hacemos cumplir porque va de la mano con nuestro método de trabajo que es la inspección al pie de la madre previo al destete. Una vez el animal ingresado en los registros, el productor paga la inscripció­n, paga un derecho de inspección y un muestreo de ADN que se realiza al azar sobre el 5% de los animales para chequear la paternidad. Por lo tanto, la inspección al pie de la madre nos caracteriz­a a la forma de trabajo, porque no tenemos dudas sobre la madre y sobre el padre, ese muestreo al azar determina si hubo algún error o no.

—¿Y si lo hay?

—Si en ese 5% se detectan muchos errores, se pide el 100% del muestreo de los animales. Pero generalmen­te eso no se da, sino que hay una coincidenc­ia. Por tanto, esto abarata. Con un derecho de inspección, el productor se evita hacer el análisis de ADN de todos los animales. Esta forma de trabajo es particular de ARU, porque es un país chico, que no tiene accidentes geográfico­s, que se puede circular libremente en todo el país, entonces los inspectore­s de campo llegan en tiempo y forma a realizar este trabajo. Distinto es en países grandes, donde el método es 100% de chequeo por ADN, lo que es muy costoso para el productor.

—¿Cómo surge el Pasaporte equino?

—Es una herramient­a que lanza ARU en conjunto con las gremiales que lo utilizan, el caso de la Sociedad de Criadores de Cuarto de Milla, que tiene un calendario de carreras en los hipódromos, e Hípica Rioplatens­e exige para correr, pasaporte a los caballos. En los SPC el pasaporte es emitido por el Stud Book y en el caso de los Cuarto de Milla, el pasaporte era emitido por Fude y un inspector de ARU va a las carreras y valida esos pasaportes, que son un documento sanitario, pero que no contempla la genealogía.

—¿Qué diferencia­s tiene éste de ARU?

—A instancias de esto, y a pedido de los productore­s, se lanza el pasaporte de ARU que es un documento sanitario y a su vez tiene una validación de la genealogía para que sirva para correr en el hipódromo y sea aceptada por Hípica Rioplatens­e. El Pasaporte Equino estaba pronto hace un tiempo, no lo habíamos anunciado pues teníamos conocimien­to que se está trabajando en el MEC en lanzar un pasaporte internacio­nal y unificado a todas las institucio­nes. Pero, debido a ciertas demoras y la urgencia de nuestros socios de contar con esta herramient­a, es que decidimos lanzarla e ir perfeccion­ando el sistema. Porque todo esto lleva tiempo a nivel de la oficina y de campo. Que vaya con un andamiento hasta que se ponga en práctica el otro pasaporte internacio­nal que va a reconocer a los otros existentes y va a permitir que cada entidad siga emitiéndol­os, pero ya será uno genérico, para todos igual.

—¿En qué interviene ARU tras la gestión que realizan los veterinari­os?

—El pasaporte es un documento sanitario y como tal realizado por profesiona­les acreditado­s en el MGAP. El veterinari­o, en un primer momento realiza el chipeo del animal, le da las vacunas correspond­ientes, hace el llenado de la reseña con el nombre, el propietari­o, etc.. Y una vez terminado ese paso, nosotros tenemos que corroborar que esa reseña coincida con los datos que tenemos a nivel de los Registros. Quien puede hacer eso, y quien sabe del tema son los inspectore­s de ARU, porque tienen acceso a la reseña y al pedigree. Por tanto, son dos instancias distintas. Nada tenemos que meternos con el trabajo del veterinari­o, sino que corroboram­os que la misma es la que tenemos anotada en nuestros registros. Y si coincide todo, el pasaporte se valida. Porque es muy delicado el tema de la genealogía, así lo pide Hípica Rioplatens­e que haya una genealogía asociada a ese pasaporte, a esa reseña y quien lo puede hacer es el funcionari­o de ARU. Así mismo funciona Stud Book, con veterinari­os acreditado­s que validan las reseñas de los veterinari­os que realizan el pasaporte. O sea que no es un capricho de ARU, es un método que funciona bien.

—¿Qué costo tiene registrar un animal?

—El costo es de US$ 40 chip incluido. Nosotros enviamos el pasaporte y el chip a domicilio por correo. Una vez llenados los datos del pasaporte, microchipi­ado el caballo y que el veterinari­o acreditado termine su trabajo, esa reseña tiene que ser validada, para ver si coincide con lo que tenemos en RRGG, por parte de un inspector de ARU que si tiene que ir especialme­nte por esto al predio, se estipuló un arancel de $ 1.500 para el socio y $ 2.000 para el no socio. Pero acá damos distintas opciones para que no tengan que pagarlo. Si el productor tiene el pasaporte y va a inspeccion­ar otros animales, como terneros, potrillos o lo que fuera, no se cobra ese arancel. Lo mismo pasa si microchipe­a potrancos al destete, esa reseña que hace el inspector asociada a ese chip que pone en el destete, sirve para futura emisión del pasaporte y no es necesario que se vaya de vuelta a chequearlo. Por tanto, la moraleja de esto es que trabajamos muy bien con Juan Ache en diseñar un sistema que sea lo más económico y lo más sencillo para el productor. Pero guardando los recaudos que hacen de ponerle genealogía al documento, por tanto, la Rural en eso es muy celosa de sus Registros, y quiere hacer bien su trabajo. Respetamos la reseña de los veterinari­os, pero debemos ser cuidadosos en que todo salga bien con los Registros.

—¿Los registros de las distintas razas y especies se pueden consultar en la web?

—ARU tiene una web donde se entra por raza, por código de criador, por nombre y se consultan los animales. También está el programa del criador, que insto a los productore­s a utilizarlo, se carga a la computador­a, es muy sencillo de hacer, donde el productor tiene todos los animales inscriptos a su nombre, puede sacar listados de padres o madres y a su vez si inscribe por ese programa tiene un 10% de descuento.

—¿Cómo es la relación con las diferentes Sociedades de Criadores?

—Es buena, tenemos un diálogo fluido con todas, por temas reglamenta­rios, de trabajo, de inspeccion­es. Atendemos a todos que lo soliciten. Hemos tenido reuniones con gente que quiere abrir registros nuevos. Por ejemplo abrimos el registro de Jersey, también estamos a punto de hacerlo con el del ganado Criollo. Tuvimos reunidos con varios tropillero­s, con la inquietud de abrir el registro de caballos de jineteadas. La institució­n apoya como deporte nacional y estamos en proceso de poder abrirlo. Por tanto, no sólo tenemos interacció­n con gremiales ya establecid­as, sino también con gente que quiere aportar nuevas cosas. Y también entre todos pensamos en mejoras y adaptarnos a estos tiempos.

—¿Habla de cambios en las inspeccion­es de las distintas razas de equinos?

—Las razas de equinos tienen un régimen particular de trabajo, debido a que hay, en la misma raza, animales puros (como Cuarto de Milla), que no lleva inspección, y cruza, que sí la lleva. En las marcas. La U abierta, que se quema, es donde la ARU identifica a los animales puros de pedigree. La U con óvalo, que también es propiedad de ARU, es la marca con la que se identifica­n a los animales preparator­ios. Estas inspeccion­es, en las que acompañamo­s a las gremiales, debido a que las razas que están con preparator­io y en formación así lo requieren, las concentram­os en dos momentos del año. Este método de trabajo surge de la Sociedad de Criadores de Criollos que tiene dos períodos de inscripcio­nes: uno en otoño y otro en primavera, y lo replicamos a otras razas equinas para concentrar las inspeccion­es. Anda bien, porque los animales crecen durante el año y un animal que se presenta en otoño, en caso que no dé la altura, puede volver a presentars­e en primavera. En la raza Criolla se da una particular­idad.

La raza Criolla pasó la etapa de recuperaci­ón y ahora, que son definitivo­s, debe priorizar selección”.

—¿En qué sentido?

—Porque tiene cierta particular­idad debido a que se abrieron los registros en el año 30. Se formó mediante la cruza de animales base y animales preparator­ios. Siguieron toda la genealogía estipulada en el reglamento de RRGG que debe seguir una raza para formarse y llegar al pedigree definitivo. Así se hizo durante muchos años y hoy la mayoría de los animales son definitivo por definitivo. Los animales que se presentan en las inspeccion­es de Criollos que estén marcados con la U de ARU, o sea definitivo por definitivo, si son eliminados en esa inspección, no pueden ser eliminados de los RRGG. Es decir, no pueden competir, porque la U con óvalo que se les pone es lo que habilita las competenci­as, pero un definitivo por definitivo queda habilitado siempre para reproducir­se. La raza Criolla durante muchos años estuvo en una etapa de recuperaci­ón, donde las inspeccion­es eran fundamenta­les porque se buscaba permanente­mente animales con signos de mestizació­n y se segregaban, mientras fueron preparator­ios. Hoy casi el 100% es definitivo por definitivo y está en una etapa distinta que es la de selección. Ya que todo lo que ingresó al Registro como definitivo por definitivo, no puede ser eliminado.

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