¡Levántate y anda!
Cuando la Rusia comunista en 1991 se desplomó como un castillo de naipes, un relato explicaba parte del fracaso en que nadie se levanta a las ocho de la mañana para ordeñar una vaca del Estado. Resaltaba que la oligarquía soviética acomodaba las sentaderas en un mare magnum de anquilosadas empresas estatales. Paradojalmente en nuestro país hoy discípulos de tal esperpento están abocados desde la comodidad de la instalación industrial a fundir a los tamberos de Conaprole. Parte de la generalizada agresión organizada por el frente de sindicalistas opositor al actual gobierno nos evoca realidades copernicanamente distintas.
En 1992 participé como Subsecretario de Trabajo de una delegación invitada por la Agencia Laboral de Japón. Se orientaba a conocer en el lugar las relaciones laborales y la forma de vida de dicho país. Viajamos con un representante empresarial y otro del Pit-cnt. Sobre el final nos ofrecieron tomar contacto con alguna organización que nos fuese individualmente de interés. El sindicalista pidió conocer un sindicato del caucho (trabajaba en la desaparecida firma Funsa) y personalmente pedí visitar un estudio jurídico que asesorase a empresas mundialmente notorias. Nos respondieron no era posible.
Lo del sindicato porque allá no hay una barra de desaforados gimnastas del “rompantodo”. Las relaciones de trabajo son por empresa y establecimiento. Si hay ganancias hay bonos especiales, si la mano aprieta se ajusta el cinturón. Casi la mitad de los grandes establecimientos suelen acordar relaciones de trabajo de por vida y satisfacen todas las necesidades del trabajador y su familia. Lo cotidiano es el diálogo interno permanente para mejorar la tarea. En otro orden en la cuarta potencia económica del mundo por su participación en el PIB planetario… ¡no hay empresas estatales! Como tampoco las hay en la primera, los Estados Unidos —¡el imperialismo yanqui!”— con la excepción del Correo, próspera agencia independiente del gobierno nacional. Igual pasa en la Unión Europea, segunda potencia mundial, donde han privatizado las que habían parcial o totalmente ¿Cómo pueden las democracias liderar las grandes ligas sin una Fancap, un Sendic, un Gas Sayago, un Antel Arena, un Alas-u, un Envidrio…? Misterio. Pereira, Abdala, Andrade y Cía. seguramente tengan respuesta.
Y, sobre mi interés por conocer un estudio jurídico pegué lejos del clavo. No existe
El gobierno nacional nos sacó de la pandemia y se bate con los huracanes que llegan de Ucrania.
en Japón “m´hijo el ´dotor´”. Los abogados son cuantitativamente, muy pocos. Rige la idea de que los conflictos humanos deben arreglarlos directamente los implicados, con la asistencia de familiares, técnicos, economistas, o quien sea que sirvan a una solución. No hay afán por litigar. Sobre el asesoramiento internacional en materia legal me explicaron que las grandes empresas contaban para ello con el respaldo de estudios estadounidenses de primera línea.
El gobierno nacional nos sacó de la pandemia y se bate con los huracanes que llegan de Ucrania. La certeza en el rumbo se expresa en el crecimiento del PIB, de 4,8% para este año, acompañado por la creación de 40.000 nuevos empleos. Otro porcentaje distinto merece cita. Cuando los barras bravas de los sindicatos de la educación hicieron paro recientemente una rotunda mayoría de los profesores y personal de secundaria y UTU trabajaron. Hay un Uruguay calmo que se levanta y anda.