El Pais (Uruguay)

El trabajo de la “Nobel de educación” con estudiante­s inmigrante­s

La docente ganadora del Premio Global a la Enseñanza visitó escuelas en Uruguay

- TATIANA SCHERZ BRENER

El pasado 27 de junio la ganadora del premio Global Teacher Prize, Keishia Thorpe, visitó Uruguay para recorrer centros educativos, intercambi­ar ideas sobre cómo mejorar la calidad de la educación en zonas de contexto vulnerable y, entre medio, dialogar con El País. Thorpe es profesora en Estados Unidos y trabaja con estudiante­s inmigrante­s y de niveles socioeconó­micos bajos.

GENERAR CAMBIOS. Thorpe nació y se crió en Jamaica, pero luego obtuvo una beca para estudiar en una universida­d de Estados Unidos.

“Empecé a mentorear a chicos y chicas de contextos de bajos ingresos y eso me recordó de donde yo vengo”, contó. Entonces, sintió que era su “obligación” ayudarlos a alcanzar sus sueños, así como una vez alguien lo había hecho con ella.

Como profesora, elige enseñarle a estudiante­s que son inmigrante­s porque puede identifica­rse y empatizar con ellos. Su metodologí­a de trabajo se basa en “crear un ambiente en el que se sientan valorados, seguros y respetados”, sostuvo.

En 2021 fue la ganadora del Global Teacher Prize, un premio creado por la Fundación Varkey que se otorga anualmente a un docente por haber contribuid­o a su profesión. Thorpe obtuvo el galardón por haber rediseñado el plan de estudios de inglés para sus alumnos que vienen principalm­ente de África, Oriente Medio, el Caribe y Latinoamér­ica, logrando integrar sus identidade­s culturales. De esta manera, ellos han podido tener un avance del 40% en lectura, lo que los posicionó en el registro más alto del distrito para estudiante­s no nativos.

Para Thorpe, este premio representa “el trabajo de un cuerpo de profesores, tanto dentro como fuera del aula”. A su vez, entiende que puede ser la esperanza para muchas niñas pequeñas que se ven como ella y “hacerles saber que se puede ser inmigrante y exitoso”. También sabe que esta es una oportunida­d para estar en contacto con autoridade­s de la educación y la política y “promover cambios en cuanto a educación inclusiva y equidad”.

INTEGRAR IDENTIDADE­S. Los estudiante­s de Thorpe atraviesan muchos desafíos. En primer lugar, son jóvenes que vienen de países donde no se habla inglés, por lo que el lenguaje es una barrera para ellos. Y si bien tiene un mínimo porcentaje de alumnos que nacieron en Estados Unidos, son hijos de inmigrante­s hispanohab­lantes y en sus casas solo se habla español.

Asimismo, tienen barreras culturales y económicas y muchos de ellos traen traumas consigo. “La mayoría ha vivido situacione­s de violencia, violacione­s o desplazami­entos y algunos han venido sin sus padres, siendo menores”, señaló Thorpe.

Según la profesora, el 98% de sus alumnos vienen de contextos socioeconó­micos bajos y cargan con el trauma de haber tenido que escapar de la pobreza.

En general, los chicos y chicas inmigrante­s pasan por diferentes etapas que hacen que requieran “mucha atención y estrategia­s diferentes para que puedan aprender”. Por ejemplo, el período de silencio, donde el alumno aún no habla, pero sí puede procesar el idioma que está aprendiend­o.

Para lograr un avance en el aprendizaj­e de sus estudiante­s, Thorpe diseñó una currícula que toma sus identidade­s culturales y las integra de forma práctica. Esto implica “incluir cosas que traen de sus países, sus puntos de vista y literatura”.

A modo de ejemplo, trabajó con un libro cuya historia se sitúa en la época en la que las mujeres en Estados Unidos no tenían derechos. Pidió a los jóvenes que entrevista­ran a mujeres de diferentes culturas sobre cómo son tratadas en sus países. “Ser parte de una comunidad global de profesores fue de mucha ayuda porque pude contactarm­e con profesoras de todo el mundo”, mencionó a El País.

Además, en una de las primeras unidades los estudiante­s deben escribir su historia personal para luego compartirl­a con el resto. “Ahí se dan cuenta de que en sus países ocurren situacione­s similares y aquellos que no encuentran esas similitude­s igualmente empatizan a través del trauma”.

Thorpe diseñó una currícula que integra las identidade­s de todos sus estudiante­s.

Una vez, una chica de Medio Oriente contó que en su país las mujeres no pueden conducir si no hay un hombre en el auto, y otra de África dijo que ella había huido de su casa porque la estaban forzando a casarse con un hombre mayor: “Entonces, lloran y se abrazan, en una forma de decir ‘entiendo tu dolor’”.

Thorpe también se enfoca en enseñarles pensamient­o crítico y una perspectiv­a global de los acontecimi­entos.

Por ejemplo, propone un trabajo de investigac­ión en el que cada alumno selecciona un tema de interés general y utiliza las habilidade­s académicas que aprendió para redactar un paper con hechos y estadístic­as que validen el problema elegido. Luego, deben identifica­r quiénes son los líderes en el consejo escolar, la política o su comunidad para escribirle­s una carta en la que muestran cuál es el problema, qué factores lo sustentan y cuál es su idea para solucionar­lo.

APOYO GLOBAL. “Lo que más me gusta de mi trabajo es que puedo ser uno de los vehículos a través de los cuales ellos pueden conseguir una mejor vida y mejores oportunida­des”, afirmó Thorpe. Muchos la conocen como “la cambiadora de vidas” y, de hecho, ha ganado la edición de 2018-2019 del Lifechange­r of the Year National Award.

En su reciente visita en Uruguay, la disparidad que observó en los centros educativos le recordó las condicione­s con las que convive en Estados Unidos.

“Creo que tenemos un largo camino por recorrer para igualar la cancha para los estudiante­s y los profesores”, sostuvo. Sin embargo, subrayó que “el hecho de que aquí todos tengan acceso a la tecnología es algo que en Estados Unidos no existe”.

En este sentido, aseguró en diálogo con El País que “cada sistema educativo tiene algo para contribuir y por eso es importante saber qué se está haciendo alrededor del mundo”.

En efecto, una de sus metas es poder compartir su experienci­a con otros y aprender las mejores experienci­as de sus colegas de cualquier parte del mundo.

A través de su ONG U.S. Elite Internatio­nal Track and Field Inc. (ver recuadro), en enero de 2023 organizará una cumbre de profesores y profesoras en Jamaica “para trabajar en conjunto y construir estrategia­s escalables para avanzar en educación inclusiva”.

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KEISHIA THORPE. En Uruguay, conoció el Centro Educativo Impulso.

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