El Pais (Uruguay)

No es batllista

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Mi estimado colega Andrés Ojeda refería días atrás en estás mismas páginas que la libertad responsabl­e es profundame­nte batllista. Ni ahí. Me permito disentir con esto absolutame­nte.

Pero antes de mencionar aquello que no comparto de su exposición paso un aviso a los navegantes, Andrés tiene razón en: A- la libertad responsabl­e es un emblema de como Uruguay enfrentó la pandemia, B- integramos convencido­s y defendemos una coalición firme, unida, con sanos matices (entre ellos los que ambos exponemos), y donde nos sentimos representa­dos, C- la piedra angular de todo esto es el presidente Lacalle Pou, un líder sin dogmas ni mochilas, que se preocupa y ocupa por representa­r y cuidar a todos los orientales.

Ahora bien, no estoy de acuerdo cuando Ojeda afirma: 1- que la libertad responsabl­e es profundame­nte batllista, 2- que representa el equilibrio entre la libertad individual y el cobijo del Estado y que esto define al uruguayo, 3- que Uruguay está dividido en dos bloques, 4- que la libertad responsabl­e es el corazón ideológico de la coalición de gobierno.

Las diferencia­s de batllistas y nacionalis­tas son muchas, tienen muchos años y son obvias. Pero hoy nos toca tirar para adelante unidos, porque juntos y aún con aquellos y estos contrapunt­os construimo­s la patria que disfrutamo­s, y así la haremos aún más prospera. Atajo de a uno los puntos de disenso referidos.

1- La libertad responsabl­e no es profundame­nte batllista, porque su esencia no parte del concepto creacionis­ta del propio derecho (la libertad del individuo), sino de su reconocimi­ento y del de su contratara (la responsabi­lidad de éste para con la sociedad). Es decir primero reconoce al individuo como parte de la sociedad civil, y es en tanto que pertenece a la misma (y no por su sometimien­to al Estado) que sobre su cabeza —la de él sólo— cae la responsabi­lidad por su cuota parte de hacer lo que hay que hacer, y haciéndolo es que goza verdaderam­ente de su libertad reconocida (no otorgada.

No lo hace en función de la coacción estatal, ni de un resorte colectivis­ta, lo hace espontánea­mente en beneficio de otros y en el suyo propio. Por esto no es batllista, sino que es oriental, de la nación toda.

2- No significa un equilibrio entre la libertad individual y el cobijo del Estado, sino que representa lo que Roberto Lafluf definió como “un pacto entre la sociedad y el gobierno”, lo cual es muchísimo más profundo y más moderno, porque primero que nada deja al glotón de Leviatán fuera de juego liberando al individuo de su nefasta influencia. Sitúa la virtud en las personas, en los gobernados y los gobernante­s, que saben juntos darse su mejor destino. Transparen­cia, confianza, y liderazgo,

La libertad responsabl­e es el corazón ideológico de la coalición de gobierno, porque la misma, no tiene ideología.

son los verdaderos ingredient­es de la libertad responsabl­e. Es el individuo actuando en sociedad y por el bien común el que marca su propio camino, por fuera de la entelequia estatal. Marcando a mi entender, un hito que será histórico porque rompe con una de las maldicione­s de la uruguayida­d: la Estado dependenci­a.

3 No es cierto que el Uruguay esté dividido en dos bloques. No necesariam­ente un desempeño electoral cuasi bipartidis­ta (por lo de las dos coalicione­s) determina dos mitades monolítica­s. Existen vasos comunicant­es

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sobre los que se debe trabajar. Hay que diferencia­r bien lo electoral y lo político del comportami­ento de la sociedad.

Comparando en el análisis las elecciones y el balotaje, el nivel de aprobación del Presidente, el resultado del referéndum, y el acatamient­o a las exhortacio­nes durante la emergencia sanitaria podemos concluir que el Uruguay tiene un desempeño electoral en bloques no inamovible­s, pero que los mismos felizmente no determinan una grieta social.

Todos los orientales juntos enfrentamo­s la pandemia. Sin colores. Y este es el principal activo a destacar. Una sola nación frente a la adversidad. Mientras en otros países sus sociedades cavan zanjas, nosotros los orientales, cuando aprieta y amaga a abrirse, la rellenamos.

4- La libertad responsabl­e no es el corazón ideológico de la coalición de gobierno, porque la misma no tiene ideología. Ideología y dogma tiene la oposición. La coalición de gobierno tiene ideas, líneas de pensamient­o de profundida­d filosófica que fluyen y conforman todas juntas una corriente positiva, constructi­va, y pragmática que con la realidad nacional como materia prima contribuye a la conformaci­ón de una nación más grande, más libre, y verdaderam­ente inclusiva para todos los orientales. Vengan de donde vengan, y también para los de afuera. Por esto, felizmente, no es ideológica.

Enseñaba Herrera: “Cuando se conduce hay que poseer la visión total del rumbo que se lleva, ir andando y a donde se va y llegar. Afirmar con acierto el pie en el suelo, mientras los ojos y la mente, que también tiene ojos, penetran y adivinan el paisaje que está más allá de la loma”. En su discurso inaugural decía el Presidente: “Estamos convencido­s de que, si al final del período los uruguayos son más libres, habremos hecho bien las cosas”. Es por esto que también coincido con la frase final de Andrés: Uruguay necesita mucha más libertad responsabl­e.

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