El Pais (Uruguay)

Guerra interna en Afutu por dinero desapareci­do

Echaron al que hizo la auditoría y durante seis años no hicieron elecciones

- PABLO MÉNDEZ

En medio de una guerra interna por la desaparici­ón de más de US$ 560.000 de sus arcas, la Asociación de Funcionari­os de UTU (Afutu) llamó a elecciones por primera vez en seis años —cuando deberían hacerse cada dos. Pese a las denuncias que se habían hecho ante el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) por esta irregulari­dad, y de las duras críticas contra la dirección del gremio por parte de los encargados de sus finanzas, la oficialist­a Lista 11 volvió a ganar. En tanto, algunos de sus detractore­s se preparan para crear un nuevo sindicato, pues advierten que el existente no representa como debería a los trabajador­es.

Es el propio estatuto del sindicato el que establece que debe convocarse elecciones cada dos años. Desde el gremio justifican que no se haya llamado a estas desde 2016, primero por la desaparici­ón del dinero en 2018 y segundo por la pandemia en 2020.

En 2018 lo que pasó es que “se perdieron” boletas por egresos que sumaban una cifra superior a los US$ 560.000, algo que fue denunciado por los ahora exintegran­tes del sindicato Daniel Maciel y Víctor De León. El primero dirigía en ese entonces las finanzas del gremio y el otro la secretaría de organizaci­ón. Luego de esto — que se descubrió tras una auditoría interna—, Afutu no tuvo más remedio que denunciar el caso a la Justicia, pese a la oposición de muchos dentro del gremio. La causa fue archivada por falta de pruebas, luego se volvió a abrir y recienteme­nte se archivó una vez más.

La actual presidenta del sindicato, Mabel Mallo, sostiene que en 2018 fue la secretaría de finanzas —dirigida por Maciel— la que no quiso aportarlos fondos para llevar a cabo el congreso nacional de Afutu y las posteriore­s elecciones de autoridade­s.

Maciel niega esta acusación y sostiene: “Lo que en realidad querían hacer era armar un congreso para echarnos, y luego de eso llamar a una elección”. Esto fue lo que finalmente pasó a partir del año pasado.

En 2021, cuando la polémica entre las diferentes fracciones del gremio se hacía insoportab­le, una agrupación regional de Soriano se lanzó a juntar firmas y luego presentó una denuncia ante el MEC advirtiend­o que se estaba en falta por no haber llamado a elecciones.

Para Mallo “Afutu salió ileso” de las acusacione­s de algunos miembros del gremio en cuanto a que algunos se querían perpetrar en sus cargos. “Si fuera real esa acusación yo saldría en primera plana, más con este gobierno”, dijo Mallo, que ha estado en la mira de la senadora Graciela Bianchi, quien hizo un pedido de informes para saber el estado funcional de la docente, cuántas horas tenía, si había sido sancionada y cuántas veces faltaba por licencias sindicales. Esto fue fuertement­e criticado por el Frente Amplio.

LA ELECCIÓN. Finalmente, luego de seis años, se logró hacer en 2021 el congreso. Y este no estuvo exento de polémicas, pues allí se resolvió —según el acta del encuentro a la que accedió El País— “suspender por cuatro períodos, a efectos de ser elegible”, al entonces secretario de finanzas, Maciel, y a todos los que trabajaban con él en la misma área. Luego de esto Maciel presentó su renuncia a la secretaría que estaba a su cargo y en 2022 se desafiló.

“Primero me lo hicieron a mí y después al resto de nuestra agrupación”, dijo Maciel, que ahora quiere fundar un nuevo gremio (ver aparte).

En la anterior elección de Afutu se presentaro­n siete agrupacion­es. Al secretaria­do llegaron cinco, y luego pasaron a ser seis porque una de ellas, la mayoritari­a, se dividió. La lista que ganó era una alianza entre el MPP, el Partido Comunista y el Socialista. De ahí salió el presidente Juan Pérez —que dejó el cargo para ser presidente del Codicen al final del último gobierno frenteampl­ista. La separación se dio porque Pérez en un momento apoyó a Martínez y a De León.

Segunda en esas elecciones salió la lista 8316, donde había miembros de Plenaria Memoria y Justicia, y frentistas independie­ntes. Tercera quedó la lista de Maciel, en su momento cercana a la Liga Federal del entonces diputado Darío Pérez, pero que llegó a conseguir el apoyo de algunos militantes del Partido Nacional y el Colorado. Cuarta quedó la agrupación Figari, de frentistas independie­ntes. Y quinto el Movimiento Clasista, de De León, entonces cercano a la lista 711 del exvicepres­idente Raúl Sendic.

En la elección de la semana pasada, en tanto, se presentaro­n cuatro listas que develaron nuevas alianzas luego de la catástrofe interna. La ganadora fue la 11, que revivió la alianza entre cercanos al Partido Comunista, el MPP y sumó a integrante­s de la agrupación Figari. Esta fue encabezada por Ana Borges, referente departamen­tal de la 609 en San José.

Las otras tres listas, que sobre todo agrupan a frentistas que se dicen más moderados, ahora son las que reclaman más transparen­cia y acceso a la informació­n interna.

Mallo: “Si fuera real lo que dicen, con este gobierno estaría en la primera plana”.

Maciel: “Los que están son los que retiraron dinero de cuentas del gremio”.

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AFUTU. Desde que desapareci­eron boletas por más de US$ 560.000 en el año 2018, el sindicato de la UTU vive en una constante batalla interna.

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