Noche de paz
Noche de amor, noche de paz” es un villancico. La música pertenece al organista Franz Xaver Gruber y la letra al sacerdote Joseph Mohr (1818). Ambos eran austríacos. La letra arraiga en el nacimiento del niño Jesús en Belén, con su significado de redención que ha sido de principio hasta nuestros días para buena parte del cristianismo. En oportunidades trascendiendo credos y fronteras dicho sentimiento de paz ha promovido incluso una tregua entre bandos enfrentados en crueles batallas. No siempre ha pasado así. En Ucrania ahora Putin ha descartado un alto el fuego ante la celebración, redoblando el ataque contra la población del país invadido, aferrada a la defensa mártir de su tierra.
Con más cercanía cultural muchos entonamos en años lejanos con motivo de esta celebración el: “Pastores venid, pastores llegad /A adorar al niño, a adorar al niño/que ha nacido ya”. Dentro del marco hogareño caracterizado por el arbolito nevado con sus adornos y regalos envueltos al pie que han agitado por siglos la ansiedad infantil. La realidad que vivimos, insertos en un mundo electrónico y virtual, en el que celulares y “tablets” abren al ser humano horizontes de dimensión infinita desde la infancia quitan inocencia a evocaciones como la que se menciona. La que mantiene igual su convocatoria y magia.
No tiene aceptación universal. Su origen es occidental y si se profundiza sus antecedentes se trasladan a la vieja Babilonia. Allí se le vincula con deidades y fiestas paganas, en las que entre otras cosas se idolatraba a un grueso tronco de árbol —la fertilidad— lo que explicaría la presencia de los tradicionales arbolitos navideños con adornos multicolores que conocemos.
La Iglesia Católica y su sincretismo han jugado un papel relevante respecto de la festividad en curso, celebrada incluso en fechas distintas por otros cultos cristianos. Al tiempo que es negada por otras religiones, y hasta ignorada sin más en diversas partes del planeta.
La expresión “navidad” viene de la palabra latina natilis o nativiti que significa nacimiento. El nacimiento del hijo de Dios para los católicos fue ubicado en el solsticio —momento de la ocurrencia de un fenómeno astronómico— que inicia el invierno (o el verano, según el lugar del planeta que se trate) dentro del que se le vinculó directamente al día 25 de diciembre. Día que por lo mismo no guarda necesariamente relación estricta con el del nacimiento de Jesús. Un
La Navidad de tradición vieja revive en tiempos nuevos.
aporte relevante a la tradición navideña fue el de San Nicolás de Bari (270 D.C.). Quien en tiempos de los emperadores romanos convertidos al cristianismo, acostumbraba a efectuar regalos a los niños en dicha fecha, lo que naturalmente despertaba generalizada alegría. Elevado a su muerte a los altares comenzó a ser objeto de veneración como San Nicolás o Santa Claus en épocas navideñas. Dentro de la zona de influencia del cristianismo en el centro y norte de Europa evolucionaron a partir de esta referencia el señor barbado, de roja vestimenta, con su bolsa de regalos, su trineo, sus renos y…la nieve. Ello explica la incongruencia entre las referencias nevadas y Papá Noel muy abrigado que conocemos en estas fechas, que son para nosotros el comienzo de nuestra temporada de sol y playa.
Dejando a un lado otras consideraciones la Navidad — concluyamos— igualmente sigue reavivando afortunadamente un sentimiento generalizado de familia, amor y paz.