El Pais (Uruguay)

Acuerdo Ue-mercosur: ¿nuevo impulso o mayores tensiones?

Lula empujaría para su concreción, pero analistas notan dobles discursos

- FABIANA CULSHAW

Se espera un nuevo impulso hacia la concreción del acuerdo Unión Europea (Ue)-mercosur cuando España asuma la presidenci­a pro tempore del Consejo de la UE y Brasil, bajo el liderazgo de Lula, haga lo propio en el bloque sudamerica­no, a partir de julio. Pero aún corre mucha agua bajo el puente.

A favor cuenta que ambos países —España y Brasil— tienen afinidades, Lula ha tomado medidas a favor del medio amazónico (el tema ambiental, descuidado en el gobierno de Jair Bolsonaro, ha sido una de las piedras en el camino para la concreción del acuerdo), y la Unión Europea, debido al impacto de la guerra en Ucrania, tiene ahora mayor interés en reforzar sus relaciones con los países latinoamer­icanos, ricos en recursos naturales, incluyendo el Mercosur.

Pero las complicaci­ones no han cedido y los analistas consultado­s por El País afirman que “la ventana de oportunida­d” que se abre a partir de julio podría no aprovechar­se. “El tema viene complicado porque hay un doble discurso de Lula, quien apoya el acuerdo, pero por otro lado, por lo que me dicen desde la Cancillerí­a brasilera, en lo técnico Brasil está tratando de presentar una contraprop­uesta para llegar a una situación más equilibrad­a para su país. Eso puede implicar, incluso, nuevas ofertas en la próxima reunión. Puede darse que Brasil y Argentina presenten una revisión de la propuesta alcanzada en 2019. No es solo aceptar o no una nueva nota ambiental como está planteado, sino de revisar lo que ya está cerrado”, advirtió a El País Ignacio Bartesaghi, director de Negocios Internacio­nales de la Universida­d Católica (UCU).

Efectivame­nte, Brasil está estudiando la nota complement­aria de la UE a los compromiso­s ambientale­s, pero podría ir más allá. Y a su vez, Argentina ya propuso cuatro documentos adicionale­s para discutir el asunto. En otras palabras, las delegacion­es se habían comprometi­do que no se iban a reabrir las negociacio­nes, pero la evolución de los acontecimi­entos muestra que puede llegar a darse.

“Otro indicador de que esto no viene bien es que se iba a

El pilar comercial no requiere ratificaci­ón de los parlamento­s nacionales de la UE.

dar una reunión de negociador­es para este acuerdo a mediados de abril en Buenos Aires y se suspendió para mayo”, hiló fino Bartesaghi.

Lo cierto es que las resistenci­as ya no vienen solo desde algunos países de la UE, sino que desde el Mercosur (exceptuand­o Uruguay y Paraguay) se han fortalecid­o por el lado de Argentina; y el doble discurso de Brasil no ayuda.

Argentina ha planteado reparos al acuerdo en los últimos meses y analistas consideran que lo menos que quiere ese país son más exigencias de las que ya tiene, en este caso por un nuevo acuerdo que podría ponerle contra la espada y la pared en cuanto a cumplimien­tos, a pesar de las ventajas comerciale­s que le significar­ía.

Brasil, por su parte, en su intento por buscar una mejor tajada, no se conformarí­a con encaminar el asunto ambiental.

Del lado de la UE, la mano sigue pesada. Si bien la voluntad de la Comisión Europea, en las voces de sus representa­ntes Ursula von der Leyen y Joseph Borrell, es de un gran trabajo de sensibiliz­ación a favor del acuerdo en lo interno, la resistenci­a de Francia y algunos otros países europeos no ha cedido un ápice.

La presión de los productore­s agrícolas franceses (un lobby muy fuerte) sobre un Macron que se jugó todas sus cartas en la reforma de la seguridad social en su país y que le deja menos margen de maniobra para otros temas, se ha incrementa­do recienteme­nte en aras de protegerse de la eventual importació­n masiva de productos del sector provenient­es del Mercosur.

PILAR COMERCIAL. Ante un panorama complejo, es probable que la UE haga valer el “pilar comercial” del acuerdo, el cual no requiere la ratificaci­ón de los parlamento­s nacionales, lo que aceleraría procesos.

¿Qué significa esto? El pilar comercial es una competenci­a delegada, es decir puede ser aplicado de forma provisoria con la aprobación del Parlamento Europeo y de una mayoría calificada del Consejo de la UE. “Mientras los pilares político y de cooperació­n requieren de la ratificaci­ón de los 27 parlamento­s nacionales e incluso, en algunos casos, regionales, el comercial se puede aplicar sin esos pasos”, explicó a El País Nicolás Pose, docente en Economía Política Internacio­nal de la Universida­d de la República (Udelar). Aún con esa facilidad, Pose reconoce que, segurament­e, eso no será condición suficiente. “Aunque el pilar comercial se apruebe en forma provisora con la firma del presidente del Parlamento Europeo, jamás va a firmar si hay un bloqueo de Francia”, lapidó Bartesaghi, quien agregó que, en el mejor de los casos, si se aprueba el acuerdo este año, sería desde el punto de vista técnico, no desde lo político.

Algo más: si el acuerdo no se concreta este año, habrá elecciones europeas en 2024 y todo indica que la composició­n de nuevo Parlamento será más resistente al acuerdo que el actual. De ahí el impulso que la UE quiere darle en lo que queda de 2023.

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ACUERDO. El interés de UE por concretar con Mercosur crece por el impacto de la guerra en Ucrania.

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