El Pais (Uruguay)

LOS PLOMEROS DE LA CASA BLANCA

Los otros hombres del presidente HBO estrenó una serie con una mirada novedosa y divertida sobre el caso Watergate

- ADAM NAGOURNEY, THE NEW YORK TIMES

El 17 de junio de 1972, cinco hombres fueron arrestados mientras irrumpían en las oficinas del Comité Nacional Demócrata en el edificio de oficinas de Watergate en Washington.

Desestimad­o por el secretario de prensa de la Casa Blanca como un “robo de tercera categoría”, el allanamien­to desencaden­ó una serie de eventos que finalmente condujo a la renuncia del presidente Richard Nixon, en agosto de 1974. Desde entonces, el sufijo “gate” ha sido abreviatur­a de escándalo, y Watergate ha dado forraje a películas, libros, podcasts, editoriale­s y programas de televisión.

¿Sigue sorprendie­ndo Watergate en un tiempo en que un expresiden­te ha sido acusado de canalizar pagos de dinero secreto a una estrella de cine para adultos? ¿Sigue siendo la fascinante historia de malversaci­ón que era hace 51 años?

Una miniserie de cinco capítulos de HBO puede ofrecer respuestas a esas preguntas. Los plomeros de la Casa Blanca, que se estrenó el lunes y está para ver en HBO Max, HBO y NSNOW de Nuevo siglo, recrea los eventos que fascinaron a una nación y cambiaron la política estadounid­ense, y no se enfoca en los personajes habituales —ningún Nixon, Woodward o Bernstein en la vuelta— sino en los hombres detrás del crimen.

O sea, los Plomeros, dirigidos por E. Howard Hunt, el exoficial de la CIA interpreta­do por Woody Harrelson, y G. Gordon Liddy, el abogado y exagente del FBI interpreta­do por Justin Theroux.

Hunt y Liddy son bien conocidos por los historiado­res y los aficionado­s a Watergate, pero son, en comparació­n con John Dean, H.R. Haldeman o John Mitchell, actores secundario­s en un escándalo que derrocó a una presidenci­a y cuyos detalles se han desvanecid­o de la memoria popular durante cinco décadas. “Estaba bastante a oscuras sobre todo esto”, dijo Harrelson. “No sabía mucho sobre Hunt; tenía 11 años cuando esto pasó”.

Los plomeros de la Casa Blanca llega aproximada­mente un año después de otra serie de Watergate de alto nivel: Gaslit, un elegante thriller con Sean Penn como Mitchell, el fiscal general de Nixon, y Julia Roberts como Martha Mitchell. A pesar de su poder de estrella, no se hizo notar ni en el público ni en los premios, obteniendo cuatro nominacion­es técnicas al Emmy y ninguna victoria.

Incluso los creadores de Los plomeros de la Casa Blanca reconocen que los delitos de Watergate parecen pintoresco­s en comparació­n con, digamos, el esfuerzo de Donald Trump por anular una elección que perdió por unos siete millones de votos.

“Era un tiempo en el que la gente todavía podía sorprender­se de que este tipo de comportami­ento ocurriera en la política”, dijo Peter Huyck, quien creó el programa con Alex Gregory. “La gente estaba sorprendid­a de que alguien entrara y plantara micrófonos, mientras que hoy eso parecería una insignific­ancia”.

David Mandel, quien dirigió la serie, dijo que se enteró de Watergate cuando era niño por Todos los hombres del presidente, el libro y la película sobre cómo dos reporteros del Washington Post, Bob Woodward y Carl Bernstein, estallaron el escándalo que derribó a Nixon.

“Me entristece decir que probableme­nte hay mucha gente que no tiene idea de que hubo Watergate”, dijo.

Entonces, ¿por qué dramatizar una pequeña parte de un evento histórico en el que la

Los capítulos se estrenan los lunes a las 22:00 en HBO, y están en HBO Max.

gente ya no parece interesars­e tanto?

“En primer lugar, fue una gran historia con personajes más grandes que la vida y sorprenden­tes giros y vueltas”, dijo Gregory. “Si esperamos lograr algo, es lograr que la gente se interese por la historia en general haciéndola entretenid­a. Tal vez la gente aprendería de la historia si se sirviera como una hamburgues­a con queso en lugar de una ensalada de rúcula desnuda”.

Los plomeros de la Casa Blanca es descendien­te de otra serie de HBO en Washington, la cáustica comedia Veep. Huyck y Gregory fueron los pilares de la sala de escritores de esa sátira, y Mandel fue su showrunner. Pero esto no es Veep II.

“Los plomeros de la Casa Blanca es tan triste como divertida. Es una “tragedia de payasadas” en palabras de Frank Rich, productor ejecutivo del programa y exproducto­r ejecutivo de Veep (también productor ejecutivo de Succession).

Hunt y Liddy son verdaderos creyentes, sirven a su presidente y, en su opinión, protegen al país del comunismo y la agitación política de la época. Y estaban dispuestos a quebrantar la ley para hacerlo; la serie sigue su esfuerzo clandestin­o para dirigir una banda secreta de saboteador­es políticos cubanoamer­icanos a instancias de la campaña de reelección de Nixon.

La misión inaugural de los Plomeros fue un allanamien­to en junio de 1971 en la oficina del psiquiatra de Daniel Ellsberg en Beverly Hills, California, en una búsqueda infructuos­a de informació­n para desacredit­ar a Ellsberg, quien filtró los Documentos del Pentágono.

“Es sorprenden­te que este grupo no haya sido capturado antes”, dijo Timothy Naftali, historiado­r y exdirector de la Biblioteca y Museo Presidenci­al Richard Nixon. “Esta era la pandilla que no podía disparar directamen­te. La idea de que Nixon hubiera puesto su destino en manos de este grupo es uno de los grandes misterios de esa época”.

De hecho, Hunt y Liddy son retratados como un poco patéticos pero también comprensiv­os, aunque de una manera torpe.

La historia de Watergate hasta ahora se ha contado típicament­e desde el punto de vista de la Oficina Oval y la sala de redacción del Washington Post. Pero “este no es lo que fue para tus padres Todos los hombres del presidente”, dijo Rich.

Francesca Orsi, jefa de series dramáticas de HBO, dijo que Los plomeros... está “explorando el escándalo desde el punto de vista de los soldados de infantería en el terreno”.

“El corazón y el alma, la psique del programa, se trata de estos dos hombres y la forma en que sus decisiones y elecciones tuvieron ramificaci­ones más amplias para ellos y sus familias”, dijo.

No ha habido escasez de intrigas y escándalos en Washington desde que Nixon renunció. Pero Watergate sigue siendo un capítulo singular en la historia de Estados Unidos que tiene una relevancia política continua.

“No creo que la gente esté tan interesada en Watergate, pero ciertament­e están interesado­s en las cuestiones de un Estado profundo y las cuestiones de la estructura del gobierno federal”, dijo Naftali. “La historia de Hunt y Liddy y sus asociados es la de un gobierno federal que se volvió loco, de un presidente que usa el poder federal para lastimar a las personas que no están de acuerdo con él”.

Los Plomeros... se basa en parte en un libro de Egil “Bud” Krogh Jr., del staff de la Casa Blanca de Nixon que estuvo preso por autorizar el allanamien­to del psiquiatra de Ellsberg. Y a pesar de toda la atención prestada a Watergate durante décadas, la serie encuentra algunos rincones menos conocidos de esta historia para explorar.

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