Ejecuciones en la horca reavivan las protestas en Irán
Siete manifestantes han recibido la máxima sentencia
Irán vivió nuevas protestas en varias ciudades espoleadas por la ejecución de tres manifestantes por delitos supuestamente cometidos durante la revuelta desatada por la muerte de Mahsa Amini, tras varios meses de calma en las calles del país persa.
Las protestas se produjeron en ciudades como Karaj, Teherán o Isfahan y en ellas participaron sobre todo jóvenes iraníes en pequeños grupos, que cantaron lemas contra las autoridades, de acuerdo con vídeos publicados en redes sociales por grupos de activistas. “Muerte al Gobierno de los verdugos”, gritaron jóvenes en Teherán, en varios puntos de la urbe.
En la capital también se escucharon de nuevo los gritos desde los edificios contra el líder supremo de Irán, Ali Jameneí, y la República Islámica. En ciudades como Karaj e Isfahan, gritaron “muerte al dictador” y “muerte a Jameneí”, según vídeos de grupos de derechos humanos.
En Karaj hubo protestas frente a la prisión de Ghezel Hesar, donde están encarcelados varios presos condenados a muerte por su participación en las protestas desatadas por la muerte de Mahsa Amini en septiembre.
Las pequeñas protestas del viernes de noche son las primeras tras varios meses de tranquilidad. Las últimas manifestaciones significativas se produjeron a mediados de marzo, durante las celebraciones del año nuevo persa.
EJECUCIONES.
Las nuevas muestras de descontento social sucedieron tras la ejecución en la horca de tres presos el viernes, condenados por su supuesta implicación en la muerte de miembros de las fuerzas de seguridad en noviembre durante las protestas por la muerte de Amini.
Saleh Mirhashmi, Majid Kazemi y Saeed Yaqoubi fueron ahorcados al alba tras ser condenados a muerte en enero en un juicio en el que se usaron confesiones forzadas, denunció Amnistía Internacional (AI). Con esos ahorcamientos ya son siete las personas ejecutadas por supuestos delitos en las manifestaciones por la muerte de Amini. La Unión Europea exigió ayer, sábado, al Gobierno el fin “inmediato” de las sentencias de pena de muerte.
La muerte bajo custodia policial de Amini tras ser detenida por no llevar bien puesto el velo islámico provocó las mayores protestas contra la República Islámica y el sistema teocrático del país en décadas. Las protestas habían desaparecido tras una fuerte represión estatal que ha causado unos 500 muertos y miles de detenciones, además de las ejecuciones.
Tres manifestantes por la muerte de Amini fueron ahorcados el viernes.