El Pais (Uruguay)

Envejecimi­ento de rostro y cuello

Dermatólog­as explican que el paso del tiempo se manifiesta diferente en ambas partes

- THE NEW YORK TIMES

Lpiel del cuello tiende a envejecer “más deprisa que la de casi cualquier otra parte del cuerpo”, dijo Theodora Mauro, profesora de dermatolog­ía. Según ella, la piel del cuello es “especialme­nte vulnerable” a los daños; una mala postura, un cuidado insuficien­te, la exposición al sol y el debilitami­ento y disminució­n naturales de los músculos del cuello pueden acelerar el envejecimi­ento.

Además, la piel del cuello no se repara tan bien como la del resto del cuerpo porque es menos resistente y tiene menos células madre y otras estructura­s que ayudan a repararla, explicó Katie Given, cirujana dermatólog­a. Cuando se trata de ralentizar el proceso de envejecimi­ento de la piel del cuello, dijo, “el truco es la prevención, prevención, prevención”.

“El sol es el enemigo del cuello”, dijo Mauro. Muchos de los signos de envejecimi­ento del cuello se deben a la exposición al sol. Cuando la piel se expone aunque solo sea un poco a la luz solar, explicó, los rayos ultraviole­ta A llegan a la dermis, la capa interna de la piel, y dañan las células encargadas de producir colágeno y elastina.

El colágeno y la elastina son dos proteínas esenciales para mantener intacta la estructura de la piel, explicó Oma Agbai, profesora clínica asociada de dermatolog­ía.

“El colágeno ayuda a mantener la firmeza de la piel, y la elastina a recuperar su forma original tras un estiramien­to”, explica. La dermis, que comprende estas proteínas, “tiende a ser más fina en el cuello que en otras partes del cuerpo, como la cara y la parte superior de los brazos”, añadió.

Según Agbai, la exposición prolongada al sol puede provocar un aspecto “más arrugado y con más pliegues”, así como decoloraci­ón de la piel y manchas solares.

A menudo la gente se olvida de usar protección solar en el cuello, contó Mauro, pero proteger esa zona es tan importante como proteger el resto del cuerpo.

Recomendó utilizar un protector solar hidratante con un

FPS de al menos 30 todos los días. Aplicalo generosame­nte por todo el cuello y, si estás al aire libre, reaplicarl­o periódicam­ente.

CUELLO. Según Agbai, la gente tiende a prodigar atención y cuidados a su rostro, aplicándos­e regularmen­te sueros, cremas hidratante­s y mucho más. El cuello, en cambio, no suele recibir tanto cariño. Deberíamos incluir al cuello en nuestras rutinas de cuidado de la piel, sostuvo, aplicando productos hasta el cuello.

A medida que envejecemo­s, la piel pierde parte de su capacidad de retener la humedad, dijo Mauro. La piel del cuello se vuelve seca, opaca y menos suave. Por tanto, asegurate de utilizar una crema hidratante por la mañana y por la noche, y evitá el uso de productos de cuidado de la piel a base de alcohol en el cuello, ya que es probable que lo resequen aún más.

Muchos jabones contienen unos ingredient­es llamados tensoactiv­os que también deshidrata­n la piel, explicó, y productos como el jabón en barra Ivory tienen ingredient­es alcalinos, como el seboato sódico, que alteran los niveles de ph y la barrera de hidratació­n de la piel.

Si un producto te deja la piel con aspecto y sensación de sequedad, puede ser una señal para que lo cambies.

Para mejorar la firmeza de la piel, añadió Given, prueba una loción o un suero con retinoides, que pueden ayudar a estimular la producción de colágeno con un uso regular.

POSTURAL. Otro factor que contribuye a envejecer el cuello es el “cuello tecnológic­o”, es decir, la tendencia a encorvarse y mirar hacia abajo cuando se utiliza un ordenador portátil o un dispositiv­o móvil, señaló Agbai. Además de causar dolor y tensión en el cuello, esta postura también retuerce la piel, y si te encorvas así durante horas y horas, te saldrán líneas horizontal­es en el cuello y debajo de la barbilla, dijo.

Para evitar que se formen (o profundice­n) las arrugas del cuello, colocá la computador­a y el teléfono de modo que no tengas que doblar ni encorvar el cuello durante periodos prolongado­s, dijo Mauro. Sin embargo, señaló que cambiar de postura no mejorará en nada las arrugas existentes.

Además de seguir las recomendac­iones anteriores, es importante evitar el tabaco, que puede dañar la piel, y mantener un buen estado de salud en general, afirmó Mauro.

Si deseas tratar los signos de envejecimi­ento en el cuello, habla con un dermatólog­o certificad­o u otro profesiona­l acerca de tus opciones, dijo Given. Algunos procedimie­ntos cosméticos como el bótox o los rellenos pueden ayudar a tensar o rellenar la piel, dándole un aspecto más joven.

Otros procedimie­ntos más intensos que requieren más tiempo de cicatrizac­ión, como los tratamient­os con láser o las microaguja­s realizadas con ablación por radiofrecu­encia (que se dirigen a la piel con longitudes de onda específica­s para estimular la producción de colágeno), pueden ayudar a tratar la decoloraci­ón de la piel, la flacidez, la textura y las arrugas finas.

Pero estos tratamient­os son caros y más cosméticos que médicament­e necesarios, y suelen tener que repetirse para mantener los resultados, resaltó Given. Al fin y al cabo, un cuello envejecido forma parte del envejecimi­ento, punto.

Proteger el cuello de los rayos solares es tan importante como el resto del cuerpo.

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ASPECTO. A medida que envejecemo­s la piel pierde parte de su capacidad para retener la humedad.
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