El Pais (Uruguay)

Las cosas se arreglan en la cancha DESAFIANTE­S

Luca Guadagnino dirige a Zendaya en un triángulo en el mundo del tenis

- FERNÁN CISNERO

Luca Guadagnino es un director vistoso y él lo sabe. Sus películas son llamativas, pasan por provocador­as y tienen presupuest­o para estrellas y despliegue. Desafiante­s es todo eso.

El italiano ha hecho de ese alarde visual, su estilo aunque parece claro que cuando mejor le funcionó fue en la más controlada Llamame por tu nombre que tuvo cuatro nominacion­es para el Oscar; ganó uno para el guion de James Ivory, otro de los grandes méritos de aquella película y con la que Desafiante­s comparte una explícita sensibilid­ad queer.

El resto de su filmografí­a se completa con un par de vistosas remakes cinéfilas (de La piscina y Suspiria), ambas con Tilda Swinton, una colaborado­ra habitual a la que también está en El amante. Una filmografí­a de Guadagnino sin Swinton debe incluir Hasta los huesos, una dramedia juvenil con Taylor Russell y Timothee Chalamet como caníbales.

A Guadagnino le gustan las historias algo retorcidas. Desafiante­s es su película más tradiciona­l. La más americana. Eso quiere decir la más Hollywood a pesar de algunos guiños al cine arte, pudorosos riesgos eróticos y un entrevero cronológic­o.

A su accesibili­dad aporta mucho la presencia de Zendaya, una de las grandes estrellas juveniles y una presencia que ya se hacía notar en Euphoria, la serie que la impulsó hasta donde está ahora. Es un papel risqué para la actriz de 28 años que en el mundo también tiene en cartel Duna 2.

Desafiante­s transcurre en el circuito de elite del tenis y es la historia de un triángulo amoroso. A partir de un guion de Justin Kuritzkes (novelista y dramaturgo en su primer largometra­je) empieza en un partido de tenis entre Art Donaldson (Mike Faist, Riff en el West Side Story de Spielberg) y Patrick Zweig (Josh O’connor, Carlos en un par de temporadas de The Crown), que son las otras aristas del trilátero.

De allí la salta 13 años hacia atrás cuando Art y Josh eran “Fuego y Hielo”, la dupla imbatible del circuito juvenil de tenis. Se cruzan con Tashi Duncan (Zendaya), que va para estrella de las grandes. Después de un esclareced­or menage a trois, los dos quedan prendados de ellos.

Unos años después, Tashi y Art— están casados, tienen una hija y son celebridad­es. Ella maneja la carrera de su narido, una extenuante misión a la que se vio limitada por un accidente que frustró su carrera deportiva.

Art está en una mala racha y necesita un empuje, por lo que Tashi decide mandarlo a un torneo menor para ganar confianza. Allí se vuelven a cruzar con Patrick, en lo que verdaderam­ente puede definirse como una mala racha: no tiene un peso, ni un lugar para quedarse.

Algo ha pasado, además, en todos estos años a juzgar por la frialdad con que la pareja trata al desafortun­ado, que un poco está de vivo. Cuando llegan los dos a la final en new Rochelle, hay un montón más en juego que la magra recompensa de un torneo en New Rochelle. Tisha tiene mucho que ver en el feudo, claro, pero no es tan sencillo.

El partido final que se distribuye a lo largo de toda la película, aporta una tensión sexual importante.

Ayuda un montón en ese rubro, la música electrónic­amente percusiva y sensual de Atticus Ross y Trent Reznor (dos Oscar por La red social y Soul) que, además, aporta muchísimo al ritmo de la película, que es de los rápidos. El uso aparenteme­nte aleatorio de esa banda sonora termina generando un distanciam­iento que es uno de los recursos más interesant­es de la película. Una escena romántica tiene una canción de Caetano Veloso utilizada de una manera tradiciona­l.

A riesgo a perder algunas cosas en el camino, Guadagnino consigue hacer una película entretenid­a, un mérito no siempre habitual en su obra. Es una comedia romántica, una lectura que queda clara en la escena del primer encuentro de los tres, lo más cerca de John Hughes que ha estado un director europeo.

Algunas referencia­s podrían rastrearse por el lado de Los soñadores de Bernardo Bertolucci, otro retrato generacion­al aunque acá el erotismo es mucho más recatado o Y tu mamá también de Alfonso Cuarón.

Con todo eso y Zendaya, Guadagnino consigue su mejor película desde Llamame por tu nombre. Alguien la ha definido como un rom com para la generación de Tik Tok. Quizás sea eso.

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 ?? ?? RODAJE. Zendaya y Luca Guadagnino durante la filmación de “Desafiante­s”, una comedia de deporte.
RODAJE. Zendaya y Luca Guadagnino durante la filmación de “Desafiante­s”, una comedia de deporte.

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