“El tráfico marítimo es cada vez más intenso; aumenta año a año”
—Uruguay tiene cientos de kilómetros de costa oceánica y fluvial, lo que dificulta las tareas preventivas de la Armada Nacional en general y de la Prefectura en particular. ¿Es así?
—Toda la jurisdicción de la Armada tiene 2.800 kilómetros de costa. Y también una superficie de agua bastante importante. —Autoridades gubernamentales y jerarcas de la Armada han denominado “Pradera Azul” a ese gran espacio marítimo que pertenece a Uruguay.
—Sumado a la actividad diaria (de Prefectura), hay un tráfico marítimo-fluvial que puede haber en el río Uruguay o en el Río La Plata, que no es controlado por falta de equipamiento tecnológico que lo puede identificar más allá de la presencia efectiva de medios en el lugar (de los hechos). Si la Prefectura hace un procedimiento en una zona sin contar con toda la información, seguramente detendrá a esas personas, pero no tendrá posibilidad de acceder a la organización delictiva. Posiblemente con técnicas investigativas y con disposiciones de la Fiscalía se pueda tener algún avance en ese contexto. Pero lo ideal es aplicar diferentes metodologías para atacar el crimen organizado. En ese crimen organizado también se da lo que es el crimen transnacional. Son todos factores que van concatenados unos a otros y que se complementan en forma importante, que la Armada Nacional a través de la Prefectura Nacional Naval, tiene el órgano apropiado, dentro de una organización naval militar, para ejercer la tarea policial con eficiencia y con el marco legal en una actividad específicamente establecida en lo que es la lucha contra el crimen.
—Volviendo al control de buques. ¿Se encuentran muchos problemas o rara de parte de nuestro país de dar cumplimiento a esas cuestiones. No obstante ello, con el esfuerzo de nuestra gente y a través de diferentes proyectos, se sigue intentando recuperar esa capacidad (de funcionamiento). Saliendo de lo que es seguridad marítima, también en cumplimiento de otras normas de la Organización Marítima Internacional, tenemos que llevar adelante planes de protección de buques y de instalaciones portuarias (Código PBIP). La Prefectura Nacional Naval de la Armada Nacional tiene la responsabilidad del cumplimiento de este código.
—¿A qué apunta este código?
—Promueve que cada terminal portuaria y cada buque tengan su plan de protección. O sea, cómo esa terminal portuaria autorizará a personas a transitar por ella o qué mercaderías ingresarán a la misma. Sucede lo mismo con un buque. Se debe llevar un registro de las personas que suban a una embarcación. Eso hoy por hoy también es una preocupación.
—¿Por qué razón?
—La preocupación (de Prefectura) es muy grande, ya que se pretende que no entren a terminales o a buques personas que no están habilitadas o cargas que no están autorizadas. Acá entra el tema de la droga y la delincuencia y la prevención de los delitos. Y en ese contexto es que la Prefectura interactúa como auxiliar de la Fiscalía con capacidad legal, policial e investigativa. Estamos hablando de delitos, delincuencia e investigación. Si no hay investigación, básicamente la Prefectura actúa en infraganti delito. Más allá de hacer tareas preventivas, las autoridades policiales, como la Prefectura y la Policía, la máxima capacidad que tienen es la de investigar. La tarea preventiva se basa en recorridas, por agua, por tierra, donde sin duda hay una necesidad de realizar mejoras de las embarcaciones marítimas y fluviales porque son material que va quedando con cierto uso. Y es necesario su recambio por seguridad (del personal y de terceras personas). vez se observa un desperfecto en un buque llega a un puerto uruguayo?
—No es raro encontrar algunas cuestiones menores en una embarcación. Hay deficiencias leves y deficiencias graves que pueden llegar a determinar la detención del buque hasta que no solucione ese problema. Hay que fijarse en la autoridad y la responsabilidad de la Prefectura, ya que tiene que decirle al capitán de ese barco: “usted no va a zarpar del puerto hasta que solucione este problema”. Todos esos problemas (de un buque) están identificados por las autoridades marítimas de la región.
—El equipamiento de a bordo del buque debe cumplir con las prescripciones de la Organización Marítima Internacional. Y también se debe controlar que la tripulación tenga la titulación y la formación para operar esos equipos y que uno de los tripulantes no abra por error la válvula para tirar combustible a la sentina. Es decir, nuestro control apunta a los equipos del buque y a la formación de los tripulantes.
La gran demanda de operadores nos hace trabajar más horas”.
—¿Por qué se apunta a esos factores?
—Pensar en un control de la contaminación, viendo que un barco tiró combustible, ya contaminó. Y lo que puede hacer la Prefectura es recoger ese combustible, limpiar la zona y multarlo. Pero la prevención realmente va en otro nivel técnico. Y es en eso donde nosotros hoy tenemos muchos desafíos por el capital humano que tenemos. No contamos con la cantidad de profesionales necesarios para hacer una tarea eficiente. No quiere decir que la tarea no se haga. En las empresas privadas e instituciones públicas hay alta rotatividad de las personas. Es un problema internacional.