El Pais (Uruguay)

BID advierte sobre la educación en las Américas

Según el estudio no genera igualdad de oportunida­des

- [EFE]

■■Latinoamér­ica y el Caribe tienen un sistema educativo público segregado por renta que mantiene las desigualda­des adquiridas al nacer, estima la economista del Banco Interameri­cano de Desarrollo (BID) Ana María Ibáñez, para quien “la educación en la región hoy no permite separarse de los factores heredados”.

En una entrevista con EFE, la vicepresid­enta de Sectores y Conocimien­to (VPS) del BID desde 2023 explicó que, en esta parte del continente americano, el estatus socioeconó­mico de una persona depende de “los padres, el lugar de nacimiento, el género y el color de piel”.

Esta es una de las conclusion­es que se desprende de una investigac­ión del BID en alianza con la Universida­d de Yale, la London School of Economics y el Instituto de Estudios Fiscales, que contó con la participac­ión de más de 60 académicos y ha reafirmado que dicha región es la más desigual del mundo.

El documento recalca que en América Latina y el Caribe el 10% más rico de la población tiene de promedio ingresos 12 veces mayores que el 10% más pobre (el promedio de los países desarrolla­dos de la OCDE es de cuatro veces). Además, uno de cada cinco de sus habitantes es clasificad­o como pobre.

La economista colombiana desarrolló que, por lo general, en estos países los hijos de familias con altos ingresos estudian en colegios que les permiten ser competitiv­os en el mercado laboral, mientras que los nacidos en hogares más humildes lo hacen en centros que no les dan oportunida­des.

Como consecuenc­ia, la clase media intenta no tener que escolariza­r a los niños en las escuelas públicas, por lo que los gobiernos “no sienten presión para tener que mejorar su calidad”, una coyuntura que se reproduce en el ámbito sanitario.

Uno de los 27 estudios que conforman la investigac­ión evidencia que la desigualda­d de ingresos producida por factores heredados es relevante. En algunos países supone porcentaje­s como un 44% en Argentina y un 63% en Guatemala, por lo que Ibáñez destacó la “suprema importanci­a” de invertir en servicios públicos de calidad.

Otro de ellos expone que en países como Colombia, Chile y Uruguay alrededor del 1% de la población controla entre el 37% y el 40% de la riqueza total; una cifra que es del 42% en Estados Unidos, pero que en Europa Occidental y Escandinav­ia se sitúa entre el 20% y el 30%.

En Latinoamér­ica y el Caribe, la mitad más pobre de la población solo controla una décima parte de la riqueza.

Según la economista, la situación de desigualda­d se puede revertir, pero las estrategia­s tradiciona­les para hacerlo -basadas en políticas fiscales de redistribu­ciónno son suficiente­s, ya que existen dificultad­es para pagar las pensiones y las ayudas no bastan para cubrir a toda la población vulnerable.

La desigualda­d en la región aumentó “rápidament­e” en la década de 1970, alcanzando su máximo en los años 90 y que, después de disminuir gradualmen­te, en 2014 se estancó porque el crecimient­o económico es positivo de media, pero no suficiente para reducir la disparidad.

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