El Pais (Uruguay)

“Siempre le tuve fobia al éxito” FABIANA CANTILO

La cantante inició anoche una gira por cinco ciudades uruguayas, y habló con El País sobre su presente musical

- RODRIGO GUERRA

Estoy en mi casa, ya casi terminando el día y rodeada de mis gatitas”, cuenta Fabiana Cantilo, vía mail, cuando El País le pregunta cómo se dispone a contestar el cuestionar­io que le llegó desde Montevideo. Es miércoles a la noche, y la argentina está preparando los últimos detalles de su nueva gira uruguaya, que en esta ocasión la llevará a cinco ciudades. Luego de responder esta entrevista se dedicará a mostrar algunos adelantos del repertorio a través de historias de Instagram. Se filmará interpreta­ndo un fragmento de un clásico de Stevie Wonder, con quien cantó en 2013 como invitada en el histórico show del estadounid­ense en el Estadio de Vélez en Buenos Aires.

A los 65 años, Cantilo atraviesa uno de los capítulos más movidos de su carrera. En diciembre cantó para 70 mil personas en el festival Montevideo Late que se celebró en la Rambla de Punta Carretas (“Fue una locura y recibí mucho amor del público”, comenta), en enero agotó dos funciones en el festival Medio y Medio, y en febrero giró por cuatro ciudades de Chile. Hace unas semanas se volvió viral tras autodefini­rse “Lady Vaga” en una entrevista con Infobae, y se encuentra en medio de la preparació­n de una de sus mayores apuestas de los últimos años: la ópera rock

Apocalipsi­s No, que presentará el 21 de junio en el Luna Park de Buenos Aires, que en redes definió como un “concepto de esperanza y de un nuevo comienzo” que, comenta, le encantaría traer a Uruguay.

Por lo pronto, el público local puede ver otra faceta de Cantilo, una de las intérprete­s más populares de la escena argentina. Se trata de espectácul­o de trío en el que se acompaña de Cay Gutiérrez en teclados y Darío Casciario en guitarras. “Igual es un falso trío”, aclara enseguida. “Porque Galarza, uno de los asistentes, toca el bajo en algunos temas y yo toco la batería en varios”. El repertorio incluirá un repaso por su obra y, como el formato invita a la intimidad, tambén se animará a hacer versiones de clásicos de los Beatles, de Stevie Wonder y hasta de La Vela Puerca (“Hay un tema de ellos que me encanta y que me atreví a cantar”, adelanta).

La gira empezó ayer en Rosario y seguirá esta noche con entradas agotadas en la Sala Zitarrosa. Luego, Cantilo pasará por el Teatro Español de Durazno

(el 14), el Florencio Sánchez de Paysandú (15) y el Macció de San José (17). “Mi relación con el público uruguayo es de profundo amor y respeto mutuo”, define. “Además, llevo toda una vida yendo a Uruguay: estuve de chica, de adolescent­e cuando me escapé con mi primo César Pueyrredón a una minigira de ‘Banana’ en Punta del Este a fines de los setenta. Y también fui con Charly, con Fito, solista, con novios jaja Mil veces”, escribe.

En la previa de su show de esta noche en Sala Zitarrosa, va un fragmento de la entrevista vía mail con Cantilo. —A lo largo de tu carrera tuviste etapas de intérprete y otras de compositor­a. ¿En qué momento sentiste que necesitaba­s, o que estabas lista, para cantar tus propias canciones?

—A partir de De qué se ríen?, que lamentable­mente fue un disco que nadie enten

dió. No recibí muy buenas críticas de la prensa, pero hoy en día puedo revalidar esa obra y cantarla. Y gracias a Fito un poco, ¿no? Que se le ocurrió hacer esa serie, que, al final, la que mejor quedó parada fui yo... Sin quererlo. A veces las cosas suceden así.

—Ya que mencionast­e a El amor después del amor, ahora que pasó un año de su estreno: ¿qué opinión tenés de la serie, a pesar de que las licencias que se tomaron los guionistas para contar la historia?

—Todo bien con la serie. Estoy muy agradecida con Fito y con la actuación de Mica Riera, que es una genia. Yo le pasé tips, pero ella fue la encargada de lograr que la gente viera a Fabi.

—“Dinosaurit­o”, de tu disco Cuna de piedra, funciona como un repaso de tu relación con Fito. “La música nos volvió a juntar”, cantás en momento, y en estos años han trabajado en numerosos proyectos en conjunto. ¿Cómo definirías su vínculo?

—Somos como hermanos, es un pacto de sangre. Hace décadas estuvimos seis años de pareja pero, ya separados, compartimo­s Navidades, varios Año Nuevo y muchas más cosas; él con Cecilia (Roth) y yo con mis novios de turno. Somos hermanos que nos defendemos de todo y de todos, y estamos siempre para el otro. Es muy linda nuestra relación. —En los últimos años has atravesado numerosos capítulos de reivindica­ción y redescubri­miento de tu obra. En 2015 pasó con el disco Superamor, y en 2017 volvió a pasar con Proyecto 33 y tu participac­ión en La ciudad liberada, de Fito. La historia se repitió el año

pasado con El amor después del amor. ¿Qué te produce que, por ciclos, una camada de nuevas generacion­es y de públicos te descubran?

—Eso me encanta porque es como que tarda en llegar y al final, ¡hay recompensa! Siempre le tuve fobia al éxito, pero ahora estoy tranquila; además no puedo escaparme a ningún lado jaja Sino no la tendría de manager a María Watson. Me encanta que me sigan las juventudes, que sé que me hubieran seguido más si me hubiera portado bien… ¡Me encanta que me siguen los skaters ahora! —Si hacés un repaso de tu discografí­a, ¿de qué discos te sentís más orgullosa y por qué? ¿Qué ves en esas postales de diversos momentos de tu vida?

—De cuatro. De De qué se ríen? porque fue el primero en el que me animé a hacer mis canciones a pesar de todo. De Informació­n celeste porque es uno de mis mejores discos; se adelantó al tiempo: los productore­s Cay Gutiérrez y Marcelo Capasso estaban iluminados, entramos en una nueva dimensión y todavía es moderno el álbum... Así que imaginate. De Superamor, producido por Lisandro Aristimuño, es una maravilla porque yo estaba independie­nte haciendo los temas sin importarme si eran hits o no... ¿Viste que ahora ya está la fórmula para hacer un éxito en Inteligenc­ia Artificial? ¡Es un horror! Bueno, y también de Cuna de piedra, que es el último de estudio que grabé, que tiene instrument­os celtas y está afinado en 432 hz. Es una gloria. —¿Qué sentís se transforma de vos cuando te subís al escenario y te enfrentás al público? ¿Cómo vivís los instantes previos a salir a escena y qué te pasa al cantar la primera nota?

—Me pasa que estoy midiendo si me escucho bien o no. ¡Es un momento muy peligroso para mí y para los demás! jaja De esa primera nota depende que todo se pudra o que sea un concierto feliz, porque yo me manejo mi propio sonido desde el escenario. Lo hago porque me pongo muy nerviosa si me escucho mal, pero si me escucho bien soy el Hada Patricia... ¿Se acuerdan del Hada Patricia? jajaja ¡Nos vemos en Uruguay! ¡Bye!

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