El Pais (Uruguay)

Alianza musical que crece con canciones y escenarios

La unión de Larbanois & Carrero y Emiliano & El Zurdo vuelve al Antel Arena

- RODRIGO GUERRA

Narran anécdotas, improvisan fragmentos de “Murga La” y “A mi gente” y escuchan la palabra de cada uno con atención y respeto. Lo de 4 en Línea, el proyecto que une a los dúos de Labranois & Carrero y Emiliano & El Zurdo, trasciende lo musical. Se convirtió en un lugar de unión, intercambi­o y, sobre todo, disfrute.

Y lo van a demostrar el domingo 16 de junio, cuando vuelvan al Antel Arena de la mano de un espectácul­o titulado Propio y ajeno, que tendrá invitados especiales. Las entradas se venden en Tickantel, y los precios van de 800 a 2.800 pesos.

En la previa, va un resumen del diálogo del grupo con El País.

—Lo colectivo ha sido clave en la historia de 4 en Línea pero viene de mucho antes con el trabajo de cada dúo. ¿Qué tan importante ha sido para ustedes sentir la compañía del otro cuando suben al escenario? Larbanois: A mí siempre me gustó trabajar con otra gente porque es tremendame­nte enriqueced­or. Y claro, lo del escenario es muy importante porque después de subir allí arreglate como puedas (Se ríe). Cuando era gurí yo tenía habilidade­s como boxeador, y cada vez que subía al ring tenía que echar pa’lante. Y bueno, acá es lo mismo. Y si ahondás un poquito, vas a ver que históricam­ente la gente que se dedica al escenario es muy tímida y encuentra ahí arriba una forma de comunicars­e. Con el otro, en este caso Mario, se da una solidarida­d natural. Es más, a él jamás lo miré en un ensayo; nosotros aprendimos a manejarnos por el sonido. Yo, que hago la segunda voz, dependo absolutame­nte de su respiració­n...

Carrero: ¡Recién me entero! (Risas) Después de 45 años... Vos sabés que yo lo miraba y lo miraba en los ensayos, y nunca nada...varias veces pensé: “¿Tendrá algún problema?” (Risas)

Larbanois: Lo que pasa es que mis recursos son mi oreja y la respiració­n de Mario. Ah, y yo tengo que estar siempre a la izquierda, si no no lo oigo. No es que escuche mal, pero ya me molesta, ¿viste? Son muchos años...

Bessio: A diferencia de nosotros, que somos jovencitos...

Larbanois: Ah, ya van a empezar a no mirarse...

—Cuando ya no hace falta mirarse en el ensayo significa que se conocen de verdad... Bessio: ¡Eso! (Se ríe y luego se interrumpe) En función de lo que dijo Eduardo sobre la compañía del otro, me resulta tal cual. Pienso en cuando era chico en el Bella Italia y vivía jugando con mis amigos en la vereda. Hoy, siendo grande, me pasa lo mismo: todo es con alguien. Y si eso lo traslado al escenario, qué cosa más linda compartir con otro, ¿no? Porque si yo estuviera solo ahí arriba me costaría un Perú... Es más, no sé si lo hubiera hecho (Hace una pausa) Me imagino por un segundo estando solo en el escenario y ya me viene la desesperac­ión de que termine para bajar y contarle al otro lo que viví. Entonces, con ellos (señala a sus compañeros) es más fácil. Larbanois: Por eso yo comentaba que eso de la timidez es bastante común. Y otra cosa que tiene el artista es que mira mucho para adentro; no significa que sea mejor que otra persona, pero sí vive buscando la canalizaci­ón de un montón de historias internas. Entonces, las cosas cotidianas a veces te resbalan; de repente estás en tu casa y te dicen: “Che, alcanzame tal cosa”, y vos vas rumbeando para buscarla pero en realidad estás pensando en la nota o en la palabra que te falta para terminar un tema. Entonces, cuando llegás al lugar pensás: “La pucha, ¿qué tenía que buscar?”...

Carrero: ¡No te justifique­s! Larbanois: (Se ríe) Bueno, en la mayor parte de los artistas es así. Otra cosa es que a veces estás horrible afuera del escenario, pero subiste el escalón y dejaste todo afuera; entraste en una dinámica totalmente distinta de quien sos. Y nos ha pasado con Mario de tener hasta un ataque al hígado, pero cuando subimos al escenario se nos fue todo. Eso sí, cuando bajás volvés a sentir todo... El escenario es un paréntesis.

—Ya que hablamos del rol del artista, su canción “Ciudad de las Santa Ritas” va por ese lado: así como la Santa Rita nace entre las baldosas para aportarle color a la ciudad, el compositor busca la belleza en... Larbanois: (Interrumpe) Ah, es maniobrero Carrero, parece que habla de la flor pero dice otras cosas (se ríe). Siempre es así, hay mucho detrás de las palabras...

—Bueno, es que se trata de encontrar la inspiració­n en lo más cotidiano, en eso que pasa desapercib­ido. ¿De dónde creen que proviene ese ejercicio? Carrero: Lo que pasa es que las cosas están ahí, solo hay que saber verlas. De gurí, ¿quién era el personaje de tu barrio? A mí se me planta la imagen del “Dios Verde”, un hombre de edad incalculab­le que andaba descalzo, con una barba prominente y una túnica verde; o los tres músicos morenos que tocaban en la puerta de todos los boliches con un traje impecable y un atril para una especie de redoblante. De todos se puede escribir una canción. Volviendo a la Santa Rita, me tiene asombrado cómo crecen entre las baldosas y llenan la ciudad con sus colores; incluso están colgadas de los cables. Se me hizo un canto a la resistenci­a. Muñoz: Cuando Mario me contó la historia de la canción empecé a prestarle atención a las Santa Ritas, y sigo sin creer la cantidad que hay en Montevideo... Larbanois: De algún modo, el arte dimensiona algo que para la mayoría es invisible. Por ejemplo, en el campo yo vi nacer muchos terneros, ovejas y potrillos, y el día que aquel (señala a Mario) apareció con “Milagro” fue como un milagro...

Carrero: Yo estaba en campaña y un día, a eso de la seis de la mañana, un paisano me dijo que la gateada estaba para parir. Agarré el mate, me fui para el potrero y cuando llegué vi todo eso que está en la canción. Lo único que hice fue escribir lo que viví. Creo que el artista es eso...

Muñoz: (Interrumpe) Un contador de historias.

—Y eso conecta con el trabajo de Emiliano & El Zurdo: transforma­r a las historias del barrio en canciones.

Muñoz: Exacto. Nuestros discos hablan de cosas que vivimos cuando éramos chicos, y agarramos personajes como “El loco Omar” o Hugo Bravo, que había salido en Los Joker’s y que en el barrio era como Sting...

Carrero: Bueno, “A papá con pega pega” es sobre el tablado de tu abuelo.

Muñoz: Claro, porque antes se premiaban los tablados y se hacía un sacrificio bárbaro para armarlo. Imaginate que se hizo en el almacén de mi viejo, que antes había sido un bar.

Carrero: Era un tanque de agua de 200 litros y tablones arriba...

Muñoz: Claro, y de eso habla la canción. Para nosotros es importante cantarle a esas historias que nos sacuden.

Larbanois: Además, el artista lo hace porque no tiene más remedio. El tipo que va a pintar pega la primera pincelada y no sabe bien qué le va a salir. De algún modo pasa lo mismo con la canción: te enfocás para un lado y de repente te sale para el otro. “El Bocha” Washington Benavides lo definía muy bien: “El autor es un visor inteligent­e de su obra. Sabe lo que hizo, pero no lo que le salió porque la obra siempre termina haciéndose en el otro”. A vos te conmueve una canción por una cosa y al que está al lado tuyo capaz le pasa lo mismo pero por otra. Eso tiene que ver con tu sensibilid­ad y con el entorno en el que vivís. A veces algún vecino se me acercó para decirme que tal cosa que dije en una canción era tal cual, y enseguida pensé: “Pah, yo no dije eso”. Pero después fui a ver la letra y me di cuenta de que había dicho eso también.

Bessio: Claro, capaz una canción me deja una cosa y a otro le transmite una cosa diferente, pero nos encontramo­s en la misma manifestac­ión de defensa de la canción. Y eso es lo más lindo que tiene la música.

El proyecto actuará el 16 de junio en el Antel Arena con el show “Propio y ajeno”.

“El artista es un contador de historias”, asegura el cantante Emiliano Muñoz.

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