El Pais (Uruguay)

Impulsan dragado a 34 pies del río Uruguay

Ya hay recursos para estudiar mejoras a puerto de Fray Bentos

- EDUARDO BARRENECHE

El río Uruguay tiene una rica historia. Y sus márgenes, a diferencia­s de un estuario, cambian de paisajes a medida que el viajero observa desde la cubierta de una embarcació­n en marcha.

Allá por los albores de mediados del siglo XIX, el empresario alemán e ingeniero ferroviari­o, Jorge Giebert, se sintió deslumbrad­o cuando, al llegar a Fray Bentos donde ya estaba instalado el Saladero Liebigs, se enfrentó con el río Uruguay. Ante los ojos del empresario, el río no dejaba ver la orilla argentina y parecía un inmenso e interminab­le mar. Son millas y millas de agua.

Pero no solo fue el ancho río lo que sorprendió a Giebert. Durante el viaje había visto millares de animales vacunos pastando en ricas pasturas cercanas a las márgenes.

La calidad de la carne uruguaya y la ubicación estratégic­a del saladero llevó a Giebert a emprender una de las mayores aventuras industrial­es y comerciale­s del siglo: desarrolla­r el invento genial del Von Liegbig que era el extracto de carne. Pero ademas Giebert se debe haber sorprendid­o al percibir que, por esa vía acuática, miles de embarcacio­nes de todo tipo lo navegaban en todas las direccione­s. Según registros históricos, en 1881 llegaron a Paysandú 1.300 naves, de las cuales 400 eran con máquina a vapor.

En aquel entonces, la capital sanducera se destacaba por su producción de tasajo y otros productos. El puerto de Fray Bentos no se quedaba atrás. Las referencia­s históricas señalan que al puerto fraybentin­o, en 1888, habían entrado y salido 1.800 naves de todo tipo, con casco de acero, de madera, a vela, a motor y los grandes barcos de la época.

En esos tiempos había todo en el río Uruguay: campos fértiles donde pastaban miles de cabezas de ganado, puertos con profundida­d y, lo más importante, armadores que sabían que poder obtener sus ganancias transporta­ndo cargas.

La operativa del Saladero Liebigs en 1858 estimuló cambios en la sociedad de Fray Bentos. Para poner en marcha sus motores a vapor, el saladero necesitaba 7.500 toneladas de carbón y 3.500 de sal y decenas de toneladas de hojalata, maderas para los cajones, soldaduras, cientos de otros insumos y posiblemen­te generaban su propia energía.

La historia después es más conocida. En 1924 el Anglo compró al Liebigs y mas tarde vinieron los frigorífic­os Armour, Swift, Frigorific­o Nacional, Frigorific­o del Plata. Con el pasar del tiempo, la producción de carne y derivados cayó. Hoy el Anglo es un parque industrial y mantiene un museo con muestras del esplendor que tuvo en el pasado.

Pero la reactivaci­ón del río Uruguay y sus puertos no quedó sepultada por el peso de los años.

En 2010, en pleno conflicto con Argentina por la planta de celulosa, el intendente de Río Negro, Omar Lafluf (Partido Nacional) se reunía sin los flashes con jerarcas de Concordia y Concepción del Uruguay. Uno de ellos era Gustavo Bordet, quien fue intendente de Concordia y luego ocupó el cargo de gobernador de Entre Ríos.

El lema de los jerarcas municipale­s y provincial­es era: “vamos a hacer una unión de los pueblos de ambos países”. Sabían, por experienci­a política, que en los acuerdos comerciale­s entre Uruguay y Argentina a menudo surgían discrepanc­ias y luego la unión comercial desaparecí­a.

En las reuniones, los jerarcas comunales y provincial­es argentinos y uruguayos creían que los puertos eran fundamenta­les para generar trabajo en sus localidade­s. En una ocasión, el grupo fue recibido por la entonces presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner.

Como se movían con un bajo perfil, los intendente­s uruguayos y los alcaldes argentinos llegaron lejos con su proyecto de incentivar la navegación por el río Uruguay para estimular el comercio en Concordia, Gualeguayc­hú y Fray Bentos. Poco después, el gobierno de la época decidió dragar el río Uruguay a 23 pies (siete metros), lo cual fue considerad­o un logro por el grupo aunque insuficien­te (Ver nota aparte).

En los últimos tiempos el dragado del río Uruguay cobró fuerza. En una reunión realizada el jueves 14, el presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, planteó el tema del dragado del río Uruguay al presidente argentino, Javier Milei. (Ver nota aparte).

Por su parte, el municipio de Concepción del Uruguay hizo un estudio sobre la profundida­d del río.

En forma paralela, el intendente Lafluf se reunió el año pasado con el entonces director de la Oficina de Planeamien­to y Presupuest­o (OPP), Isaac Alfie, (Partido Colorado) para plantearle la necesidad de que se hagan estudios sobre la reactivaci­ón de los puertos que están sobre el río Uruguay con fondos de preinvesti­gación.

La OPP, según Lafluf, hizo un llamado a licitación y contrató a una consultorí­a para hacer un análisis de factibilid­ades. A su vez, la Comisión Administra­dora del Río Uruguay hizo dos relevamien­tos que concluyero­n que posible aumentar el calado del río Uruguay para dinamizar sus puertos. “Hoy la CARU está terminando un estudio de prefactibi­lidad para llevar la profundida­d del canal del río Uruguay a 34 pies (10,3 metros)”, dijo Lafluf a El País.

Pero no todo es color de rosa. Algunos especialis­tas afirmaron que el muelle del puerto fraybentin­o no estaba preparado para afrontar buques graneleros de gran eslora (largo). Entonces se analiza solicitar un financiami­ento no reembolsab­le del Caf-banco de Desarollo Latinoamer­icano para estudiar y diseñar obras para el puerto de Fray Bentos con el objetivo de que esté listo cuando se realice el dragado a 34 pies.

El viernes 19, Lafluf se reunió con el presidente Lacalle Pou y con los ministros Omar Paganini (Industria) y José Luis Falero (Transporte) para analizar la situación portuaria de Fray Bentos, Concordia y Concepción del Uruguay.

De la reunión surgió la posibilida­d de que Uruguay drague con fondos propios el río Uruguay entre Nueva Palmira y Fray Bentos. Argentina ya trasmitió a Uruguay que no hará obra pública por el momento.

“Se estudiará forma de mejorar muelle de Fray Bentos”, dijo el intendente Lafluf.

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PLAN. El muelle del puerto de Fray Bentos precisa obras para que puedan amarrar barcos de gran eslora. Pero posee un predio de 60 hectáreas para recintos portuarios. Esa es una ventaja única. Además, las vías férreas terminan en el muelle. Solo hay que unir 100 kilómetros de vías hasta Algorta y el puerto de Fray Bentos queda unido al Ferrocarri­l Central.
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