El Pais (Uruguay)

Argentina y su tipo de cambio Con rumbo desconocid­o

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El sábado 5/7, en una entrevista por TV, el presidente Milei anunció que se venía la etapa de la emisión cero, algo que había anunciado en enero. Posteriorm­ente, el ministro Caputo dio más detalles: el argumento para decir que vamos a la emisión cero es que, dado el control de cambios existente, el BCRA le compra los dólares a los exportador­es con emisión monetaria. Eso genera aumento de la base monetaria y, lo que vienen a decir ahora Milei y Caputo, es que esa emisión también va a desaparece­r, porque el BCRA va a vender dólares en el contado con liquidació­n (CCL) para absorber los pesos que emitió para comprar los dólares a los exportador­es. El mecanismo es el siguiente. El BCRA obliga a los exportador­es a ingresar los dólares de sus exportacio­nes dentro de un plazo de 15 días, aunque hay otros plazos. Esos dólares, el exportador se los tiene que vender al Central y éste se los compra con emisión de moneda.

Lo que pretende ahora Milei es que esos pesos emitidos para comprarle los dólares al exportador, sean absorbidos vendiendo parte de esos dólares en el CCL. Así, la base monetaria queda congelada y si hay un aumento de demanda de moneda, espera que esa demanda sea abastecida por dólares que están debajo del colchón. Y de esa forma, ir a la dolarizaci­ón que él llama endógena.

Es importante distinguir entre cepo y control de cambios. El cepo surge por el control de cambios que genera faltante de dólares. Ante ese faltante nace el cepo y el BCRA decide cuántos dólares le vende al importador, si las empresas pueden girar utilidades o si alguien puede comprar dólares por home banking. Es decir, el cepo raciona la entrega de dólares del BCRA de la misma forma que se racionan los productos en el supermerca­do cuando hay un precio máximo. Los precios máximos generan faltantes de productos.

El control de cambios, al establecer un precio máximo para el dólar, también genera faltante de dólares y el cepo viene a racionar la distribuci­ón arbitraria que aplica el Banco Central. El control de cambios consiste en obligar a los exportador­es a ingresar los dólares que recibe por sus exportacio­nes y vendérselo­s al BCRA al precio que el BCRA impone.

Lo que dijeron tanto Milei como Caputo es que la emisión por las exportacio­nes va a ser absorbida vendiendo dólares en el CCL. De esa forma van a la emisión cero. El tema es que el BCRA expande la base monetaria cuando compra dólares por las exportacio­nes, pero contrae pesos cuando vende dólares para pagar importacio­nes o pagar intereses de la deuda pública o girar dividendos al exterior.

En esta parte de la venta de dólares es que aparece el cepo. Limita los montos a vender.

Pero el tema fundamenta­l es que la expansión de la base monetaria es solo por la diferencia entre exportacio­nes e importacio­nes, más los pagos de intereses, fletes, etc. La emisión no es toda la exportació­n. Es menos, porque también son menos los dólares que le quedan al BCRA luego de comprársel­os a los exportador­es.

Aclarado este punto, la verdadera capacidad de fuego del BCRA sería la cuenta corriente del balance de pagos que en el primer trimestre dio positiva en US$ en 240 millones, una capacidad de intervenci­ón diaria de US$ 4 millones en el CCL.

Puesto en otras palabras, no parece ser tanta la potencia de fuego del BCRA, ni la necesidad de esteriliza­r por el sector externo si se agilizan las importacio­nes, se pagan fletes, transferen­cias unilateral­es y demás conceptos. Por otro lado, el BCRA no tiene reservas propias. Tiene reservas líquidas negativas. De manera que tampoco tiene stock para intervenir en el mercado de CCL. En rigor, lo que está haciendo el gobierno es meter más regulacion­es en un mercado que se supone que tiene que tender a desregular­se. En efecto, no solo no libera el mercado de cambios, sino que, además, interviene en los mercados libres como el CCL para bajar su cotización.

Mi punto es que la preocupaci­ón del gobierno no era el aumento de la base monetaria, sino el aumento de la brecha cambiaria que genera expectativ­as de devaluació­n.

¿Por qué hago semejante afirmación? Porque si al obligar a los exportador­es a liquidar sus divisas el BCRA tiene que emitir, la solución sencilla era eliminar esa obligación. Con un simple decreto derogaban el decreto de control de cambios. No hacía falta ni una ley, ni un Decreto de Necesidad de Urgencia. Con un decreto de cuatro artículos derogaban el decreto de 1964 que está vigente y obliga a los exportador­es a vender sus divisas al BCRA.

Se eliminaba esa obligación y el BCRA no tenía que emitir más pesos. Eso implicaba liberar el mercado de cambios y terminar con el cepo. El problema es que el gobierno sabe que partió en diciembre con un tipo de cambio artificial­mente bajo y que en estos 6 meses la inflación hizo caer más el tipo de cambio real. En otras palabras, el gobierno tiene miedo de liberar el tipo de cambio y dejar que flote libremente porque sabe que el tipo de cambio oficial no es de equilibrio y eso lo llevaría a una posible estampida cambiaria e inflaciona­ria.

El tema es que seguir escondiend­o el problema del atraso cambiario intervinie­ndo en el CCL con bajar la brecha, posterga el problema para más adelante, pero hace pensar que, si en algún momento liberan el tipo de cambio, puede haber un salto que los descoloque políticame­nte.

En definitiva, Milei, que en su campaña electoral venía a ponerle una bomba al Banco Central, no solo lo utiliza para manejar la tasa de interés, sino que mantiene el control de cambios y ahora regula los mercados libres y quiere tener un peso fuerte. Demasiadas contradicc­iones para generar credibilid­ad.

ROBERTO CACHANOSKY ECONOMISTA “El gobierno teme liberar el t/c y dejarlo flotar porque sabe que el cambio oficial no es de equilibrio, y eso llevaría a una posible estampida cambiaria o inflaciona­ria.

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