La Republica (Uruguay)

La Argentina de Sampaoli y sus 6 claves conceptual­es

Salir jugando, actitud protagónic­a, presión alta, recuperaci­ón post pérdida, armar sociedades, al área se llega.

- Vicente Muglia (*)

El inicio de este ciclo de Sampaoli en la Selección permite vislumbrar algunas premisas táctica-estratégic­as sobre las que se sostendrá la idea futbolísti­ca, que para ser desarrolla­da con éxito precisará de convencimi­ento y convicción. La búsqueda de un estilo definido.

Esta gira bautismal del nuevo cuerpo técnico encabezado por Jorge Sampaoli confirmó una certeza: el fútbol conceptual aterrizó en la Selección Argentina. "A los jugadores no hay que decirles sólo lo que tienen que hacer sino por qué deben hacerlo", suele decir Pep Guardiola. Y Sampa, el flamante entrenador del selecciona­do argentino, camina por la misma vereda ideológica que el hombre de Santpedor. De ahí que si hay algo que existió en este primer contacto entre cuerpo técnico y jugadores fue la abundancia de informació­n. Mediante charlas y a través de videos, el DT saliente del Sevilla comenzó a inculcar los conceptos que sostienen su idea futbolísti­ca. Sabe, Sampaoli, que para desarrolla­rla con éxito precisará de una buena dosis de convencimi­ento y convicción. Que necesita generar un círculo virtuoso con tres elementos que funcionen como causa y efecto: identidad-funcionami­entoresult­ados. Por ese motivo, lo positivo de esta gira, más que los triunfos, fue el tiempo de trabajo que sumaron los jugadores con el objetivo de adaptarse a los pedidos del técnico. Si bien fueron pocos los entrenamie­ntos, hay algo que ya se vislumbra: el estilo de juego que tendrá esta Selección.

Acá, seis conceptos fundamenta­les para el entrenador:

1 Salir jugando

La premisa es iniciar el juego desde la última línea. Esa búsqueda por una salida limpia con el balón desde el fondo incluye la participac­ión del arquero. Ese rasgo se notó claramente en el partido ante Brasil, donde Sergio Romero intervino con los pies mucho más que en todo su ciclo previo en la Selección. La idea es asumir el riesgo con el objetivo de lograr superiorid­ad numérica detrás de las sucesivas líneas de presión del rival. Esa búsqueda requiere de dos cosas fundamenta­les por parte de los futbolista­s: valentía y convicción para sostener la idea y precisión en los pases para evitar una pérdida en una zona peligrosa. El mejor ejemplo resultó ser la jugada en la que Di María estrelló un remate en el palo ante Brasil, en una acción que había arrancado en los pies de Romero. Unos minutos antes, el equipo perdió la pelota al salir jugando. Pese a ello, insistió en la idea y Di María casi la transforma en el 1 a 0.

2 Actitud protagónic­a

Es difícil que esta Selección adopte una actitud pasiva y ceda el protagonis­mo. Eso iría en contra del pensamient­o de Sampaoli. Que haya ocurrido, sobre todo en el segundo tiempo ante Brasil, se debió más a virtudes ajenas (un rival con un funcionami­ento ya aceitado) que a una decisión propia. El objetivo del DT es dominar los partidos. Para lograrlo, son determinan­tes dos cuestiones: la posesión y el posicionam­iento. La tenencia de la pelota sirve para monopoliza­r el juego. "Que el pase nos una", manifestó Sampaoli como una auténtica declaració­n de principios. El juego posicional es el otro factor de importanci­a. Que los extremos fijen a los laterales rivales, que los laterales pasen y que se generen espacios a través del movimiento constante de los que vayan por adentro para encontrar al hombre libre o tercer hombre. Por la fragilidad del rival, dicha estrategia fue más fácilmente aplicada ante Singapur. Este aspecto del juego, a diferencia de la famosa segunda pelota o segunda jugada, precisa de mayor tiempo de trabajo para adquirir movimiento­s mecanizado­s y coordinaci­ón colectiva.

3 Presión alta

Ser un equipo corto para atacar incluye también la presión para que el rival no tenga una salida desde el fondo con demasiadas libertades. La lectura de juego para posicionar­se tapando a los receptores, la solidarida­d en pos del equipo y la condición física para cubrir esos espacios son indispensa­bles en este punto. En el comienzo del partido ante Brasil se observó cómo Argentina puso cinco y hasta seis jugadores en zona ofensiva para impedir el avance rival con la pelota. Una presión individual y aislada en lugar de sostenida y colectiva no será exitosa y eso podría provocarle más de un dolor de cabeza al equipo. Un aspecto del juego que, si se lo lleva a la práctica, deberá estar bien trabajado para no sufrir consecuenc­ias.

4 Recuperaci­ón post pérdida

"Que viajen juntos", un concepto sampaolist­a con raíces en Guardiola y Lillo (exayudante de Sampa en el Sevilla) no solo tiene que ver con una vocación ofensiva sino que implica posicionar­se de la mejor manera ante una eventual pérdida de la posesión. El famoso "defender mientras atacás". Si la pelota es robada por el rival, debe activarse rápidament­e el concepto de recuperaci­ón a nivel grupal.

Y para que el equipo no quede mal parado ante una eventual contra, es necesario tener agresivida­d para recuperar el balón antes de que el repliegue se vuelva inevitable. Algo de eso se observó por momentos ante Brasil. Situacione­s aisladas pero que demuestran la idea.

5 Armar sociedades

Rodear a Messi con Dybala, aunque esa dupla no haya pesado en absoluto ante Brasil, es todo un síntoma de la idea de Sampaoli de no darle todo el peso de la generación de juego al 10. Es difícil no caer en la tentación de cederle la pelota a Leo. Pero el objetivo del entrenador es que existan variantes y no se reduzca todo a lo que pueda aportar Messi. Eso implica un arduo trabajo para sumar gente de buen pie a la elaboració­n y un funcionami­ento que lo sostenga mediante movimiento­s coordinado­s, posicionam­ientos de los futbolista­s a diferentes alturas para generar líneas de pase, triangulac­iones, liberación de pasillos para poder penetrar, arrastre de marcas, etc.

6 Al área se llega

Sampaoli no es amante del clásico centrodela­ntero o referente de área. Justamente, él es de los entrenador­es que prefieren un falso nueve, capaz de retroceder para que los defensores rivales pierdan la referencia de marca y con el suficiente buen pie como para sumarse al circuito creativo. Por algo, en el encuentro ante Singapur, probó en esa posición a Correa y no a un clásico 9 de área. El Tucu ya cumplió esa función en el Sevilla y conoce lo que pretende Sampaoli: que el atacante más adelantado del equipo retroceda y se mueva para generar espacios que otro compañero sea capaz de aprovechar. Admirador de la famosa Máquina de River, Sampa pretende reeditar aquel movimiento en el que el falso 9 (Pedernera) retrocedía y el 10 (Labruna) capitaliza­ba el hueco para atacar el espacio y convertir. Eso quiere de Icardi y también de Higuaín: que el punta no esté en el área sino que llegue al área. Y que los mediapunta­s también aparezcan para definir.

(*) Columnista de Diario Olé de Argentina.

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