La derecha comanda, la izquierda retrocede
Uno de los fenómenos controversiales que vive la humanidad en términos políticos, es el regreso al sufragio irracional, es decir, votar como salvadores a exponentes del hundimiento. Semejante a poner a Drácula a dirigir el banco de sangre. Macri, Temer, Peña Nieto, Cartes, Kuczynski, Trump, Rajoy, Poroshenko, Tsipras, este último, heredero del redivivo dios Jano.
Aparentemente la razón es el desgaste de los gobiernos izquierdosos (PSOE, PS francés, primera versión de Syriza, también sumamos con reserva, al laborismo británico y a los demócratas norteamericanos), pero esta es una interpretación errónea. Se apostó mucho a los supuestos gobiernos progresistas, incluso se inventó el vocablo posneoliberalismo como su mayor logro, no obstante, hoy pierden comicios con representantes de la derecha recalcitrante o ganan por escaso margen.
Se acabó el bien público, la política representativa, queda solamente el omnipresente mercado y para asegurar su salud, los gobiernos se convirtieron en gerenciales. En tal sentido, la izquierda se fue derechizando según
manifestamos en artículo previo. Durante años de ejercicio, convencieron a la población de que lo único importante es el crecimiento del PIB, adosada a la competitividad, productividad, inversión extranjera, flexibilización. Lenguaje adquirido por la “izquierda” y engalanado con otras palabras seductoras: derechos humanos, salud, educación, combate a la pobreza. Poco a poco, importó más los primeros objetivos que los segundos. Ni lerdos ni perezosos, su clientela electoral percibió el corrimiento, en consecuencia, el Frente Amplio que ganaba en la primera vuelta, debió hacerlo en balotaje. Lenín Moreno triunfó por escaso margen, ídem Nicolás Maduro y si Bachelet se presentara hoy, perdería hasta con Pinochet.
En adelante, este fenómeno de los empates definirá el escenario político electoral que supera con mucho, el interés político. Interés convertido en una suerte de retoque cosmético y dedicación comprometida, esmerada, afanosa en cuestiones económicas. Los viajes presidenciales no se deben a asuntos políticos o culturales, sino a desvelos mercantiles, hecho que manifiestan
sin empacho. Su nuevo cometido es promocional. ¡Bara, bara!
Producto de haber igualado discursos (guardando ciertos matices), izquierda y derecha se confunden. La primera saca a relucir logros pasados a falta de poseer buenas perspectivas hacia el futuro, mientras que la derecha se enseñorea y, entronizada, comandan las acciones globales. Asimismo, temporalmente han licenciado a políticos sensibles a esa causa. En la actualidad, los meros dueños del gran capital asumen como gobernantes, Trump, Macri, Piñera o sus representantes directos, Macron, Rajoy, Temer, Kuczynski, Peña Nieto (complementado por Videgaray).
Ese empate habla a las claras de países divididos desde arriba y algo más perverso aún, una vez conseguida la victoria, esos supuestos redentores caen en repudios ciudadanos casi instantáneos.Trump posee una popularidad cercana al 36% a cien días de iniciado su administración, Macri 38%, Temer 5%, Peña Nieto entre 15 y 20%, Hollande 22%, Rajoy 25%, Bachelet 25%.
La derecha gobierna al mundo, en tanto, la izquierda olvidó
su definición, sobre todo, cuál es su proyecto. En todo caso piden el voto invocando lo realizado otrora, hoy corregido o desarmado. En Uruguay desconocen las funciones, solicitan apoyo electoral por ¡lealtad! Misma que debe ser el aglutinante de un evento llamado“unidad a toda costa”.
Hace pocos días Immanuel Wallerstein publicó en el periódico mexicano La Jornada:“Así que, ¿dónde estamos? Los conservadores económicos ganaron primero y luego perdieron fortaleza. Los conservadores socio-culturales que les siguieron ganaron primero y luego perdieron fuerza.Y no obstante la izquierda global parece desconcertada. Esto ocurre porque todavía no está dispuesta a aceptar que la lucha entre izquierda global y derecha global es una lucha de clase y que eso debería hacerse explícito”.
Exacto, el gran motor histórico es la lucha de clases virtualmente desmembrada. A esta confrontación esencial la inhumaron enfocados en impedir su resurrección. Los que muestran su rostro complacido es el 1 por ciento, seguro de no tener enemigo enfrente solamente a los lados.