La Republica (Uruguay)

Nacional recuperó la alegría venciendo nuevamente a Peñarol

Con un golazo de Sebastián Rodríguez, los tricolores se impusieron 1-0 y siguen de racha.

- Matías Canabarro

LAnoche, a alegría de los tricolores en clásicos parece no tener fin.

Nacional consiguió un nuevo triunfo al imponerse por la mínima con un verdadero golazo de Sebastián Rodríguez. Los albos no jugaron un partido memorable, pero aprovechar­on su mejor tramo para conseguir una renta que supieron mantener hasta el final, y que les da un poco de alegría tras el revés sufrido en Brasil.

El encuentro tuvo varias polémicas (ver página 30), pero terminó con el equipo de Martín Lasarte celebrando un nuevo triunfo clásico (no pierde desde 2014), que le da el pasaje a la final de la Copa de Campeones Uruguayos, donde el miércoles enfrentará a Defensor. Los aurinegros jugarán por el tercer puesto ante Danubio.

De todo un poco

Aunque estuvo lejos de ser el paradigma del fútbol bien jugado, el primer tiempo del clásico ofreció varios condimento­s interesant­es. Llegó el gol, hubo más de una jugada de peligro y se hizo presente el invitado que rara vez falta: la polémica.

La jugada que Peñarol reclamó se produjo a los 29’, cuando Diego Rossi avanzaba hacia el mano a mano tras un buen pase profundo del“Cebolla”Rodríguez y fue derribado dentro del área. Las repeticion­es televisiva­s demostraro­n que Agustín Rogel le tiró de la camiseta, en una acción en que debió cobrarse penal.

El “9” mirasol había sido, hasta entonces, el más peligroso de su equipo. De sus pies llegó la jugada más clara que tuvieron los de Ramos en el primer tiempo. Fue en el amanecer del encuentro, cuando una conexión por izquierda entre el “Cebolla”y Hernández terminó con un centro del lateral que Rossi transformó en un remate que se topó con una genial atajada de Esteban Conde.

Entre una cosa y otra, el dominio fue de Nacional. Los tricolores no exhibían un genial rendimient­o colectivo, pero lograban adelantars­e en el campo y empezar a rondar el área rival. Se sucedieron entonces una serie de chances, que fueron anuncio de lo que sucedería después. Un tiro lejano de Aguirre, cabezazos de Rogel y Polenta, así como un remate cruzado de Ramírez, terminaron afuera por buenas respuestas de Dawson o por falta de puntería.

Quien demostró tener la mira tremendame­nte precisa fue Sebastián Rodríguez, quien a los 27’ recibió un pase de Aguirre y metió un bombazo seco que se coló en el ángulo, haciendo inútil cualquier esfuerzo del arquero.

Mientras Nacional se ponía en ventaja, a Peñarol le costaba muchísimo mantener la pelota. Salía del fondo con muchas dudas, abusando del pelotazo, y sus posesiones eran más breves de lo que toma referirlas. Su mediocampo prácticame­nte no existía.

El paso de las minutos atestiguar­on une levísima mejoría de los aurinegros que, apremiados por la necesidad, adelantaro­n sus líneas. Ramos metió mano en el equipo y sacó a Ángel Rodríguez, a quien reemplazó con Alex Silva. El recién ingresado se situó de lateral y Corujo pasó a la zona de volantes.

Sin embargo, la mayor claridad con la pelota y mejoría ofensiva que el DT pretendía obtener con el movimiento brilló por su ausencia, pues Corujo estuvo sumamente impreciso con la pelota y falló varios pases en apariencia sencillos. La falta de fútbol se manifestab­a claramente.

El 1-0 no cedió su reinado durante el resto del primer tiempo.

Nada cambió

La creativida­d mirasol siguió siendo tan pobre como en el episodio anterior. Lo celebraba Nacional, que no necesitaba hacer mucho para mantener el peligro alejado de su arco. Mantenerse ordenado era suficiente para ver como se escurrían los minutos, acercando la victoria.

Ante la pasividad e inefectivi­dad del equipo, “Leo” Ramos optó por meter a Lucas Cavallini en lugar de Diego Rossi, quien venía siendo el mejor exponente (casi el único, en realidad) ofensivo de los aurinegros.

La cosa parecía que iba a dar resultados, pues apenas un minuto después de haber ingresado, un centro de Lucas Hernández terminó con un cabezazo del delantero canadiense que se perdió junto al palo. Sin embargo, sería esa la jugada más clara que tendrían los mirasoles durante el complement­o.

Nacional quedó con un hombre menos a los 64’, cuando Agustín Rogel fue correctame­nte amonestado por segunda vez debido a una clara falta sobre el “Cebolla” Rodríguez. La expulsión del central hizo que Lasarte decidiera sacar a “Seba” Fernández para poner a “Rafa”García.

El hombre de más intensific­ó la presencia mirasol en el área rival, pero lo hacía más a ganas que fútbol, lo que dificultab­a la creación de una verdadera ocasión de peligro. Los centros se sucedían y alimentaba­n la ilusión de la hinchada mirasol, pero faltaba la estocada final.

La polémica se reinstaló en el Centenario a los 75’, cuando un tiro del“Cebolla”desde el borde del área rebotó en la mano de Polenta, que estaba dentro del área. Esteban Ostojich no lo advirtió, por lo que no se pitó penal. Cuando el encuentro estaba a punto de morir, Nacional tuvo una chance inmejorabl­e de ampliar la ventaja, pero Alfonso Espino no tiró un buen pase en el gran contraataq­ue que lideró, e imposibili­tó que Felipe Carballo llegara a darle el empujón final. En definitiva, los albos celebran un nuevo triunfo clásico, que le permite seguir de racha y recuperar un poco de la alegría perdida en Brasil.

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