Peñarol ganó su cuarto partido al hilo y llega puntero al clásico
En la antesala del duelo con Nacional, derrotó 2-0 a Wanderers y se aseguró seguir solo en la punta del Clausura.
C on el clásico en la mente de todos, Peñarol logró un merecido triunfo ante Wanderers, que le permitió cosechar su cuarta victoria consecutiva y asegurarse el liderazgo en el Torneo Clausura.
Los goles del “Cebolla” Rodríguez y Cristian Palacios, ingresados ambos en el segundo tiempo, el equipo de “Leo” Ramos consiguió tres puntos por los que hizo mucho más que su rival. Una vez más, los mirasoles exhibieron un nivel futbolístico interesante y confirmaron que están en ascenso.
Walter Gargano, Fabián Estoyanoff y Maximiliano Rodríguez fueron algunos de los puntos altos de un equipo que llegará al partido con Nacional con ventaja en la tabla de posiciones.
Faltó el gol
Pelota e iniciativa no tardaron en teñirse de aurinegro. Procurando tocar la pelota con criterio y tratando de meter pasos que abrieran defensas y generaran espacios, el equipo de Leonardo Ramos controló el tramo inicial del encuentro, que se emparejó con el crecimiento de los bohemios cuando el reloj avanzaba.
La conexión entre Diego Rossi y “Maxi” Rodríguez, que como se ha hecho costumbre estuvo muy participativo en la faceta ofensiva, terminó con un taco del argentino y un remate del juvenil que se desvió en el camino y generó un el corner a los 5’.
Otros exponentes aurinegros que rindieron durante la primera mitad fueron Fabián Estoyanoff y Guillermo Varela, quien sin ser descollante ofreció sus mejores minutos desde que regresó.
El lateral demostró estar mejor físicamente y con más rodaje (lógica consecuencia de haber sido titular todos los partidos), lo que demostró subiendo con más frecuencia y criterio que en duelos anteriores.También fue importante a la hora de marcar.
El“Lolo”, por su parte, participó en buena parte de las ocasiones ofensivas que tuvo Peñarol en el primer tiempo. Un tiro libre que exigió una gran tapada de Martín Rodríguez y un mano a mano mal resuelto (no pudo pegarle como pretendía y terminó definiendo mal tras la gran asistencia de Walter Gargano) lo demuestran.
La otra chance que tuvo el au- rinegro estuvo en los pies de “Maxi”, que se sacó de encima a Macaluso y sacó un tiro cruzado que se fue contra el palo.
Lo dicho hasta ahora no quiere decir que Wanderers haya sido un mero espectador del primer tiempo. Sí, tuvo menos posesión y fue menos punzante que su rival, pero tuvo pasajes de lucidez colectiva que derivaron en chances peligrosas, generalmente concluidas por Rodrigo Rivera, cuya falta de puntería ahogó el grito de los hinchas bohemios.
Todo aurinegro
La balanza terminó de inclinarse a favor de Peñarol durante el segundo tiempo, que dominó completamente. Para jugar este capítulo, Ramos mandó a la cancha al “Cebolla” Rodríguez en lugar de Guzmán Pereira, modificación que le daría réditos al DT, pues el lacazino marcó el tanto con que los mirasoles consiguieron una nueva victoria.
Esto ocurrió a los 61’, cuando la superioridad exhibida en el campo se tradujo en el tanteador. Increíblemente, Wanderers durmió una siesta descomunal en una pelota quieta: Estoyanoff sacó un corner en corto hacia el “Cebolla”, que así como recibió sacó un zurdazo que selló el 1-0. La defensa ni apareció en la foto, lo que seguramente haya vuelto loco a Jorge Giordano.
Antes, Peñarol ya había avisado con un tiro libre del “Lolo” Estoyanoff, que hasta que salió continuó sacándole jugo a su velocidad y haciendo amonestar a los defensas. Tras la apertura, tuvo un par de ocasiones más (incluyendo dos goles bien anulados; uno por falta del“Cachila”previo a un cabezazo de Formiliano y otro por una jugada en que Palacio no respetó la distancia reglamentaria).
Aunque en la recta final se apagó un poco, el equipo de “Leo” fue netamente superior durante el complemento. Controló sin problemas a Wanderers, que lejos estuvo de ser el equipo peligroso que alguna vez supo ser.
Cuando moría el partido, Cristian Palacios corrió a toda velocidad y definió excelentemente un mano a mano (otra vez un magnífico pase de Gargano), para poner el 2-0 con que murió el partido.
El pitazo final dejó sentir el aplauso del Campeón del Siglo, y también su reclamo: “el domingo, cueste lo que cueste, el domingo tenemos que ganar”.