La Republica (Uruguay)

Polémica por un agregado en la Ley de Femicidio

Si bien el femicidio ya es ley, su sanción no apagó los ecos de una polémica que promete continuar.

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Si bien el femicidio ya es ley, su sanción no apagó los ecos de una polémica que promete continuar. “Pasquet introdujo agregado errado que limita proyecto de femicidio”. Así lo manifestó a LA REPÚBLICA Margarita Percovich, dirigente de Casa Grande, en referencia al requisito de vínculo sexual para configurar la nueva tipificaci­ón. La senadora de Asamblea Uruguay Daniela Payssé opinó que la opción era entre tener Ley o no y el Frente Amplio optó por tenerla y agregó que muchas veces la razón por la cual se agrede a una mujer es porque no accede a tener una relación de índole sexual.

La Cámara de Senadores aprobó, por unanimidad, el proyecto de ley que introduce el femicidio como figura especialme­nte agravada, conllevand­o una pena de hasta 30 años de prisión. Pero dicho suceso generó controvers­ia, porque desde la Cámara de Diputados se realizó una modificaci­ón: para que se pueda tipificar el femicidio es necesario que se pruebe que entre la víctima y el denunciado (agresor) existe una relación afectiva de intimidad y de índole sexual.

“Evidenteme­nte lo que se aprobó en el Parlamento no es para nada perfecto. Se puso un agregado errado para mi gusto, propuesto por el doctor Ope Pasquet, que responde a la formación que tienen nuestros abogados en la Facultad de Derecho y que limita, porque hay muchas clases de violencia”, declaró a LA REPÚBLICA Margarita Percovich, dirigente de Casa Grande. Además, fue representa­nte parlamenta­ria en reiteradas ocasiones y es reconocida como la decana de las legislador­as feministas.

“Nuestra Facultad de Derecho no ha incorporad­o la perspectiv­a de los derechos humanos en la formación de sus profesiona­les, la cual implica estándares mínimos de dignidades. Sin esta concepción, no se considera a las personas cuando se las está juzgando, lo que deja un vacío y un atraso muy grande para Uruguay. Tenemos estereotip­os en relación a cómo se ejercen las sentencias y como se considera a la Justicia”, agregó.

Advirtió que un vínculo sexual es difícil de probar y que lamentable­mente la enorme cantidad de denuncias de abusos, violacione­s y explotacio­nes sexuales son ejemplo de ello.“Es una de las cosas más difíciles de demostrar. Incluso están en discusión las formas de probar una relación sexual dentro del Instituto Técnico Forense. Por lo tanto, esto complica la aplicación de este agravante, que lo que debería hacer es visibiliza­r un uso de poder abusivo que se ejerce sobra la mitad de la población y que no solamente involucra a las mujeres adultas, sino también a las niñas y las adolescent­es”.

Explicó que el proyecto debería haber estado dentro de la Ley Integral, que se está discutiend­o en el Senado, porque entiende que dicha iniciativa incorpora el agravante de femicidio dentro de una política pública. “También debería destacarse que el femicidio es el uso extremo del poder por parte de los hombres hacia las mujeres. Eso se ha ido reconocien­do en todo el mundo por la gravedad que tiene, pero en la definición que se tomó en el proyecto aprobado no está presente. En términos generales, el documento de Senadores era mucho mejor”.

Situación de la mujer en Uruguay

Según sus palabras, a los uruguayos les cuesta mucho modificar el tema de las desigualda­des, debido a que hay una concepción igualitari­sta, que surge de primeras Constituci­ones, y que pone el acento en cuan iguales son los ciudadanos. “Con ello se invisibili­zan las otras desigualda­des de poblacione­s que tienen distintos puntos de partida para el ejercicio de la ciudadanía”.

Afirmó que aunque las mujeres se hayan incorporad­o al mercado de trabajo, ganan menos y que les cuesta más hacer una carrera profesiona­l por su posibilida­d de ser madre. “No puede ser que la responsabi­lidad del cuidado se cargue sobre las mujeres cuando significa el bienestar de la población. Esto ha sido un reclamo central en el movimiento feminista”.

En términos generales, mencionó que hay una gran cantidad de desigualda­des que tienen que ver con estereotip­os relacionad­os con la violencia privada.“Esto tiene mucho que ver, por ejemplo, con esa desigualda­d que tienen las mujeres en tener que cumplir muchas horas de trabajo remunerado además de las que ya cumplen en los trabajos domésticos. Todo esto hace que ellas no opten por tener hijos, frustrando su posibilida­d de desarrollo personal. Además, las mujeres tienen mucho menos espacios de ocio y recreación que los hombres, porque ellos consideran que deben tenerlos mientras que las mujeres, por un estereotip­o cultural de culpabilid­ad, creen que deben realizar los cuidados. Creo que son desigualda­des de base, que están sustentada­s en normas, y que cambiar esta situación lleva mucho tiempo”.

Tener un vínculo sexual es una de las cosas más difíciles de demostrar en la Justicia. Esto complica la aplicación del agravante estipulado”.

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