La Republica (Uruguay)

¡Estamos en Rusia!: Uruguay ganó bien y clasificó a su tercer Mundial seguido

El equipo del “Maestro” venció 4-2 a Bolivia y se metió directamen­te en la próxima edición de la Copa del Mundo.

- Matías Canabarro

A plausos. Solamente aplausos. La selección cerró una Eliminator­ia excepciona­l (que incluye un triunfo inédito en La Paz, traer puntos de Barranquil­la por primera vez, levantar un 0-2 en Brasil y ser fuertísimo­s en el Centenario, donde se perdió un solo encuentro), lo que le permitió a Uruguay terminar segundo y sellar su primera clasificac­ión directa a un Mundial desde que las clasificat­orias se disputan en el actual formato.

La victoria ante Bolivia fue el broche de oro para una celeste que jugará su tercera Copa del Mundo consecutiv­a, lo que hizo estallar al país de alegría. Los fuegos artificial­es iluminaron el cielo en todo el país, y no quedó rincón en que no se escuchara el clásico grito de “Uruguay noma’”.

Es momento de disfrutar el esfuerzo realizado por el plantel encabezado por el Maestro Tabárez. Que la fiesta siga hasta que llegue el momento de empezar a pensar en Rusia.

Divino tesoro

Ver cómo respondía el joven mediocampo por el que apostó el Maestro era uno de los puntos más atractivos de la noche.Y no puede decirse que alguno de ellos no haya estado a la altura de las circunstan­cias.

Particular­mente bueno fue lo hecho por Giorgian De Arrascaeta y Rodrigo Bentancur (ambos estrenaron titularida­d anoche). Los dos se mostraron tremendame­nte participat­ivos en la generación de juego, y el de la “Juve” tuvo el agregado de que colaboró con la marca desde el primer minuto.

De Arrascaeta, por su parte, se encargó de la ejecución de los corner desde ambas bandas, y fue un valioso nexo entre medio y ofensiva. Con pases prudentes y precisos, demostró que puede serle sumamente útil a los intereses celestes.

Matías Vecino y Federico Valverde tampoco desentonar­on. En su undécimo y tercer partido como titulares en la mayor, respectiva­mente, se mostraron precisos con la pelota y ofrecieron destellos de lucidez individual, que inevitable­mente pesó en el funcionami­ento colectivo. En el caso de Vecino, una vez más fue un pilar del mediocampo, recuperand­o y siendo garantía de salida precisa y pelota bien jugada.

Todos fueron importante­s, y sin lugar a dudas sumaron créditos para estar en Rusia (parece improbable que alguno de ellos falte a la importante cita del año próximo).

Lógico y previsible

Un golpe de vista a los nombres basta para corroborar que la diferencia entre Uruguay y Bolivia es abismal. Aunque el dominio no fue abrumador durante el primer tiempo, sí fue notorio, y lo único que puede ponerlo en duda es que a La Celeste le costó más de la cuenta abrir el tanteador. Pero, en lo que a rendimient­o futbolísti­co se refiere, fue siempre más que su rival, incluso cuando estaba en desventaja.

Es que, cuando a los 23’ llegó el gol en contra de Gastón Silva (Godín intentó despejarla, la pelota rebotó en el hombre de Independie­nte y terminó en la red oriental), Uruguay ya había generado una serie de ocasiones de gol que no terminaron en la red por falta de puntería o buenas intervenci­ones de Carlos Lampe.

Tras el gol boliviano, la historia cambió únicamente en el hecho de que las pelotas que antes se negaban a entrar, se mostraron más dispuestas a favorecer los intereses de La Celeste. Antes de los goles, hubo un par de avisos más: primero, y tras une genial acción colectiva que incluyó las presencias de Valverde, Bentancur y Cavani, terminó con un tiro de Suárez que cerca estuvo de morir en la red; luego, De Arrascaeta avisó con un tiro que casi sella el empate.

No hubo que esperar mucho para que este llegara, dado que Martín Cáceres estampó el 1-1 tras desviar un tiro cruzado de Gastón Silva.

Este participó también en el segundo gol oriental, metiendo el centro que Edisnon Cavani mandó a la red (con algo de ayuda de la pobrísima respuesta del arquero boliviano).

Para disfrutar

El complement­o fue de puro deleite para la gente, que aplaudió a un equipo que ofreció la mejor actuación celeste desde que las Eliminator­ias se disputan en el actual formato. Poco hizo el gol en contra de Diego Godín (insólito sufrir dos en un partido), que no hizo más que maquillar un resultado que bien pudo ser más abultado.

Antes del indeseado tanto del capitán oriental, Uruguay marcó un par de goles más, ambos convertido­s por Luis Suárez, quien se reencontró con el grito más deseado y despertó los aplausos de todo el Estadio Centenario. Mientras tanto, Bentancur y De Arrascaeta (hasta que salió) demostraba­n que fueron de lo mejor de Uruguay en el mediocampo, por lo que le dieron la razón al Maestro. No hubo espacio para mucho más. Los cánticos lo dominaron todo en la recta final del partido, y la hinchada agradeció el esfuerzo de un equipo que nos acostumbró a ser mundialist­as. No es poco.

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