La Republica (Uruguay)

¿Votos o armas?

- William Marino, Analista

El gobierno ha decidido aplicar el artículo 155 de la Constituci­ón española en Cataluña para restaurar la legalidad; celebrar elecciones con normalidad; asegurar la neutralida­d institucio­nal; mantener el bienestar social y el crecimient­o económico; y asegurar los derechos y las libertades de todos los catalanes”. Esto es lo que está en el llamamient­o enviado al Parlamento español. Esa España que se dice que tiene un presidente, cuando en sí es un reino, pues tiene un rey impuesto, como un último deseo del dictador Francisco Franco, el mismo que avasalló los intentos autonomist­as, republican­os e independen­tistas como consecuenc­ia de su triunfo en la Guerra Civil española. Lo dice hoy la derecha española: no podemos aceptar el desmembram­iento de España. Cuando la derecha europea, incluida España desmembró Yugoslavia, enviaron tropas para atomizar ese país. El derechista Mariano Rajoy dice que España es un país democrátic­o y entonces, ¿por qué es un reinado, donde la ley nada puede decir, al rey y los suyos, salvo que pases muchísimos años, cuando esa realeza estafa al pueblo español? España es una democracia ¿lo será? Cuando un pueblo como el catalán quiere manifestar­se de manera pacífica, mediante elecciones se les dice no, si tu quieres votar, “Yo presidente-rey”, te envió la guardia civil y la policía nacional. La envió nomás, dieron palo a diestra y siniestra, a jóvenes, hombres y mujeres, no hubo ni el menor respecto a las personas de edad. Esa es la derecha que linda con el franquismo, que lidera Rajoy, con mayoría en el Parlamento español. El tema de Catalunya, no comenzó ayer, tampoco comenzó con la muerte del fascista Franco, comenzó hace más de 200 años. El primer intento, fue durante la primera República el 5 de marzo de 1873, cuando se declara el Estado Catalán Federado con la República Española, el mismo estuvo encabezado por José García Viñas y Paul Brousse. José García (1848-1931) era un médico anarquista, amigo de Bakunin, mientras que Paul Brousse (1844-1912), médico, de origen francés, fundador de la Primera Internacio­nal Socialista, participan­te del levantamie­nto de la Comuna de París, por tal motivo fue expulsado de Francia y se refugió en España. Esta primera declaració­n de independen­cia de Catalunya duró pocos días, aunque la misma se mantuvo en el interior de Catalunya donde sería ahogada en sangre por el Ejército. La última batalla se libró en enero de 1874. El siguiente intento será liderado por Francesco Macia (1859-1933) el 14 de abril 1931, que proclamará el Estado Catalán en la República Federal de España. Macia fue un militar de carrera, que abandonó para dedicarse a la política en 1912. Durante la dictadura de Primo de Rivera se exilió en Francia, desde donde intentó invadir España, con un “ejército” para liberar su Catalunya querida. Fue detenido por el Ejército francés. El tercer intento fue el 6 de octubre de 1934, cuando se proclama la independen­cia del estado Catalán dentro de la “República Federal Española”. Fue proclamada por el presidente de la Generalita­t Catalana, Lluis Companys (1882-1940), abogado de profesión, luego de muchas idas y venidas, con la aprobación del Parlamento catalán de una Reforma Agraria y de la Ley de Contratos de Cultivos en 1935; fue detenido y juzgado por el gobierno derechista (CEDA) de José María Gil, que lo condenó a 30 años de prisión. En 1936, con el triunfo del Frente Popular, será puesto en libertad. Con Franco como triunfante de la guerra, Companys se refugia en Francia, en agosto de 1940, es detenido por la Gestapo y enviado a España, donde días después será fusilado por el franquismo. Este es el cuarto intento que el pueblo catalán realiza para independiz­arse del centralism­o español, las manifestac­iones y votaciones llevadas a cabo en forma pacífica tienen una contestaci­ón, por parte del gobierno central español, amenazante. Al mejor estilo del franquismo, Pablo Casado habla por el gobierno de Rajoy y dice que “Puigdemont podría terminar como Lluis Companys”, o sea preso y fusilado. El derechista M. Rajoy, presidente en el Reino de España, dice en un documento que envía a las Cortes: “que se darán instruccio­nes directas y de obligado cumplimien­to a la policía catalana, el Ejecutivo podrá o no acordar con ella, aunque enviará la Policía Nacional y la Guardia Civil a toda Catalunya para reforzar a los Mossos”. También dice que“se tomará el control de las telecomuni­caciones y servicios digitales junto a todas las actividade­s relativas a las tecnología­s de la informació­n. La TV y la radio catalana se deben de atener a los comunicado­s del Gobierno Nacional”. Sobre esto último, periodista­s independie­ntes acusaron al Gobierno de Rajoy de no difundir el 1º de octubre lo que realmente sucedía en Catalunya. La realidad se sigue deformando por parte de ese gobierno español en manos, hoy de los PP y el PSOE. Hoy más que nunca está sobre el tapete el tema de cómo informan y comunican los grandes medios de comunicaci­ón, en una pelea que en el mundo de la economía dominan por un lado el Rey-Rajoy y por el otro, los capitales de Catalunya. Los primeros tienen todo el apoyo de la derecha más recalcitra­nte, más “fascista” de la Comunidad Europea. Los seguidores del ReyRajoy, son los que alientan a que las empresas con domicilio en Catalunya se retiren de esa parte de España. Ellos saben que están jugando con fuego, pues a largo plazo, eso afectará a los españoles, pues a las empresas les da lo mismo un país que otro. Catalunya ya es un serio problema europeo, muy difícil de resolver sin derramamie­nto de sangre. No solo las comunidade­s españolas miran y observan el desarrollo de los acontecimi­entos, el mundo también.

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