Unidad en la diversidad, el ADN frenteamplista
Solo quienes hacen parte de esta“colcha de retazos”sabe lo que significa entender esa grifa propia y original de aceptar la diversidad con criterios de unidad. Discutir hasta el hartazgo pero cerrar filas una vez tomada una resolución, hacer de ello una marca, un estilo, que supo derribar la ley de lemas y generar esta forma de organización que no logran emular (y menos) acepta imitaciones demasiado burdas.
No se trata de concertar para lograr ganar una elección, quien así lo entiende hace un razonamiento muy lineal y básico, tan básico que resulta grotesco y termina cediendo a la realidad del acuerdo mismo quedando por el camino; por más que lo intenten no les sale…
Es que la esencia del frenteamplismo es aceptar las diferencias pero también hacer acuerdos que se resumen en un programa que es mucho más que un simple convenio electoral. En él se reúnen los pensamientos de miles de compañeros que acercan su parecer, lo discuten, hacen la síntesis y luego se plasma en el programa. Un acuerdo que persigue lineamientos estratégicos para alcanzar objetivos políticos que transformen la sociedad uruguaya para hacerla un mejor lugar para todos.
Por estos días se hace hincapié en las discusiones, se habla de posibles renuncias, los rumores vuelan y se instalan hasta hacerse eco en los medios de prensa que buscan la divergencia pura y dura sin detenerse a razonar que eso hace parte de la idiosincrasia frentista. No lo logran entender y así razonan, linealmente, esperando la ruptura que nunca llega.
Llámenle susto que despierta mamados… llámenle como quieran, para mí no es otra cosa que la confirmación de ese ADN del que habla el título de esta columna, y que dejaron impregnado compañeros de la talla del Gral. Líber Seregni, líder indiscutido que enseñó siempre con su ejemplo en la búsqueda de consensos que hicieran posible esa unidad en la diversidad que hace a la esencia misma de los frenteamplistas. Esta cita viene bien en días que se celebra un nuevo aniversario de su nacimiento.
Un líder que nos representó a todos, junto a tantos otros que han hecho culto de ese sentimiento de unidad que es base y fundamento del Frente Amplio. Personalidades de la estatura moral de Juan José Crotoggini, del Gral. Licandro, el líder sindical José “Pepe” D’Elía o José Cardoso, por citar a viejos dirigentes.Y otros no tan viejos que nos dejaron cuando tenían mucho para dar aún como Hugo Cores o José Germán Araújo, y a los miles de compañeros anónimos que han dejado su trabajo militante para hacer realidad aquella utopía de llegar a ser gobierno.
Tiempos modernos
Un día y otro se instalan temas harto sensibles para los uruguayos, y se los difunde como parte de la discusión fraterna, frontal y sin recortes que hacen los frenteamplistas. Porque si algo tienen claro es que dejan todo en la cancha, trancan fuerte, tanto que parecen cercano al quiebre pero sin perder de vista el principal objetivo que hace a la unidad de una coalición de fuerzas que es además movimiento.
Con el tema de los cincuentones se vaticinaron renuncias y quiebres de las mayorías, desoyeron la voz de la experiencia de un Pepe Mujica que adelantó que habría acuerdo y se comieron -otra vez- la pastilla al decir de un conocido relator de fútbol. Se desesperaron porque no se lograran los acuerdos, festejaron el triunfo antes del pitazo final. Todavía no aprendieron que hasta el último segundo de los descuentos el FA busca el consenso y lo encuentra siempre.
Así fue entonces que los diputados dieron el golpe de gracia a quienes esperaban el desacuerdo y montaron un escenario a destiempo que mereció la lacónica respuesta del presidente Vázquez al envío de un ante proyecto de ley sobre el tema cuando ya había sido laudado por la bancada oficialista.
Por unanimidad de los legisladores frenteamplistas se llegó a un acuerdo que dejó en incómoda posición a los agoreros de la ruptura y el desencuentro. Lejos de eso, se trabajó sobre el proyecto del Poder Ejecutivo buscando una solución justa, más responsable fiscalmente y más equitativa tanto intergeneracional como entre pares.
Una vez más el frenteamplismo se impuso ante quienes esperan desesperadamente la ruptura y el quiebre de la coalición de izquierda que gobierna a los uruguayos desde hace más de una década. Seguirán esperando por mucho, mucho tiempo, y quizás -algún día- se convenzan que no hay otra explicación posible que la de la unidad en la diversidad, ese ácido desoxirribonucleico que hace diferentes a los frenteamplistas…