Informe confirma que terratenientes se quedan con la mayor parte de los ingresos del campo
Llama la atención que nadie habla de la tierra, el arrendamiento y la formidable capitalización durante estas protestas.
Así lo expresa una investigación hecha en 2017, efectuada en base a cifras oficiales que están disponibles en el INE, Opypa, DGI, DIEA, entre otros organismos.
Llama la atención que nadie habla de la tierra, el arrendamiento y la formidable capitalización durante estas protestas. Mientras los terratenientes recaudaron en 2016 en concepto de arrendamientos unos U$S 641 millones, sólo le pagaron al Estado U$S 254 millones
El centro del debate en las protestas que han llevado adelante los productores rurales son los altos valores de los impuestos que tienen que pagar, el precio “bajo” del dólar y el alto costo del gasoil, y que todos estos factores combinados hacen que sus ganancias sean nulas o incluso tengan pérdidas astronómicas, lo que ha generado que la situación del campo sea considerada por ellos como “paupérrima” en varios sectores.
Ante este panorama, desde el gobierno se ha asegurado que en los últimos 13 años se ha hecho mucho, y si bien faltan algunas cosas, la realidad no es como la pintan muchos de los que viven del campo.
En ese sentido, una investigación hecha en 2017, efectuada en base a cifras oficiales – que están disponibles en el INE, Opypa, DGI, DIEA, entre otros organismos-, y que fuera dada a conocer en la revista “Problemas del Desarrollo”, a la que accedió LA REPÚBLICA, revela que mientras los terratenientes recaudaron en 2016 en concepto de arrendamientos unos U$S 641 millones, sólo le pagaron al Estado U$S 254 millones, lo que significa una diferencia a favor de los grandes poseedores de tierras de nuestro país de alrededor de U$S 387 millones.
Esto generó que se avanzara en tratar de desenmarañar estas cifras, lo que develará la real situación de la tierra, de sus propietarios, de los productores y sus ganancias.
La tierra en promedio valía entre 300 y 400 dólares la hectárea en el 2003, 2004, y tan sólo 14, 15 años después ese valor se multiplicó por diez, ya que hoy en día se vende la hectárea a más de U$S 3600, según lo que informa la DIEA.
Este fenómeno de la capitalización significó una formidable oportunidad para los terratenientes de nuestro país.
Cabe destacar que en muchos casos estos no son productores sino que arriendan.
El negocio de tener y no producir
Los arrendamientos se dan en todos los sistema productivos, y a partir de varias fuentes se informa que la producción en campo natural y campo natural mejorado se hace en un 31% arrendado, en pradera, en un 35%, en forrajeras cultivadas en un 355, en cultivo de secano (soja, maíz, sorgo, trigo, etc.) en un 70%, en arroz en un 80%, en frutales en un 30%, y en forestación en un 20%.
Pasando estos porcentajes a millones de dólares, los arrendamientos en campo natural generan 262, en praderas 55 y en cultivos forrajeros 30. Cabe puntualizar que en estos dos últimos se encuentra la lechería, la que arrienda el 50% del suelo que utiliza). El arroz arrienda por 19 millones de dólares, en cultivos de secano 239, en frutales 3 y en forestales 33. todo esto totaliza los ya nombrados 641 millones de dólares.
Hay que acotar que estos son valores promedio, y no incluyen, por ejemplo, las rentas diferentes del INC, sino que se hace en función de los promedios nacionales. Los datos son sacados de información oficial, pero pueden tener algunas variaciones en más o menos si se hacen con puntería fina, lo que si dan es la magnitud del problema. Lo que se puede visualizar, es que llama la atención que nadie habla de la tierra, el arrendamiento y la formidable capitalización durante estas protestas u otros ámbitos de debate sobre la realidad del campo.
Otro aspecto que se desprende de esto es que si según los censos, hay 3600 productores que usan sólo el 22% del suelo patrio, los que son menores de 500 hectáreas, esto significa que unos 7000 –entre productores o sociedades- tienen más del 70% de nuestro territorio en sus manos.
Dinero extra para pagar las ganancias
Pero para cerrar la ecuación queda explicar la recaudación en materia de impuestos, que el informe había revelado que en 2016 fue de U$S 254 millones.
La Opypa informó que en impuestos sobre la tierra se recaudaron 166 millones de dólares, en impuestos sobre la renta 86, indirectos 32, detracciones 1,5 y la devolución de impuestos fue de -31,5 millones de dólares.
Aquí surge otra conclusión, la que confirma lo planteado, de que es grande la diferencia entre lo que percibe el Estado por impuestos y lo que perciben los terratenientes por arrendamientos.
Además es importante considerar que durante los gobiernos del FA, se mantuvo mejorando la distribución entre los asalariados, se mantuvo constante la del Estado, disminuyó la de los capitalistas y aumentó la de los terratenientes, por lo que el citado trabajo concluye que “el sector exige una masa extra de ganancia para remunerar a los terratenientes”.