“Si no estamos juntas, no vamos a lograr nada”
Lo dijo a LA REPÚBLICA la presidenta del Sindicato Único de Trabajadoras Domésticas.
E ste domingo 19 de agosto se conmemoró el Día de laTrabajadora Doméstica en nuestro país, sector que representa el 13 % del trabajo que llevan adelante las mujeres en todo el territorio nacional.
Esta función, que es una de las fundamentales para el desarrollo de una nación y el crecimiento de las familias, que durante siglos fue una tarea muy cercana a que llevaban a cabo los esclavos, en los últimos 10 años ha mejorado sensiblemente, y los derechos que han adquirido las personas que trabajan en este sector crecen día a día.
Pero para saber más sobre lo qué pasa con el trabajo doméstico, la lucha de las trabajadoras, los avances y los desafíos aún por cumplir, es que LA REPÚBLICA dialogó con la presidenta del Sindicato Único de Trabajadores Domésticas (SUTD) Laura Rivero.
Contanos un poco de tu historia de vida y profesional
-Tengo 36 años. Vivo en Melo, Cerro Largo. Tengo dos hijos, un varón de 16 y una nena de 12. Jefa de hogar. Mi padre albañil también trabajo en lo rural y mi madre, ya fallecida se jubiló de trabajadora doméstica.
¿Cómo te convertiste en trabajadora doméstica?
-Mi primer trabajo fue a los 14 años. Estaba haciendo el liceo el cual infelizmente no termine. Me habían hablado para ir una vez por semana a limpiar toda la casa. Me hacían fregar los pisos de rodillas con esponja de aluminio. Me pagaban $70 x 5 horas, eran unos 280 pesos al mes.Yo feliz. Creía q estaba bien. Y como en mi casa éramos 9 hermanos, si bien nunca nos faltó la comida, la vestimenta, la que muchas veces ropa que nos daba la patrona de mi mama. Pero quería tener mis cosas. Aún hoy. Recuerdo las palabras de mi madre cuando se enteró de lo que me hacían hacer allí: ‘el tiempo de los esclavos ya pasó, no podes regalar tu trabajo’. Así que me prohibió volver ahí. Igual a veces hacía limpiezas. A trabajar fijo empecé cuando tuve a mi primer hijo con 19 años. Al ser madre sola y sin haber terminado mis estudios lo único en lo que podías trabajar era en el sector doméstico. Comencé a trabajar en una casa donde percibía un sueldo mensual de $1200. Cuidaba a una señora y hacia la tarea. Entraba a las 17 y salía a las 9 de la mañana. Ni hablar de la seguridad social. Luego ahí por el 2006, al haberse aprobado la ley 18.065, se puso un poco más serio eso de los aportes y empecé a reclamar. El salario ya no era el mismo. Había aumentado, aunque en el interior es muy difícil aún hoy en día ya que sigue habiendo mucha irregularidad. Luego que comencé a trabajar en regla hasta hoy no he estado sin trabajo gracias a Dios.
¿Siempre tuviste ganas de que vos y tus colegas se sindicalizaran?
-En el sindicato estoy desde el 15 de mayo de 2011. En la dirección del mismo estoy desde 2015 cuando comencé como secretaria del interior y bueno 2017 fueron las elecciones a la cual con un grupo de compañeras decidimos formar una lista a la que denominamos la lista del interior, la 1908. Sentíamos la necesidad de acortar esa brecha que hay entre Montevideo y el interior. Sentíamos que no se nos tomaba en cuenta para nada. Queríamos demostrar que las trabajadoras domésticas del interior también existen, que no porque seamos del interior somos ignorantes, que lamentablemente es como se nos ve, como se nos trata, en la sociedad en si.Y un sindicato donde la mayor parte de las trabajadoras domésticas afiliadas al SUTD están en el interior, creímos que sería bueno que la representación estuviera lejos de la capital.
Y sin dudas el trabajo que nos propusimos fue el de formar filiales en los departamentos que faltaban. De hecho lo venimos haciendo a pesar de tener tantos palos en la rueda. Logramos formar una filial en Durazno con el apoyo del plenario. Reabrimos la filial en Rivera, vamos a estar próximamente en Flores, Soriano, Minas, que son los más concretos. Se nos hace difícil ya que el dinero para viajar sale de nuestro bolsillo. El sindicato es un sindicato muy pequeño y no hay finanzas suficientes para poder salir al interior, entonces lo que hago es utilizar de mi dinero. No estoy arrepentida de ello. Creo que uno se tiene que sacrificar un poco y más si es por ayudar a las compañeras que están más desprotegidas. Vale agradecer también a varias instituciones que nos han ayudado, como Inmujeres, la Intendencia de Cerro Largo también me ayudó muchísimo. Está la Comisión de Seguridad Social la cual integran algunas compañeras y a la cual el equipo de representación de los trabajadores del BPS nos da una mano enorme ya que venimos con el pasaje pago ya que si no se nos haría cuesta arriba el poder cubrir esos gastos. Y además contamos con la solidaridad de otros sindicatos que nos brindan alojamiento tal es el caso de la Federación de Funcionarios de Salud Pública (FFSP) o como lo hizo AEBU también.
¿Cómo surgió la idea de armar el sindicato? ¿Quién las ayudó?
-Este sindicato data de la década del 60, donde un grupo de compañeras decidieron unirse para luchar juntas y en colectivo, dadas las circunstancias ya que en la época de la dictadura fueron perseguidas. Hacían un trabajo en la clandestinidad. Luego ahí por el 85 vuelven a juntarse sin mucho éxito. Hasta que en el 2005, con el cambio de gobierno, fueron convocadas por el PIT-CNT para comenzar a trabajar en la implementación de la ley. Y desde ahí ha seguido hasta hoy, con altibajos, pero aún en pie, con mucho camino que recorrer, con muchos objetivos y siempre, siempre buscando el bienestar para cada una de nuestras compañeras.
¿Cuáles son los desafíos a futuro?
-Entre los desafíos que tenemos y creo que hoy por hoy el más importante, es que en todos los departamentos haya una filial de nuestro Sindicato