Se cumplen 30 años de la última Libertadores ganada por los uruguayos
Luego de eso, Peñarol llegó a una final (2011), Danubio (1989), Nacional (2009) y Defensor (2014) a semifinales.
El fútbol uruguayo (no solo Nacional), festeja (¿o lamenta?) los 30 años de la última Copa Libertadores. Preguntamos si en realidad más que un festejo no sería un lamento, ya que luego de aquella gesta de los gladiadores de Fleitas, las formaciones orientales no volvieron a ganar nunca más este torneo.
En esta página nostálgica, recordemos anécdotas y datos del último título continental.
Consecutivos fracasos locales y ausencia de tres Libertadores seguidas fueron el preámbulo del Nacional Campeón de América de 1988. Durante 1987, la directiva del Cr. Garbarino acudió a Roberto Fleitas en sustitución del Profe De León, y el nuevo técnico provocaría sorpresa al firmar contrato, pues solicitó premio de 40.000 dólares por salir campeón del mundo. Nacional era un caos cuando llegó Fleitas y se destapó con esa idea loca de ganar la final de Tokio. Los dirigentes, entre sonrisas de incredulidad, aceptaron, pero luego tendrían dificultades y hasta un juicio para cumplir con el premio, ya que el hombre fue campeón del mundo nomás.
Concluido un decepcionante 1987, agravado por el título continental del eterno enemigo, fueron varios los futbolistas que dejaron la institución, destacándose los casos de Velichco, Faral, J. J. Rodríguez, Villazán, Julio Ribas, Carrasco, Beninca y Mauricio Silvera. Fleitas diagramó el nuevo plantel con algunos sobrevivientes como Saldanha, Tony Gómez, Saravia, Ostolaza, Cardaccio, Morán, Lemos, Vargas y Olivera, más el aporte de fructíferas incorporaciones como las de Seré (Danubio), Revelez (Bella Vista), Lasarte (Rampla), William Castro (Bella Vista), Mario López (River Plate), Molina (Bella Vista), más Aníbal Paz (arquero de Albion) y Jacinto Cabrera (zaguero de Cerrito), sumándose luego Luis Rivero (Cerro), y Carlos De Lima (Botafogo) y a mediados de año De León (Logroñés) y Carreño (Sport Vevey de Suiza).
Un equipo de hombres
Nueve de los once titulares del Nacional ´88 tenían de 26 años hacia arriba de edad, y si sumamos a Gómez, Lasarte y Morán que jugaron varios partidos, el promedio de los 14 es de 26 años exacto. Aquel era un equipo de hombres, con hambre de gloria y la madurez justa para alcanzarla. Las edades de los titulares eran: Seré (27), P. Saldanha (24), Revelez (29), De León (30), Soca (19), Ostolaza (26), Cardaccio (31), Lemos (26), Vargas (27), De Lima (26) y Castro (26). Hubo tres futbolistas que fueron varias veces titulares: Gómez (22), Lasarte (27) y Morán (26). Otros cuatro que alternaron fueron: Saravia (21), Carreño (25), López (28) y Olivera (23).
Los partidos
El partido inaugural de la Libertadores 1988 fue un 0-0 con Wanderers. En los tres partidos iniciales, contra Wanderers, América y Millonarios, frío polar, paro de trasporte y televisación (no era frecuente en aquella época) conspiraron contra la afluencia de público. En el 2-0 sobre el América, los dirigentes lograron a último momento que jugara Yubert Lemos, cuyo préstamo había vencido, y justo esa noche al melense le atajó un penal Falcioni. Entre los recuerdos y anécdotas de aquella copa no puede eludirse lo vivido en el Parque Independencia, cuando el árbitro paraguayo Maciel pitó penal para Newell´s, y el línea boliviano Barrientos lo llamó para advertirle que la falta había sido fuera del área. Entonces el juez cambió su decisión y dio tiro libre, lo que provocó el enojo del público que la emprendió contra el abanderado, que recibió una pedrada en la cabeza y debió abandonar la tarea, siendo reemplazado por el argentino Espósito.
También quedará en el recuerdo la noche del 28 de setiembre, día en el que festeja su aniversario el tradicional rival de Nacional. La reglamentación de aquel año, en la tercera fase del torneo, establecía que clasificaban los tres ganadores de llave y el mejor de los perdedores. Nacional vencía 2-0 a Newell´s, por lo que el mejor perdedor venía siendo Peñarol (caía 1-0 con San Lorenzo simultáneamente), pero un gol en contra de Cardaccio terminaría eliminando a los carboneros. Concluido el encuentro, la hinchada alba permanecía en las tribunas escuchando por radio el final de Peñarol-San Lorenzo, y celebrando clasificación propia y eliminación del eterno enemigo.
Luego, en Cali, a Nacional le tocaría vivir jornada típica de las copas de los años sesenta. Una orquesta sonando en la puerta del hotel, prostitutas ofreciéndose sin cargo a los futbolistas, y hasta un barrabrava del América, apodado “Koyak” por su calvicie, agrediendo a Seré con piñazo en el estómago cuando el tricolor salía a la cancha.
Si sería espeso el clima que el árbitro Arpi en el entretiempo no fue a vestuarios para evitar la clásica “apretada” que los narcos colombianos hacían a jueces y rivales, como lo harían al año siguiente en Medellín con los pibes de Danubio, que fueron encerrados y amenazados con metralletas.
La primera final fue en el Gigante de Arroyito, pues por la pedrada al línea boliviano fue suspendida la cancha de Newell´s. Unos 10.000 uruguayos coparon graderías rosarinas y para la revancha en el Centenario las entradas se agotaron dos días antes. Fue un 26 de octubre de hace 30 años, a estadio repleto.