Un “Sombrerero Loco” salido de una diáspora
El martes 18, fue el Día Internacional del Migrante y LA REPÚBLICA conversó con un joven extranjero que empieza a ser reconocido en las calles de Montevideo por su fantástico personaje.
Un sombrerero loco camina errante por las calles de Montevideo, tal vez en busca de un país de maravillas para materializar sus sueños o simplemente para enaltecer su vocación artística, pero muchos no saben que se trata de un joven emigrante de 23 años que dejó atrás a su país desde hace 19 meses, recorriendo varias ciudades del continente con su performance,un estilacho deshilachadoy un rictus que delata la triste sonrisa tras la historia de la migración.
JhonCristhoffer Rivera Fernández es venezolano, nació en Maracaibo, ciudad portuaria conocida poéticamente como la“Tierra del sol amada”, llegó a Montevideo hace solo seis meses y desde entonces interpreta al personaje colorido de la película Alicia en el país de las maravillas, muchos lo ven apostado en las afueras de centros comerciales o lugares icónicos de la ciudad, pero también acude a eventos privados como matrimonios y fiestas de cumpleaños.
En este escenario se mueve con mucho profesionalismo en la interpretación de una especie de mimo que se dedica a dar la bienvenida a los invitados y hacer lasselfies con los aficionados más pequeños de la casa, quienes sucumben ante la emoción del famoso personaje de sombrero gigante que termina en afectuosos abrazos, ya que este joven artista confiesa tener mucha afinidad con los niños.“Creo que tengo una conexión muy linda con los pequeños y esto hace que el personaje guste tanto”, contó Rivera a la REPÚBLICA.
Hoy recordamos el Día Internacional del Emigrante y por ello, la REPÚBLICA les cuenta la historia de vida de este joven egresado de la Escuela de Artes Julio Árraga(Venezuela) quien se enfrenta al reto de ser un artista de calle en un país que según estima “ha sido el más generoso. Realmente es un país hermoso, la gente muy cálida, me han tratado con mucho respeto y este personaje les ha gustado mucho, veo que emociona a grandes y niños, siempre buscan hacerse una foto, me felicitan y me parece maravilloso porque llegó un tiempo de mi vida en que había decidido olvidarme del Sombrerero”.
Tras partir de su país natal, recorrer varias ciudades de Colombia como un típico peregrino, Rivera llegó al Perú con su personaje, solo que la experiencia no fue muy positiva. Su esposa, con familia uruguaya, fue invitada a vivir en Montevideo, quien llegó primero y a los meses pudo unirse junto a ella en estas tierras, en busca de una vida próspera y así poder darle un hogar feliz al bebé que venía en camino. “Mi hija nació aquí en Uruguay, ya tiene cuatro meses y debo luchar cada día para sacarla adelante, soy optimista y confío en que con mucha perseverancia lo lograré”.
El sueño del Sombrerero Loco venezolano, como le dicen sus compatriotas, es ser actor, anhela poder estudiar actuación y aunque nunca ha hecho teatro, con esta experiencia del personaje de Tim Burton, ha sentido una gran curiosidad por las tablas. “Desde que estaba en la Escuela de Artes me gustó este personaje de Jhonny Deep, y trato de hacerlo tal cual es su esencia, el caminar, la mirada, los gestos de las manos, todo, porque de lo contrario sería un payaso”.
Este joven mantiene una convicción muy firme por las artes escénicas y por ello le vemos en su performance con mucha entrega, se toma muy en serio al Sombrerero Loco porque de ello depende el éxito de su trabajo artístico y su reconocimiento, además que su parecido físico con el personaje cinematográfico es impresionante. “Llegue a Uruguay sin mi traje de Sombrerero, venía dispuesto a trabajar en otras cosas, pero me di cuenta que es una ciudad altamente cultural, es majestuosa la calidez que le dan a mi personaje y honestamente admiro el valor que le dan al trabajo artístico que se hace en las calles. Muchas gracias a Uruguay por el apoyo brindado, espero que no se fastidien del Sombrerero loco muy pronto”.