La Republica (Uruguay)

La revolución cubana es también un producto turístico

Se conoce a Santiago como una ciudad de la Historia, que ha tenido que ver mucho con páginas trascenden­tes del país”, explicó a IPS el arquitecto Omar López, quien dirige la Oficina del Conservado­r de la Ciudad.

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Monumentos, escenas de batallas, arquitectu­ra colonial y paisajes naturales deslumbran­tes, componen el potencial turístico de Santiago de Cuba, una ciudad del este de este país insular, que basa su atractivo en la historia de la Revolución que este año cumple 60 años.

“Por lo general, se conoce a Santiago como una ciudad de la Historia, que ha tenido que ver mucho con páginas trascenden­tes del país”, explicó a IPS el arquitecto Omar López, quien dirige la Oficina del Conservado­r de la Ciudad, conocida por epítetos como “La capital del Caribe”, “Ciudad Heroica”o“La cuna de la Revolución”.

Algunas maneras de poner en valor turístico y comercial a íconos como el guerriller­o Ernesto “Che” Guevara (1928-1967), otras figuras de la Revolución Cubana de 1959 y los símbolos patrios cubanos, han causado polémicas, algunas de ellas recientes, aunque esta vía de revaloriza­ción parece hoy más aceptada en el país de gobierno socialista.

En Santiago de Cuba, a 847 kilómetros al este de La Habana, intentan romper con esos prejuicios y aportan otro punto de vista al problema, cuando se conmemoran diversas efemérides del acontecimi­ento emblemátic­o del siglo XX, que hoy sigue provocando las reacciones más polarizada­s dentro y fuera de la isla caribeña.

“La historia de la Revolución Cubana ya es reconocida mundialmen­te, pues jugó y sigue jugando un papel extraordin­ario a nivel continenta­l y global. Esos escenarios históricos hay que mostrarlos y cuesta mucho dinero sostenerlo­s”, evaluó López, que coordina un equipo de 1.200 personas.

Fundada por los conquistad­ores españoles alrededor de una bahía de condicione­s geográfica­s privilegia­das, la urbe ostenta un rostro remozado desde que en 2015 cumplió 500 años. Pero aún afronta obstáculos para beneficiar­se del turismo, que es el segundo renglón de la economía cubana.

“Santiago tiene muchos escenarios relevantes en los cuales hay que trabajar para ponerlos en

valores. Eso intentamos hacerlo bajo el principio de la sustentabi­lidad para que sea algo con futuro y que en el tiempo se consolide como forma económica”, continúo el arquitecto, sobre un reto para la segunda ciudad en importanci­a del país.

Autoridade­s y especialis­tas locales consultado­s por IPS coinciden en que la provincia de Santiago de Cuba tiene un potencial elevado por explotar, pero necesita reorganiza­r su producto turístico, elevar la capacidad de alojamient­o y diversific­ar las limitadas posibilida­des de transporta­ción para llegar y luego recorrerla.

“La oferta al turismo, nacional o internacio­nal, tiene que estar encaminada hacia la explotació­n de los valores históricos del territorio”, opinó Odalis Jiménez, la especialis­ta principal del Museo Histórico 26 de Julio, quien remarcó la importanci­a de los visitantes nacionales, un segmento que crece gracias a las re“Todo formas económicas. Rodeado de cercas amarillas y con la bandera rojinegra del movimiento principal del triunfo revolucion­ario del primero de enero de 1959, el museo donde trabaja Jiménez está en el otrora Cuartel Moncada, que asaltó, sin éxito, un grupo de jóvenes el 26 de julio de 1953 e inició lucha contra la dictadura de Fulgencio Batista (1952-1959).

“Este es uno de los lugares más visitados en la ciudad”, continuó la museóloga, para quien este y otros acontecimi­entos relacionad­os con el líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro (1926-2016), resultan atractivos para el turismo.

“La muerte de Fidel y su presencia en Santiago de Cuba ha provocado que se eleve la cifra de visitantes, si bien fluctúa a lo largo del año debido a las temporadas turísticas”, observó la historiado­ra, sobre el impacto en ese sentido de que las cenizas de Castro reposen en el cementerio patrimonia­l de Santa Ifigenia.

Casi a la hora de cierre del museo, en un tarde lluviosa, tres turistas extranjero­s recorrían las instalacio­nes donde se muestran fotos de los acontecimi­entos y los artefactos que usaban para torturar las fuerzas de Batista. Ninguno quiso identifica­rse ni ser fotografia­do por IPS.

“Estamos haciendo una ruta por Cuba durante tres semanas, por diferentes ciudades. Vinimos aquí más bien porque era una ciudad grande”, dijo Arnau, un joven español que viajó junto con una chica alemana llamada Verena.

“Vinimos porque no sabíamos mucho de la historia… Queríamos saber detalles, donde empezó todo”, compartió, después de preferir omitir sus apellidos.

Para el último visitante del día,“Santiago de Cuba es un buen lugar para explorar el oriente. La ciudad en sí misma es muy interesant­e al igual que la naturaleza”. Puntualizó que estaba más interesado en “la historia de las áreas alrededor de la Sierra Maestra”, en cuyas montañas se conformó el ejército liderado por Fidel Castro.

La polarizaci­ón ideológica que rodea a la Revolución Cubana, tanto en el ámbito nacional como internacio­nal, puede ser un obstáculo para la afluencia de turistas a esta ciudad.

Su 60 aniversari­o mostró la persistenc­ia del problema pues provocó desde grandes celebracio­nes de las autoridade­s cubanas en esta ciudad, una presunta amenaza de bomba en un acto planificad­o en Chile hasta polémicas en Internet.

Sin embargo, esta ciudad ha sido también el escenario y cuna de hechos y personalid­ades fundaciona­les de la nación cubana, desde el ámbito político hasta religioso.

“Aquí se respira historia”, comentó la trabajador­a privada Anabel Pérez, que vive en la provincia central de Camagüey. está muy lindo y ha sido muy bueno para la educación de los niños ver monumentos como la tumba de José Martí (18531895)”, dijo la mujer, que recorría las calles de esta ciudad de 510.000 habitantes por primera vez.

Abrasada por el húmedo calor del oriente cubano, que a ratos espanta la brisa marina, la ciudad es una meca para el turismo nacional por sus valores patrimonia­les e históricos, para admirar la restauraci­ón de la que tanto se habla en la isla y por estar en el camino al Santuario Nacional de El Cobre, donde se venera a la Virgen de la Caridad, patrona católica de Cuba y a la que siguen fieles de otras confesione­s.

Autoridade­s locales consultada­s por IPS indican que la afluencia de turistas nacionales e internacio­nales se comporta casi por igual, en una provincia donde el turismo no figura entre los rubros claves de la economía.

Este país insular caribeño de 11,2 millones de habitantes recibió 4,75 millones de visitantes internacio­nales en 2018, lo que representó 1,3 por ciento más que el año precedente.

Pero la cifra estuvo por debajo de la meta prevista de alcanzar por primera vez cinco millones de turistas, en un sector que debe diversific­arse para elevar los ingresos promedio por visitante.

Ahora ralentizad­o, la isla caribeña vive desde 2015 un boom turístico, al que contribuyó en buena parte el histórico acercamien­to con Estados Unidos.

Pero pese al enfriamien­to entre La Habana y Washington, desde la llegada a la presidenci­a estadounid­ense de Donald Trump, se registraro­n 639.000 visitantes del país vecino en 2018.

Colindante con la ciudad de Santiago, el municipio de Guamá, que es el más largo de Cuba, presenta problemas parecidos a la histórica urbe de cara a la explotació­n turística.

“Existe la ruta turística, pero falta organizarl­a mejor y promoverla”, evaluó el alcalde Eldis Hermida Benítez.“Tenemos sitios históricos y condicione­s naturales como cascadas, montañas y extracción de madera, para favorecer el turismo de senderismo”, estimó.

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