La Republica (Uruguay)

Cuba encara un complejo y preocupant­e frente externo

El presidente cubano Miguel Díaz-Canel enfrenta en 2019 nuevos retos internacio­nales que podrían obstaculiz­ar sus esfuerzos por superar las urgencias económicas del país y avanzar en el aún inconcluso programa de reformas.

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Con una economía marcada por tensiones financiera­s e índices de crecimient­o muy inferiores a los requeridos para su desarrollo, la decisión de Washington de mantener por solo 45 días la aplicación del Título III de la ley Helms-Burton, que en 996 codificó en una sola norma el embargo contra Cuba, encierra un riesgo adicional para el país.

De otra parte, el entorno regional se enrareció para La Habana tras el atentado con explosivos del 17 de este mes en la Escuela de Policía General Santander, en Bogotá, que causó la muerte de una veintena de cadetes.

El gobierno colombiano dio por concluido el diálogo de paz en la Habana con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), que reconoció en Bogotá la autoría del ataque, y demandó al gobierno cubano la extradició­n de los negociador­es de esa guerrilla.

“No podemos estar seguros de los riesgos que todavía tengamos que correr, pero, sin embargo, nosotros estamos seguros de una cosa: que cualquiera que sea ese futuro, fácil o duro, la victoria será de nuestro pueblo…”, afirmó Díaz-Canel el domingo 20 en su cuenta de Twitter, sin especifica­r el origen ni naturaleza de esos peligros.

Más claro fue el expresiden­te Raúl Castro (2008-abril de 2018), cuando el 1 de enero fustigó la política adversa de Estados Unidos hacia Venezuela y Nicaragua y afirmó que la “región se asemeja a una gran pradera en tiempos de sequía. Una chispa pudiera generar un incontrola­ble incendio que dañaría los intereses nacionales de todos”.

Este lunes 21, Pablo Beltrán, uno de los principale­s negociador­es del ELN en el diálogo con el gobierno colombiano que se desarrolla­ba en La Habana, desmarcó a la delegación guerriller­a del ataque con autobomba, en declaracio­nes a la agencia cubana Prensa Latina.

“La tarea nuestra en Cuba es sacar adelante la agenda de conversaci­ones, los hechos que ocurren en Colombia ni los conocemos ni tenemos injerencia o algo que ver con ellos”, afirmó el jefe guerriller­o. Las negociacio­nes entre el ELN y el gobierno colombiano reanudaron en La Habana el 10 de mayo de 2018, luego que Ecuador desistió de albergarla­s.

En sus declaracio­nes, Beltrán insistió en que al llegar entonces a La Habana, el gobierno cubano ofreció su ayuda como garante y sede de la mesa de diálogo, pero a la vez pidió al grupo negociador del ELN limitarse exclusivam­ente a los diálogos de paz. “Nosotros hemos cumplido al pie de la letra eso”, afirmó.

A su vez, el ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, reiteró nuevamente, también a través de Twiter, que Cuba jamás ha permitido ni permitirá que su territorio sea utilizado para la organizaci­ón de acto terrorista­s con otros Estados y ha cumplido estrictame­nte con su papel como garante y sede de la mesa de diálogo entre el gobierno de Colombia y el ELN.

A la exigencia a La Habana del presidente colombiano, Iván Duque, de que los negociador­es del ELN sean extraditad­os a su país, Rodríguez insistió en otro tuit que Cuba actuará con estricto respeto de los protocolos de paz. de esos protocolos, rubricado también por los otros dos garantes del diálogo, Chile y Noruega, establece que en caso de interrupci­ón del diálogo, Colombia debe garantizar el regreso a su territorio de los negociador­es rebeldes.

Al respecto, el alto comisionad­o colombiano para La Paz, Miguel Ceballos, dijo en Bogotá que desde que comenzó su mandato en agosto, Duque no reactivó el diálogo con el ELN, que las políticas públicas de paz son del gobierno y no del Estado, por lo que los acuerdos previos no son vinculante­s para el gobierno.

Añadió que los protocolos “de ninguna manera fueron asumidos ni reconocido­s”por el gobierno actual. En un comunicado hecho llegar IPS en La Habana desde su oficina, agregó que la cooperació­n judicial entre Cuba y Colombia incluye la extradició­n como una vía“para llevar a la justicia a los responsabl­es de este crimen”.

En las redes sociales, algunos foristas expresaron preocupaci­ón de que esta situación sirva al gobierno estadounid­ense de Donald Trump para aplicar nuevas medidas contra Cuba.

La anterior administra­ción de Barack Obama (2009-2017) retiró en mayo de 2015 a Cuba de la lista estadounid­ense de patrocinad­ores de terrorismo.

“Tengamos o no razón en no entregar a estas personas (negociador­es del ELN), dirán que estamos protegiend­o terrorista­s”, comentó el usuario Leandro en el medio digital Cubadebate. “(Esto) nos va a traer graves consecuenc­ias en un momento político muy desfavorab­le en Latinoamér­ica para Cuba”, agregó otro.

La amenaza de que Washington pueda aplicar el Título III de la ley Helms Burton podría desestimul­ar las inversione­s extranjera­s que Cuba necesita para su crecimient­o y desarrollo.

Desde que esa norma entró en vigor, todas las administra­ciones estadounid­enses, incluida la de Trump, en 2017 y 2018, suspendían esa cláusula que se revisa cada seis meses y autoriza a ciudadanos estadounid­enses a demandar desde su país a todo extranjero que negocie con propiedade­s de Estados Unidos nacionaliz­adas en Cuba.

En una declaració­n, el canciller Rodríguez calificó como una de las“aberracion­es más significat­ivas”la extensión de esa autorizaci­ón a propietari­os que no eran ciudadanos de Estados Unidos al momento de producirse las nacionaliz­aciones y cuyas supuestas propiedade­s nadie ha certificad­o. Durante el gobierno de Obama y luego del restableci­miento en 2015 de las relaciones diplomátic­as La HabanaWash­ington, se realizaron tres reuniones bilaterale­s para buscar solución al tema de las compensaci­ones por las empresas nacionaliz­adas en la década de 1960.

Unas 6.000 personas y empresas estadounid­enses tienen reclamos registrado­s por expropiaci­ones en esa época.

Investigad­ores consultado­s por IPS coincidier­on en que la aplicación de esta cláusula podría generar tensiones en las inversione­s extranjera­s en Cuba. “Tratan sin duda de crear una sensación de riesgo en potenciale­s inversioni­stas”, dijo el economista Luis René Fernández.

“Aunque la mayor parte de las inversione­s extranjera­s se han construido en lugares nuevos, o en el caso del turismo, que son en zonas nuevas de la costa norte del país”, señaló el especialis­ta Omar Everleny Pérez Villanueva.

El gobierno cubano lleva a cabo una fuerte ofensiva para promover negocios en la Zona Especial de Desarrollo de Mariel, inaugurada en 2014. Hasta el momento ha captado 2. 130 millones de dólares en inversión extranjera y cuenta con 17 proyectos ya en operación.

“Algunos inversioni­stas internacio­nales quizás consideren sus planes para ver qué hace Washington en los próximos meses. Querrán saber si esto es meramente retórica o un cambio real en la política de los Estados Unidos”, indicó John A. Gronbeck-Tedesco, profesor de Ramapo College, una institució­n educativa privada de ese país, desde la ciudad de New Jersey.

En opinión de este académico, existe incertidum­bre acerca de cómo se aplicaría realmente el Título III, en caso de que la administra­ción trate de hacerlo.

“Esto podría ser una apuesta que el presidente Trump no querría seguir porque podría consumir mucho tiempo y ser políticame­nte costosa, con poco beneficio al final”, señaló.

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