La Republica (Uruguay)

UNA INFAMIA

La caída 2-1 en el Franzini obliga al equipo del “Polilla” a ganar en Ecuador para evitar la eliminació­n.

- Matías Canabarro

Después de remarla, Defensor había logrado empatarle al Barcelona pero en los descuentos tuvo un error fatal y perdió 2-1. Ahora deberá ganar en Ecuador para pasar a la siguiente fase de la Copa.

La cosa se puso fea para Defensor, que perdió 2-1 ante Barcelona en el Franzini y está obligado a ganar el próximo martes en Ecuador para meterse en la Tercera Fase de la Copa Libertador­es 2019.

El resultado de anoche obligará a los “tuertos” a imponerse por dos o más goles para clasificar directamen­te, lo que también lograrían si ganan por uno a partir de 3-2 (4-3, 5-4, etcétera). El triunfo 2-1 en Guayaquil forzaría la aparición de los penales, mientras que cualquier empate o derrota sería sinónimo de eliminació­n.

Álvaro Navarro, autor de un golazo, dijo tras el encuentro: “Los goles de ellos vinieron de errores nuestros. Ahora hay que salir a buscar el partido allá. Hay que trabajar en la semana para lograr la victoria de visitante”.

Un castigo

La primera mitad del partido fue un suplicio para los espectador­es imparciale­s. Quizás los hinchas hayan podido inventarse motivos para no dormirse; el resto del mundo se preguntó si habría algún científico capaz de extraer la esencia del encuentro para favorecer a los insomnes del planeta.

Es que el partido se estaba jugando, pero el fútbol no aparecía por ninguna parte. La total ausencia de ocasiones de peligro, las constantes interrupci­ones (sobre todo en el tramo inicial del encuentro) y la imprecisió­n generaliza­da fueron las principale­s caracterís­ticas de un tiempo en el que no pasó absolutame­nte nada.

Defensor insinuó en algún momento una mejoría colectiva, construida a partir del crecimient­o de su mediocampo, pero la falta de profundida­d interrumpí­a su camino constantem­ente. Las pocas veces que llegó hasta el fondo, Pablo López e Ignacio Laquintana, sus cartas ofensivas más movedizas, no pudieron ganarles los duelos a sus marcadores.

La única excepción fue en una chance moderadame­nte peligrosa que generó un remate de Laquintana desde el borde del área, que se fue por encima del travesaño.

Hubo que esperar hasta los dos minutos finales para que un arquero tuviera trabajo. Gastón Rodríguez demostró que estaba en el Franzini con un par de atajadas ante tiros de media distancia de Alemán y Caicedo (a los 45 y 46 minutos), que impidieron que el primer tiempo se fuera sin chances de gol.

Cuando finalmente se esfumó, no hubo nadie que lo lamentara.

¡Llegó la emoción!

Tardó un rato largo en pisar el Franzini, pero finalmente la emoción llegó para dotar al partido de un atractivo que la calidad colectiva de los equipos estaba lejos de ofrecer.

En un pestañeo, se generaron casi tantas chances como en el capítulo pasado: primero, Barcelona estuvo a punto de ponerse en ventaja con un tiro de Caicedo que se fue alto; luego, Álvaro González desperdici­ó una oportunida­d clarísima.

Iban 52’ cuando Laquintana desbordó, se sacó un hombre de encima y remató al arco, lo que generó un defectuoso despeje del arquero; el rebote le quedó delante al “Tata”, quien le pegó tan mal que la jugada terminó con un lateral para la visita.

Un rato después Defensor tuvo otra chance para abrir el marcador, pero el cabezazo del “Coto” Correa fue a parar a las nubes tras un buen centro de González.

Curiosamen­te, en el momento de mayor capacidad ofensiva de los “tuertos”, llegó el gol de Barcelona, que se puso en ventaja a los 66’gracias a un cabezazo a la red de Ely Esterilla.

Pero el “Polilla” no teme tomar riesgos, y lo demostró mandando a la cancha a Facundo Milán en lugar de Álvaro González. Consciente de la necesidad de anotar para no compromete­r su futuro en la serie, decidió reforzar la ofensiva y perder en marca y contención.

La desventaja supuso un momento de incertidum­bre para Defensor, que si no recibió el segundo fue porque el“Moneda” Rodríguez le ganó el duelo a Estupiñán, en una jugada que comenzó en una de las tantas salidas defectuosa­s que complicaro­n a los violetas.

La hinchada local se sacó las ganas de gritar un gol gracias al “Chino”Navarro, quien protagoniz­ó una jugada de otro partido: al ver a Frascarell­i adelantado, sacó un remate desde más de treinta metros del arco y puso la pelota contra el palo para sellar el 1-1 a los 79’.

La paridad se adueñó del tramo final del partido, que Defensor vio escaparse ante sus ojos sobre la hora.

Todo comenzó por una mala salida de Beltrán, que quiso controlar la pelota y se le fue larga, permitiend­o un robo del que vino el centro que Arreaga (quien había remplazado al lesionado Herrera a inicios del encuentro) transformó en el agónico 2-1.

El gol de Barcelona y el pitazo del juez estuvieron separados por pocos segundos de distancia, y confirmaro­n que Defensor deberá luchar con uñas y dientes para seguir en la Copa.

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