El debate desde la Huella de Seregni : Los jóvenes fueron los grandes protagonistas
La fórmula Martínez Villar llegó al local central finalizado el primer debate en 25 años.
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Es una anécdota que le vamos a contar a nuestros hijos y nuestros nietos”, dijo Cecilia. La planta alta de la Huella de Seregni comenzó a llenarse media hora antes del inicio; las sillas rojas y grises, antes ordenadas, rompieron su estructura habitual y se vieron dispersas por toda la sala a medida que los militantes -jóvenes y viejos- se apiñaban para presenciar un hecho histórico: luego de 25 años, Uruguay tendría un debate presidencial.
La instancia que protagonizaron Daniel Martínez, candidato del Frente Amplio (FA) y Luis Lacalle Pou, del Partido Nacional (PN), se vivió con una mezcla de alegría y épica en el local central de la fuerza política.
El murmullo fue en ascenso a medida que se aproximaba la hora, pero se vio abruptamente interrumpido cuando las luces se apagaron y en la pantalla gigante instalada para la ocasión comenzó la transmisión de la instancia. La tensión previa a la aparición de los candidatos se canalizó en un aplauso enfervorizado cuando la cámara tomó a Martínez.
Los jóvenes, en primera fila, no podían contener gritos y aplausos cuando Martínez hablaba; los más viejos, por su parte, chistaban para poder escuchar cómo seguía el candidato. Esta dinámica se repitió durante todo el debate. Los jóvenes vitoreaban con Martínez o se reían cuando hablaba Lacalle, y los de más años pedían silencio.
Luego del primer bloque temático -Economía-, la sensación era que el candidato tropezó un poco, por lo que el segundo -Seguridad Humana y Convivencia- se encaró con un poco más de silencio. En la penumbra, iluminados por la pantalla y algún flash disperso, todos oyeron con más atención. Al ver a Martínez más entero e incluso bromeando con algo más de soltura, les volvió el alma al cuerpo.
Eventualmente, luego de que Martínez cerrara su minuto de oro con un contundente“hechos, no palabras”, absolutamente todos -jóvenes y viejoslanzaron una exclamación de victoria al unísono y comenzaron a corear“se siente, se siente, Martínez presidente”.
Sebastián, militante de la juventud frenteamplista se mostró contento luego del debate, y dijo estar seguro por el candidato que tenemos”. Detrás de unos lentes de marco grueso, su mirada lucía esperanzada, porque“más allá del candidato, las propuestas las empuja un aparato político al cual adherimos todos los que estamos aquí”.
“La juventud frenteamplista en esta elección ha sido increíble. Hay un poco de descoordinación, pero se llega a los objetivos”, concluyó, y dijo sentirse identificado con el discurso del candidato “sobre todo al final de su tiempo cuando se refirió a los jóvenes y nos recordó lo que era el país del pasado, y que es el Frente Amplio el que respalda los proyectos del futuro”.
Maximiliano, por su parte, lo vivió “con Javier Miranda al lado, bastante entusiasmado”. Vio a Martínez“bastante centrado, proponiendo cómo tiene que hacer”, mientras que, según vio,“Lacalle Pou parece que se disfrazó de frenteamplista”. La juventud, según Maximiliano, está para “acompañar los cambios” y debe ser “una juventud Martínez estuvo en una posición de presidente. Mostró la diferencia entre una posición política que propone y otra posición que no propone absolutamente nada, que lo único que hace es criticar lo que se hizo” “La palabra que más repitió Lacalle Pou fue Frente Amplio”.
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Javier Miranda
que esté cada vez más involucrada en la política”.
Minutos más tarde, llegó Daniel Martínez acompañado de GracielaVillar y fue la juventud la encargada de recibirlos coreando el jingle de campaña. Banderas, abrazos y festejos que dejaron en claro que la juventud sigue siendo -y será- la vanguardia de los movimientos políticos y en particular el Frente Amplio.