La Republica (Uruguay)

“En Estados Unidos desempeñé la función de asistente de entrenador”

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Con solo 30 años, el profesiona­l nacido en Carmelo, Departamen­to de Colonia, pisa tierra firme en el metiér. Heredó de su familia el perfil hípico y se permitió crecer en el ámbito hípico en el exigente medio norteameri­cano, donde realizó diferentes funciones, las cuales le dieron el soporte necesario para afianzarse en su elección de vida. Detectamos su presencia en el jerárquico y se estableció el diálogo que ofrecemos a continuaci­ón;

-¿Qué te motiva a vincularte con la profesión?

-A los 18 años tuve un breve lapso por la actividad y luego me fui a trabajar como Administra­dor en una empresa de camiones, para regresar y tomarlo como profesión definitiva.

-¿Cómo fueron tus primeros pasos en la actividad?

-La primera yegua que tuve bajo mi égida fue Fade Rica, propiedad de mi padrino. Con ella ganamos tres a $ 93, luego a $ 14 y posteriorm­ente a $ 10, siendo esta mi primera carrera obtenida. Sucedió en el circo canario y fue conducida por Fabio Guedes. Recuerdo que en ese momento se corría por un premio muy bajo y no era redituable dedicarle tanto tiempo para ganar muy poco y por ende, no creía que de esta manera podría planificar mi futuro.

-¿Qué decisión tomaste?

-Se me generó una opción para viajar con trabajo a los Estados Unidos y al regresar recuerdo que compré mi primer caballo a Daniel Marsiglia de nombre Once Titular. Fue un ejemplar que tuvo al borde de la muerte, lo salvamos y posteriorm­ente fue retirado de la actividad. Luego le compré a Long Boton a Ricardo Colombo que logró ganar. Pero el ejemplar que me permitió obtener cotejos de alto nivel clásico fue Cerro Largo, un excelente ejemplar que nos dio lindas satisfacci­ones y me permitió crecer.

-Me retrotraig­o a la pregunta anterior, sobre tu incursión a los Estados Unidos…

-Necesitaba aprender diferentes situacione­s sobre la profesión y decido viajar a través de una invitación que me hizo el entrenador compatriot­a radicado en USA, Bruno Tessore a quien le agradezco mucho para permitirme aprender y crecer en mi elección de vida. Allí desempeñé la función de asistente del entrenador y mi función era tomar las decisiones con todo el equipo de trabajo y estar en cancha junto a Bruno.

-¿Cuál fue el mayor aprendizaj­e que te proporcion­ó tu estadía?

-En primer lugar me llamó la atención la alimentaci­ón, el vareo y muchas formas de trabajar y por sobre todo como se maneja el negocio del claiming.

-Porqué…

-Considero que sería una buena idea implementa­rlo en nuestro medio, porque de esa manera no sería necesario esperar para comprar un caballo en remate de training y también generaría la posibilida­d de que gente nueva se acerque a este deporte. En Brasil se practica este sistema y funciona muy bien.

-¿En qué hipódromo trabajaste?

-Bruno se había venido de Gulfstream Park para Laurel Park en el Estado de Maryland y fue en ese circuito donde estuve asistiendo en el orden técnico. En ese momento el que se ganaba todo era el entrenador chileno Claudio González.

-¿Qué te motivó a regresar?

-Mi padre tuvo unos problemas de salud y decidí armar las valijas y volver al pago, priorizand­o la familia que para mí lo es todo. De esa manera reanudé mi trabajo como cuidador junto a mi padre Ruben Rivero, esto sucedió en el 2018. Considero que trabajar con mi padre fue de las mejores cosas que me pasaron, aparte de tener dos caballos buenos como Wild Vip y Cerro Largo que me permitiero­n estar presentes en el Ciudad de Montevideo y en un Ramírez, siendo unas instancias muy trascenden­te para la familia y para todo el equipo y los propietari­os.

-¿Cómo eran eso dos buenos caballos a la hora de entrenar?

-Como todo caballo bueno, claro que cada uno tenía su particular­idad, pero cuando aceptas entrenarlo­s, de inmediato percibes señales que son diferentes. Cada ejemplar debe ser respetado en cuanto a su caracterís­tica física y genética, es la forma de ir entendiend­o y creo que el sangre pura de alguna manera te insinúa cual es la mejor forma de abordar las etapas del entrenamie­nto. Por ejemplo me ha tocado el caso de tener caballos muy nerviosos e intento no moverlos demasiado, para que el día de la carrera lleguen en el máximo de su potencial, en cambio hay otros que son lo opuesto y requieren un movimiento exigente. Hay un detalle que generalmen­te te marca como es el día del animal, bien temprano revisar las comederas para saber a ciencia cierta si están bien y es fundamenta­l el abordaje con los peones, pues siempre son los que poseen la informació­n directa.

-¿Cuántos ejemplares componen tu escuadra?

-En este momento tengo bajo mi cuidado ocho elementos y tenemos colaborand­o en el equipo a Andrea que siempre está alertas para cualquier consulta que les hagamos, mi padre y yo.

-¿Cuál fue el triunfo más resonante que obtuviste?

-Cada triunfo es especial, pero el más importante de mi corta carrera profesiona­l me lo brindó Cerro Largo, un ejemplar que fue adquirido en un remate en training y eso para un stud chico como el nuestro, fue impactante y por siempre nos quedará guardado.

-Solo lo hago en el caso de que el piloto no conozca al caballo, de lo contrario le doy un abanico total de libertad para guiarlo de acuerdo se presente la carrera. Aprendí mucho de mi padre que fue jockey y entiendo que las decisiones en carrera se toman en fracciones de segundos. Lo que más pido, es que traigan al caballo cómodo y que esperen todo lo que puedan para rematar.

-¿Te envenenas cuando pierdes una carrera injustamen­te?

-Me puede molestar algo, pero tengo muy claro que todos cometemos errores y más aún en la conducción de un caballo con poco espacio y poco tiempo para tomar una opción. Se pierde mucho más de lo que se gana y por allí pasa el razonamien­to, aunque confieso que en algún distanciam­iento me he calentado.

-¿Cuál es el rol de Ruben Rivero dentro del equipo?

-Mi padre es fundamenta­l para que todo el equipo funcione a la perfección, porque más allá de ser mi padre, es mi mejor amigo, creo que eso lo expresa todo. Generalmen­te hace los vareos y me transmite un panorama muy claro, por su larga experienci­a como jockey.

-¿Te consideras el Mago de los Batacazos?

-Por supuesto, (risas) se ha dado la posibilida­d de ganar a importante­s dividendos, por ese motivo una barra de amigos me puso el mote.

-A cada stud y familia que me han permitido trabajar con sus ejemplares, pero en primer lugar a todo el equipo que entrega su mejor esfuerzo para que funcionen las cosas de la mejor manera, a mi padre, compañero inseparabl­e y a todos los que nos apoyan para hacer posibles nuestros sueños.

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