Interpretaciones, dirección y otras yerbas
El elenco está integrado por César Díaz y Pablo Robles, bajo la dirección de Ignacio Duarte. Los dos actores se ponen en la piel de estas dos alucinantes hermanas con convicción y un excelente desarrollo actoral, olvidamos si son hombres o mujeres, su transformismo no es lo que importa en esta pieza, sino la forma en que componen esos personajes, que impregnados de locura y soledad nos pasean por el tiempo que transcurre la obra. Vidas, ambas sumidas en un gran vacío existencial y para eludirlo recurren a la máquina perfecta: los recuerdos selectivos para continuar una vida que está acabada antes de comenzar el relato de la vida de ese trío. Las actuaciones de Pablo Robles y César Díaz no se permiten concesiones, por el contrario cuidan lo que hacen, no se exceden, porque saben que de este grotesco no se sale con excesos sino con una actuación cuidada y a la vez enérgica y con una cuota de sobriedad. La risa ayuda a contar la historia bajando los decibeles de la tragedia. Dos actuaciones logradas y por momentos, convengamos, feroces. El director, Ignacio Duarte, mueve este difícil y truculento puzzle con mano firme, no permitiendo desbordes, pero si les otorga una cuota importante de aire en sus composiciones, lo que hace que las marcaciones no sean visibles en sus respectivas creaciones.