Economías latinoamericanas se enfrentan al fantasma de otra “década perdida” por Covid-19
El “gran confinamiento” por el nuevo coronavirus gestará dura crisis con más de 5% de caída del PIB.
Latinoamérica registrará en 2020 una aguda caída de 5,2% del PIB por efecto de las restricciones para contener el coronavirus, con prácticamente todos los países en recesión y una recuperación en vista para 2021, estimó este martes el FMI.
Según su informe sobre las Perspectivas de la Economía Mundial (WEO), la pandemia del coronavirus, que lastrará la economía global llevándola a una contracción de 3%, golpeará con fuerza a la región.
La caída será brutal para América Latina: Brasil -la mayor economía de América Latina- tendrá una contracción de 5,3%, México de 6,6% y Argentina - en plena reestructuración de su deudatendrá una caída del PIB de 5,7%.
Tampoco se salvan las economías del Pacífico que gozaban de buena salud y Chile tendrá una caída de 4,5%, Colombia de 2,4% y Perú de 4,5%.
En Ecuador, bajo un programa del FMI y con dificultades para afrontar sus obligaciones de deuda, la retracción será de 6,3%, en Paraguay la caída del PIB será de 1% y en Uruguay de 3%.
En Bolivia -que sufrió un 2019 convulso con la anulación de las elecciones generales-, la contracción será de 2,9% y Venezuela - el vagón de cola - tendrá una retracción prevista de 15%, después de un desbarranque de 35% en 2019.
De un crecimiento bajo al desmoronamiento
Según la última actualización de las previsiones del FMI hechas en enero, la región estaba en una situación de crecimiento deslucido con una expansión prevista para este año de 1,6%, por debajo de la media global de 3,3% en 2020.
Pero entonces, la crisis por el nuevo coronavirus con epicentro en China no se había conformado como un terremoto global, con una pandemia que ya ha dejado más de 120.000 muertos en el mundo y obligado a paralizar la actividad para intentar frenar el avance de un virus desconocido.
La naturaleza misma de este golpe difiere de otras crisis. Se combinan el efecto de las medidas de confinamiento, con cierre de lugares de trabajo, perturbación de las cadenas de suministro, despidos y caída del ingreso.
Ni el mismo FMI se salvó y esta edición de su reunión semestral será meramente virtual.
En medio de la incertidumbre, los precios de las materias primas caen y hubo, a la vez, una guerra de precios que tumbó la cotización del barril de petróleo, perjudicando seriamente a los países petroleros de la región: Argentina, México, Brasil, Ecuador, y Colombia, entre otros. La merma en la actividad industrial en todo el mundo perjudica a países que dependen de la extracción de minerales. El índice del FMI para este sector caerá 10,2% en 2020 y un 4,2% en 2021, prevé el organismo.
A este cóctel tóxico para el crecimiento se suma el endurecimiento de las condiciones financieras, muy negativo para los mercados emergentes.
La búsqueda de activos seguros como el dólar ha significado un desplome de las monedas locales, algunas de las cuales han tocado mínimos históricos, y fuertes caídas en las bolsas.