Se cumplen 48 años del autogolpe y del inicio de una etapa oscura del país
Hoy se cumplen 48 años del inicio de una etapa oscura para el país. El entonces presidente de la República. Juan María Bodaberry, resolvía, con el apoyo de las Fuerzas Armadas, disolver las Cámaras de Senadores y de Diputados. Era miércoles 27 de junio pero de 1973.
El entonces jefe de Estado justificó la resolución tomada porque “la acción delictiva de la conspiración contra la Patria, coaligada con la complacencia de grupos políticos sin sentido nacional, se halla inserta en las propias instituciones, para así presentarse encubierta como una actividad formalmente legal”. Posterior a la disolución de las cámaras, Bordaberry anunció la creación de un Consejo de Estado con funciones legislativas, constituyentes y de contralor administrativo, restringió la libertad de pensamiento y a los medios de comunicación, y facultó a las fuerzas armadas y policiales a asegurar la prestación interrumpida de los servicios públicos. Un año antes, en 1972, las Fuerzas Conjuntas (organismo que abarcaba Fuerzas Armadas y Policía) detenían a los principales dirigentes tupamaros: Raúl Sendic, Eleuterio Fernández Huidobro, José Mujica, Adolfo Wasem Alaniz, Julio Marenales, Henry Engler, Jorge Manera y Jorge Zabalza. Habían sido acusados por los delitos de “sedición, secuestros, asesinatos y otros”, permaneciendo recluidos desde ese momento hasta la finalización de la dictadura, en 1985. Los citados integrantes del Movimiento de Liberación Nacional (MLN) fueron recluidos en casi total incomunicación, sufriendo diversas torturas físicas y psicológicas.
Aún en dictadura, Juan María Bordaberry finaliza su mandato constitucional en 1976.
Convencido de que la crisis político que atravesaba el país era responsabilidad del sistema político, propone a la Junta de Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas una reforma del sistema institucional, eliminando los partidos políticos y reemplazàndolos por “corrientes de opinión” en un sistema de perfil corporativista. Por su parte, las Fuerzas Armadas consideraron que el problema no eran los partidos políticos, sino los dirigentes que los integraban, y que la solución era renovar a sus componentes. Por ese motivo también es que retiran su apoyo al presidente, que se vería obligado a abandonar el cargo en junio de ese año.
Bordaberry fue reemplazado por quien era presidente del Consejo de Estado, Alberto Demicheli, y éste decidió suspender las elecciones nacionales previstas para noviembre. Acto seguido, delega la presidencia a Aparicio Méndez (ex Ministro de Salud Pública), quien asumió por cinco años.
La huelga general
En cuanto a lo sucedido con la huelga general, el martes 26 de junio de 1973 no se reunió un Consejo de Ministros, sino que el encuentro tuvo la presencia de Juan María Bordaberry con tres comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas, de manera confidencial, para definir el paquete de medidas ante la interrupción institucional.
La reacción de los trabajadores no se hizo esperar, tal como estaba dispuesto desde 1964 por la Central Nacional de Trabajadores (CNT), que ante un golpe contra el sistema democrático y republicano lanzó una huelga general contra la dictadura, lo que ocurrió efectivamente entre las 6 y 7 am de ese 27 de junio de 1973.
Entre los cinco puntos que reclamó la central única, incluyó el inmediato restablecimiento de las libertades públicas y los derechos constitucionales.
La Universidad de la República y los estudiantes nucleados en la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU) se plegaron al reclamo de inmediato de los trabajadores.
“La dictadura, que nació huérfana de todo apoyo popular, reprimió durante las demostraciones y manifestaciones callejeras, militarizó a los trabajadores estatales, puso fuera de la ley a la central y a sus dirigentes, tratados como criminales y delincuentes. El Cilindro Municipal, por entonces el estadio cerrado más grande del país, se transforma en una cárcel para albergar a los cientos de sindicalistas, estudiantes, periodistas e intelectuales que habían caído presos en el golpe de Estado”, rememora el comunicado del PIT-CNT por esos días.
Luego de 15 días de huelga general, la proscrita dirección de la CNT decidió convocar a asambleas en las fábricas y plantas ocupadas para proponer el levantamiento de la huelga, la cual es hasta ahora la de mayor duración en la historia del país. Durante la huelga, los militares detuvieron a Liber Seregni en la manifestación del 9 de julio de 1973. Ese dìa, a las 5 de la tarde, miles de ciudadanos manifestaron en repudio al golpe de Estado. Seregni fue arrestado junto a su compañero el general Víctor Licandro y pasó 16 meses en prisión. Además, fue detenido el coronel Carlos Zufriategui, y el dirigente de Por La Patria, Walter Santoro y el local del diario El Popular fue allanado por efectivos policiales y militares. En enero de 1976, Seregni volvió a ser apresado y permaneció en prisión por más de ocho años.