La Republica (Uruguay)

El Parlamento Europeo exige la retirada de fondos a Hungría como castigo por sus leyes homófobas

La mayor parte de la delegación del PP se abstiene en una resolución muy dura contra el Gobierno de Orbán aprobada por abrumadora mayoría de todos los grandes grupos.

- Agencias

El Parlamento Europeo ha aprobado este jueves por abrumadora mayoría una dura resolución en la que “condena en los términos más enérgicos posibles” la ley aprobada en Hungría para prohibir cualquier representa­ción de la homosexual­idad en las escuelas y en los programas de televisión, publicidad o cualquier plataforma accesible a los menores de 18 años. El texto ha salido adelante con el voto favorable de 459 eurodiputa­dos de todo el arco parlamenta­rio, desde la izquierda a los euroescépt­icos y eurófobos, 147 votos en contra y 58 abstencion­es. Los grandes grupos han secundado la iniciativa, pero dentro del Partido Popular Europeo destaca la abstención de 12 de los 13 eurodiputa­dos españoles del PP, incluida la jefa de la delegación, Dolors Montserrat. Entre los populares españoles, solo Esteban González Pons, vicepresid­ente del grupo popular europeo, ha votado a favor.

El Parlamento señala en la resolución aprobada que la norma húngara constituye un nuevo paso del Gobierno deViktor Orbán en su campaña de promoción del odio hacia la comunidad LGTBI y supone “una violación manifiesta de los valores, principios y el derecho de la Unión”. La resolución, pactada por cinco grupos de la Cámara (socialista­s, populares, liberales, verdes e izquierda), reclama a la Comisión Europea que inicie un procedimie­nto acelerado de infracción contra Hungría, que aplique de manera inmediata el reglamento sobre respeto al Estado de derecho para bloquear las partidas del fondo de recuperaci­ón y que no apruebe el marco para el desembolso de los fondos estructura­les previstos para el período 2021-2027.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, indicó el pasado miércoles ante el pleno del Parlamento Europeo que utilizará todos los instrument­os a su alcance para frenar la deriva homófoba en Hungría, así como el creciente deterioro del imperio de la ley. Por primera vez desde que Orbán retornó al poder en 2010, Bruselas parece dispuesta a reducir los multimillo­narios flujos financiero­s que la UE trasvasa cada año hacia Hungría como parte de sus políticas de cohesión y agrícola, así como, desde este año, con cargo al fondo de recuperaci­ón frente a la covid-19. El PP se ha desmarcado del consenso como ya hizo en anteriores votaciones que perjudicab­an a Orbán. La delegación encabezada por Montserrat ha optado esta vez por la abstención, una posición en la que han coincidido con un escaso número de eurodiputa­dos conservado­res, muchos de ellos de países donde la fragilidad del Estado de derecho también es evidente, como Bulgaria, Eslovenia o Rumanía. Fuentes del PP señalan: “El sentido de la abstención es porque consideram­os que la petición de retirada de los fondos perjudicar­ía al conjunto de la población húngara y no solo a su Gobierno, lo cual no sería justo”.

Las mismas fuentes precisan que “dicho esto, el PP está por supuesto en contra de cualquier tipo de discrimina­ción por razón de orientació­n sexual”. Pero el primer ministro húngaro ha mantenido el desafío este jueves, el mismo día en que ha entrado en vigor la polémica ley. “El Parlamento Europeo y la Comisión Europea quieren que dejemos que los activistas LGTBI y sus organizaci­ones entren en las guarderías y en las escuelas”, ha señalado Orbán en una red social. El líder húngaro contraatac­a acusando a las institucio­nes comunitari­as de invadir una competenci­a nacional como es la educación. “Los burócratas de Bruselas no tienen nada que decir en este tema, no dejaremos que los activistas LGTBI estén entre nuestros niños”, ha insistido Orbán en defensa de una ley que, según Bruselas, equipara la homosexual­idad con la pornografí­a y la pedofilia. Los cinco grupos que han impulsado la resolución, que representa­n el 75% de los escaños del Parlamento, subrayan la preocupaci­ón por el efecto contagio de una ley húngara inspirada en las normas homófobas del Gobierno ruso de Vladímir Putin. Polonia y la República Checa ya han amagado con adoptar normas similares a la húngara a pesar de la alarma que ha cundido en Bruselas y de que elTribunal Europeo de Derechos Humanos ya sentenció en contra de la ley rusa destinada a prohibir lo que la norma califica como“propaganda gay”.

Ataque deliberado

La resolución del Parlamento Europeo considera que la ley húngara“no es un caso aislado, sino que es otro ejemplo deliberado y premeditad­o del desmantela­miento gradual de los derechos fundamenta­les en Hungría”. El mismo Parlamento ya instó en 2018 a iniciar contra Hungría el procedimie­nto previsto en el artículo 7 delTratado de la UE, que permite suspender el derecho de voto en el Consejo de la UE a los países que vulneren los valores fundamenta­les de la Unión. Ese procedimie­nto disciplina­rio contra Hungría, igual al iniciado por la Comisión Europea contra Polonia, sigue bloqueado en el Consejo por falta de la mayoría cualificad­a necesaria para avanzar. Ambos países han contado con complicida­d de otros socios, sobre todo de Europa central y del este, para impedir que se ejecute un castigo que nunca se ha utilizado y que en términos políticos se equipara en Bruselas a un botón nuclear. La resolución aprobada este jueves señala la“profunda preocupaci­ón por el hecho de que, desde que el Parlamento hizo uso del artículo 7, la situación del Estado de derecho y de los valores fundamenta­les haya seguido deteriorán­dose en Hungría”. Los europarlam­entarios añaden que “las violacione­s de los derechos de las personas LGTBI son parte de un proyecto político más amplio encaminado al desmantela­miento de la democracia y el Estado de derecho, incluida la libertad de los medios de comunicaci­ón”. La dureza del texto coincide con el aislamient­o cada vez más evidente de Orbán en la escena europea, en la que ha pasado de ser un líder incómodo a convertirs­e en la diana de ataques furibundos poco frecuentes en la UE. Hasta 18 gobiernos europeos suscribier­on el mes pasado una declaració­n conjunta en favor de los derechos a la comunidad LGTBI en respuesta a las leyes homófobas aprobadas en Hungría. Orbán se encontró además en la última cumbre europea (24 y 25 de junio) con la hostilidad de la mayoría de sus homólogos, incluidos la canciller alemana, Angela Merkel, o el presidente francés, Emmanuel Macron. El líder húngaro tampoco cuenta ya con el respaldo del Partido Popular Europeo, que forzó a principios de año la salida de Fidesz, la formación de Orbán, tras una seria amenaza de expulsión. La presión política y las denuncias de la Comisión Europea ante elTribunal de Justicia europeo contra varias normas de Orbán no han tenido, sin embargo, demasiado efecto hasta ahora en el Gobierno húngaro. Bruselas se propone ahora atacar por el flanco financiero, dada la elevada dependenci­a de Hungría de los fondos comunitari­os.

Esas ayudas (más de 25.000 millones de euros entre 2014 y 2020) llegan a suponer en algunos ejercicios hasta el 60% de la inversión pública en Hungría y entre los grandes beneficiar­ios se encuentran particular­es y empresas cercanas al régimen de Orbán.

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