Desde que asumió Ruglio, los dos clubes grandes se han denunciado varias veces
Esta situación no se había dado en los años anteriores cuando en Peñarol el presidente era Barrera y tampoco cuando estaba Damiani.
El clásico del pasado 13 de diciembre, que Peñarol le ganó 3-2 a Nacional en el Estadio Campeón del Siglo, marcó un antes y un después en las relaciones políticas entre Nacional y Peñarol.
En ese partido se generaron fuertes discusiones entre los dirigentes en zona de palcos, también hubo rencillas entre los jugadores dentro de la cancha y más complicadas luego en zona de vestuarios.
Hubo además esa tarde otras situaciones que no cayeron para nada bien en tiendas tricolores, como por ejemplo la presencia de un numeroso grupo de personas habilitadas por Peñarol y por la Comisión de Seguridad, que estuvieron en la tribuna Cataldi (la que utiliza la barra brava comúnmente) alentando a su equipo. Esta situación generó un poco de asombro, ya que el comportamiento de esas personas fue típicamente de hincha, cuando se trata de un partido a puertas cerradas en el que no puede haber barrabravas.
Ruglio marcó presencia ese día
El del 13 de diciembre fue el último clásico de Jorge Barrera como presidente de Peñarol, pero se percibía claramente que Ignacio Ruglio ya estaba al mando del club. Y desde ese clásico Ruglio comenzó a marcar presencia, a transmitir claros mensajes para dejar en claro que comenzaba una nueva era, que ahora Peñarol se plantaría firme dentro y fuera de la cancha.
Nacional denuncia a Peñarol
Tras el clásico, la dirigencia tricolor realizó una denuncia ante el Ministerio de Salud Pública por irregularidades en materia de público dentro del escenario deportivo. Los muchachos a los que hacíamos referencia líneas arriba. “En primer lugar, como es de notorio y público conocimiento ingresaron a la tribuna popular denominada ‘Washington Cataldi’ varios hinchas de Peñarol, que obtuvieron un permiso especial de la Mesa Ejecutiva de la AUF, solamente para ingresar a colgar las banderas, pero de ninguna manera la Mesa Ejecutiva los autorizó para que se queden en el estadio auspiciando como hinchada”, indicaba el documento presentado por los tricolores. El mismo continuaba diciendo que“Es claro que Peñarol con este hecho acaecido violó todos los protocolos de sanidad establecidos por el MSP en plena pandemia sanitaria lo que configura situaciones jurídicas muy graves. También se violaron todos los protocolos que en ese sentido estableció la propia AUF que no es posible entender cómo permitió que ese grupo de hinchas permaneciera en el estadio”.
Pero el comunicado también apuntó a que “Peñarol continuó violando todas las normas” apuntando a aquellos que estaban ubicados en la Tribuna Henderson “por la cantidad de parciales que obviamente excedían lo permitido en las listas que establece la AUF. Este hecho, al igual que el primer hecho, viola todos los protocolos sanitarios. Cuando se viola abiertamente las normas impuestas por el Ministerio de Salud Pública, no podemos no formularnos determinadas preguntas: ¿sinceramente no se podría haber evitado estos lamentables sucesos?, ¿cómo es posible que el personal de seguridad que se encontraba en los accesos de entrada haya permitido que entre más gente que la que estaba autorizada por las listas AUF?, se podrá hacer justicia a partir del día de hoy? En definitiva, por todo lo expuesto a ese Ministerio solicitamos que proceda con las acciones correspondientes en aras de la justicia. Esta situación no puede permanecer impune y confiamos en que se actuará de manera eficiente y con la severidad que requiere el caso”.
Peñarol respondió con otra denuncia
Un día después de que Nacional denunciara a Peñarol, la entidad aurinegra resolvió contrarrestar con denuncias a su par tricolor.
Peñarol denunció a Nacional por los siguientes hechos: 1) cuando en los minutos finales del partido se produjo una discusión entre dirigentes y funcionarios en la tribuna Henderson, integrantes de la delegación de Nacional invadieron la zona neutral de esa tribuna; 2) se denuncia que varios de los integrantes de la delegación de Nacional no tenían tapabocas; 3) se reclama por roturas en el vestuario visitante.
El delegado Juan Antonio Rodríguez remarcaba que “Peñarol denuncia hechos, no personas; la presencia del avión, la invasión de parciales, delegados, oficiales y directivos de Nacional a la zona de pulmón que había entre las dos áreas asignadas a las instituciones, y la trifulca que se armó en zona de vestuarios, donde nuevamente los jugadores de Nacional invaden la zona que estaba delimitada. También denunciamos las declaraciones de los distintos dirigentes, que entendemos que tienen una potencialidad de violencia muy grande y merecen ser puestas en conocimiento de la Comisión de Seguridad y la Comisión Disciplinaria de la AUF”.
Rodríguez denunciaba que “Llegamos al estadio y nos encontramos con una avioneta sobrevolando el espacio aéreo del Campeón del Siglo con un cartel que hacía referencia a finales perdidas el año pasado con el tradicional rival. Eso de por sí crispó los nervios de todos los presentes. La gente de Nacional lo vitoreó como una chanza graciosa, pero objetivamente considerada entendemos que es el comienzo de lo que se verificó en la cancha y fuera de ella”.
Luego, el delegado dejó en evidencia algo que ya ha quedado demostrado: que las relaciones entre estas directivas no son nada buenas: “Nacional presentó denuncias al Ministerio del Interior y de Salud Pública denunciando hechos. Esperábamos que no fuera así. Con los dirigentes y delegados de Nacional nos llevamos bárbaro, pero institucionalmente tomaron esa opción. Peñarol no estila hacer denuncias en los escritorios ni tratar de obtener victorias que no se logran en la cancha, pero nos vimos en la necesidad de contrarrestar las denuncias que van desde el episodio del avión hasta las declaraciones de Alejandro Balbi y Gustavo Amoza”.
Ahora vuelven a denunciarse
Las denuncias de diciembre tuvieron su replay ahora en el invierno. Tal como detallamos en la nota titulada “Sigue la guerra entre los dirigentes: Peñarol denunció a Nacional por cánticos agraviantes en el clásico”, en estas últimas semanas la Seguridad de Nacional denunció al dirigente aurinegro Jorge Nirenberg y ahora Peñarol denuncia a Nacional por las “canciones agraviantes” irradiadas por los alto parlantes en el último clásico. Queda claro que las relaciones entre ambas directivas eran de una formas cuando en Peñarol el presidente era Jorge Barrera, muy amigo del vice tricolor, Alejandro Balbi, y otra cosa han sido desde que Ignacio Ruglio y su gente tomaron la conducción de los carboneros.