En 2020, el suicidio fue la primera causa de muerte en jóvenes entre los 15 y 24 años
Para el profesional, los 1.450.000 usuarios de ASSE son todos potenciales pacientes de salud mental; dijo que el organismo tiene un debe en cuanto a horas de atención y a la psicoterapia.
Entrevista al psiquiatra Pablo Fielitz, director de la Dirección de Salud Mental y Poblaciones Vulnerables de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE).
Pablo Fielitz es psiquiatra, magíster en drogodependencia y director de la Dirección de Salud Mental y Poblaciones Vulnerables de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE). En diálogo con LA REPÚBLICA, el médico habla acerca de la realidad de la salud mental en ASSE a nivel país, el suicidio, las necesidades de la población, la pandemia y cómo se visualiza el día post-covid, entre otros temas.
¿Quiénes están comprendidos dentro de esa área que usted dirige y cómo está hoy?
La División de Salud Mental y Poblaciones Vulnerables tiene cuatro unidades ejecutoras a su cargo. Son el HospitalVilardebó, Seremos, el Portal Amarrillo y SAI - PPL, que es el servicio de asistencia integral a las personas privadas de libertad. Además tiene la dirección técnica de lo referente a salud mental en los equipos de salud mental de territorio, de hospitalarios y los ámbitos que tienen que ver con salud mental a nivel de ASSE. Entonces, en realidad ASSE tiene aproximadamente 1.450.000 usuarios, y potencialmente todos tienen que ver con la Dirección de Salud Mental.
¿Cuáles son las bases de las políticas de salud mental?
Lo primero es que existe un plan rector de las políticas de salud mental para todo el país, que es el plan de salud mental 2020 - 2027, que elaboró el Ministerio de Salud Pública en febrero de 2020.Y está enmarcado en la ley de salud mental que es 19.529, aprobada en 2017.Y se implementó en 2018. Entonces, ¿qué sucede?, en términos generales, el modelo asistencial que se plantea implica un cambio. Porque es un modelo asistencial centrado en la comunidad, en la asistencia en territorio, más que en hospitales. Entonces, se va orientando el modelo, saliendo del modelo asilar, donde se colocaba al paciente con enfermedades mentales en un asilo o el modelo hospital o céntrico que toda la asistencia gira alrededor del hospital, hacia un modelo centrado en la comunidad. Es decir, un modelo que prioriza la asistencia en territorio y en comunidad donde la persona vive y transcurre la mayor parte de su vida. Ese cambio de modelo nosotros lo compartimos y de alguna manera le hemos dado prioridad. Porque, por ejemplo, en todo lo que tiene que ver con mejorar la accesibilidad de tratamientos para las personas nosotros hemos priorizado, en forma importante, el fortalecimiento de los equipos de salud mental del territorio. Que son la columna vertebral de las asistencias instrumentales. Pensamos que eso es lo que se tiene que fortalecer y en donde aparte habíamos tenido una pérdida de más del 30% de los psiquiatras de los equipos de salud mental en un poco menos de 10 años. Así que nosotros ahora con el acuerdo con las gremiales médicas y con las sociedades científicas ya estamos, ya se cerró el llamado a concurso para las funciones de alta dedicación para la red metropolitana, primero interno. La gente no va a estar trabajando sola o exclusivamente en hospitales. Va a combinar el trabajo en hospital con el de policlínica. Porque necesitamos fortalecer las policlínicas. Necesitamos fortalecer los hospitales. Pero necesitamos, sobre todo, fortalecer los equipos de territorio.
¿Cuándo los psicólogos y psiquiatras consideran que un usuario tiene un problema o situación que puede derivar en una enfermedad mental? ¿Cuál podría ser el límite?
Un aspecto es qué impacto tiene en la vida cotidiana el síntoma o la situación que la persona plantee. Eso es una. Es decir, una cosa es que una persona puede estar triste porque no ve a los nietos, otra situación es distinta si no se puede levantar de la cama, adelgazó, no tiene interés en vivir, no tiene ganas de levantarse, se está descuidando, no se baña. Hay una serie de cuestiones que dan un indicador de gravedad del síntoma que tiene la persona. Entonces, eso puede ser indicador de la necesidad de consulta en general rápida. No se puede demorar una consulta en una situación de esas. Los indicadores van por ese lado. Es decir, en qué medida el síntoma o los síntomas que la persona expresa están teniendo impacto en su vida cotidiana. Porque el malestar emocional no necesariamente implica enfermedad mental. Una persona puede sentirse ansiosa. A uno le tocó estar cuarentenado por el Covid. Eso no significa que la persona está teniendo un trastorno mental. Está sufriendo, tiene sufrimiento psicológico que le genera ansiedad o le genera malestar, o se pone irritable. Es una reacción emocional frente al estrés. En este caso el estrés del encierro. Entonces, el operador actúa en función del impacto de los síntomas y de la severidad. Por eso hay una guía, y los pacientes se dividen en tres categorías, que pueden ser de color verde, amarillo o rojo. De estas categorías, actualmente tenemos que un 38% son pacientes calificados como verdes, 36% amarillos y 9% rojos.Y un 17% no tenemos datos (Información de llamadas de línea de apoyo emocional).
¿Cómo empiezan a observar el alcance y las consecuencias del Covid sobre la salud mental?
Yo llegué a la Dirección de Salud Mental el 20 de mayo de 2020. La línea de apoyo emocional fue de alguna manera un