La Republica (Uruguay)

Un exilio que abrió puertas: contactos internacio­nales impensable­s

A lo largo del relato, basado en mis archivos, hemos ido pasando revista a contactos y amistades nacidas en el exilio. Desde eurocomuni­stas a socialdemó­cratas, liberales, conservado­res… iglesias de todos los credos.

- Por Juan Raúl Ferreira

¿Qué lograba esa solidarida­d impresiona­nte? Mi generación conoció en Uruguay la acogida a refugiados.

Desde republican­os españoles a peronistas tras la sanguinari­a

“Libertador­a del 55”. En México vivían algunos (Aldunate) de los refugiados del franquismo.

Otras colectivid­ades de exiliados de los 70 recibían apoyo, pero no lograban los consensos impresiona­ntes que recibía Uruguay, el exilio en general y en especial la “Convergenc­ia”, que pudo abrir puertas más allá de definicion­es político-partidaria­s o ideológica­s.

En EEUU, ya se habían logrado cosas cuya importanci­a yo mismo no asumía su alcance. La amistad con la familia Kennedy. Esta amistad llegó, como solemos contar, cuando Kennedy llegó a Uruguay a visitar a Wilson que estaba enfermo. Apenas estuvo acá unas pocas horas.

Los aniversari­os de Zelmar y Toba, se conmemorab­an, en Washington, en la Capilla del edificio de nuestra oficina, frente al Capitolio (100 Maryland Avenue NE). En uno habló Kennedy, en otro el candidato presidenci­al Tom Harkin. En Nueva York, en el Centro de Iglesias de las Naciones Unidas (777 UN Plaza). Allí conocí a la primera mujer rabina.

En setiembre del 78, cuando ya se retomaba la vida parlamenta­ria tras el receso de agosto, muere en Uruguay envenenada Cecilia Fontana de Heber. El servicio religioso que mi oficina organizó en su memoria fue ecuménico. Ante una plural presencia bipartidis­ta de EEUU, los celebrante­s fueron el Arzobispo Católico Walter Sullivan (Virginia del Norte); el Obispo metodista James Armstrong, (Dakota del Sur) y el Rabino Morton Rosenthal (Liga Antidifama­toria N.Y.)

Y así era todo: plural en lo político. En lo religioso, ecuménico. Para ello, fue fundamenta­l el aporte de dos pastores metodistas exiliados uruguayos: Emilio Castro, Secretario General del Consejo Mundial de Iglesias (con sede en Ginebra) y el Pastor Oscar Bolioli, Director para América Latina del Consejo Nacional de Iglesias de EEUU.

Pero lo que más llamaba la atención era la pluralidad política. A fines del 79, el Fondo para Nuevas Prioridade­s en Américas (FNPA en su sigla en inglés) organizó un Seminario y me invitó. De América Latina participar­on Sergio Bitar (exministro de Chile) y el diputado socialista boliviano, luego asesinado, Marcelo Quiroga Santa Cruz.

De EEUU los panelistas fueron, entre otros, Richard Fagen de la Casa Blanca, los Senadores Kennedy (D), Jacob Javits (R), Mc Mathias (R), Mc Govern (D), el diputado y luego Candidato presidenci­al Tom Harkin (D). También Pat Derian, Subecretar­ia de Estado, Brady Tyson (asesor del Presidente Carter) y presidia Tom Quigley, (Director para América Latina, Conferenci­a de Obispos Católicos). Impresiona­nte.

Yo, uno más entre esos gigantes. De la comunidad de ONG con Joe Eldridge, Oficina de Washington era América Latina (WOLA), Larry Birns, Consejo de Asuntos Hemisféric­os (COHA); Roberta Salper, Instituto de Estudios Políticos (IPS); William Goodfellow, Centro de Política Internacio­nal (CIP).

Las fotos muestran que además de exponer, departía con los panelistas más destacados de EEUU como un igual (¡!). Conservo el libro que sacaron con las ponencias selecciona­das, (foto) entre ellas la mía. ¿Me daría cuenta con 25 años todo lo que significab­a?

Sin duda, inspirados por el “Grupo de los 12”, de Nicaragua, (algunos hoy exiliados de la Revolución que ganaron) pero consciente­s de ese enorme potencial, es que en el 80 se formó la Convergenc­ia Democrátic­a. Su acción se centró mucho en este hemisferio. Pero algo que ocurrió en el 81, al cumplir un año, nos obligó moralmente a viajar y realizar una gira por Europa.

Primero fue una carta al gobierno de Uruguay tras el plebiscito del 80 exigiendo se respete el pronunciam­iento del pueblo. Llevó la firma de más de 500 expresiden­tes y legislador­es de 76 países distintos. Luego la conformaci­ón en Washington de la Comisión por la Democracia en Uruguay con los Presidente­s o Srios. Grales. de los partidos de los países democrátic­os en América Latina.

En abril del 81 la Convergenc­ia cumplía un año. Un año de aquel día en la Sala Oficial de Prensa de las Naciones Unidas, con autorizaci­ón de su Srio.Gral, anunciábam­os su confirmaci­ón. La celebració­n se realizó en México. Un hecho hizo que nuestro aniversari­o ganara atención mundial.

Estuvieron, entre otros tantos líderes mundiales: René de León Schlotter, de la Unión Mundial Demócrata Cristiana; Urs Schotli, de la Liberal y Bernt Carlson de la Socialista (Socialdemó­crata). Era la primera en la historia, vez que participab­an de un mismo acto los Srios. Grales de las tres internacio­nales eurocentri­stas. La noticia recorrió el mundo.

Ello no opacó la Presencia de A. Zegbe, Srio. Gral de Coppal; los Senadores conservado­res e Colombia Apolinar Díaz Callejas y Alfredo Vásquez Carrizosa, excancille­r de aquel país. Anselmo Sule, Vicepresid­ente de la IS, entre tantas personalid­ades. La foto ha perdido definición con el paso de los años, pero mantiene su importanci­a histórica, bajo la consigna “Que se Cumpla la Voluntad Popular” en referencia al Plebiscito del 80.

Antes de recuperarn­os del esfuerzo organizati­vo del acto, nos lanzamos a Europa. Allí, a modo de ejemplo: en Italia, el Primer Ministro democristi­ano, Giulio Andreotti y el líder de la oposición, Bettino Craxi del socialismo. En Francia François Mitterrand y Simone Weill Presidenta del Parlamento Europeo. En Alemania, Willy Brandt. En Londres Harold Wilson, David Steel.

España fue una buena síntesis de la gira: Santiago Carrillo, fundador del Eurocomuni­smo; con él fuimos a ver a la legendaria “Pasionaria” (Dolores Ibárruri), la del célebre no pasarán de la Guerra Civil Española. Estuvimos con dirigentes de todos los Partidos (Gobierno y Oposición). Con Enrique Tierno Galván, Alcalde de Madrid. Al final, llegó lo más inesperado: hice use de la palabra en nombre de la delegación y en presencia de toda ella, en el pleno del Senado Español.

A lo largo de estas páginas hemos ido contando contactos, reuniones, diplomacia del exilio. Desde que EEUU cortó la ayuda militar hasta que en la Casa de Gobierno de Quebec flameó la bandera de la Convergenc­ia Democrátic­a. En Venecia conocimos al Cardenal Albino Luciano, que meses después, tras la muerte de Paulo VI, fue elegido Papa con el nombre de Juan Pablo I. Hemos querido agregar, a la solidarida­d en EEUU y Latinoamér­ica, la de Europa, donde logramos generar este consenso.

En algún momento había que escribir todo esto. Evitar que la historia reciente, tan caprichosa a veces, lo olvide.

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