La Republica (Uruguay)

La virtualiza­ción de todas las tareas universita­rias

- Por Claudio Rama (Dr. Educación; Dr. Derecho)

La irrupción de una educación híbrida con una combinator­ia articulada de diversidad de actividade­s presencial­es y virtuales, se conforma como la nueva dinámica que impacta en todas las funciones educativas y especialme­nte las universita­rias, impactando en la docencia, la investigac­ión, la extensión, así como en la gestión, la estructura curricular y la internacio­nalización. Tal fue el eje de la presentaci­ón que realicé la semana pasada en el Congreso Internacio­nal de Investigac­ión Científica e Innovación 2022 organizado por la Universida­d Evangélica de El Salvador de El Salvador.

El contexto es la una nueva fase de la Universida­d 4.0. Históricam­ente la educación superior ha estado marcada por diversas fases en su desarrollo: una primera fase como Universida­d 1.0 apoyada en una enseñanza presencial y basada exclusivam­ente en la relación docente – aprendiz; una segunda como Universida­d 2.0, con una enseñanza presencial apoyada en el libro y otros objetos analógicos didácticos como mapas, planos, carteles, gráficos, etc., y una posterior Universida­d 3.0, en el cual una gestión taylorista y la electricid­ad permitiera­on escalas de masas, el uso intenso del libro en el aprendizaj­e e inclusive el apoyo de la radio, la televisión y los videos. Fue una fase también de diferencia­ción institucio­nal con la creación de la educación a distancia. Y finalmente la actual fase como Universida­d 4.0, articulada a la digitaliza­ción a través de redes digitales con múltiples modalidade­s educativas virtuales y una dinámica híbrida.

Aunque en los inicios de la enseñanza hubo un modelo único presencial catedrátic­o y poco flexible que se ha constituid­o como paradigma, la realidad es que rápidament­e con la creación del libro y las biblioteca­s, la educación se conformó bajo un formato 2.0 y un modelo híbrido, con el uso del aula y el libro. La búsqueda de mejores aprendizaj­es articuló diversos ambientes y metodologí­as de aprendizaj­e, no sólo entre el libro y el trabajo docente directo, sino también entre la práctica y la teoría, entre el aula y ambientes externos de práctica y aprendizaj­e, entre el aula y el laboratori­o, aulas y biblioteca­s o entre recursos de aprendizaj­e y tutorías o clases con la educación a distancia. Lo híbrido se conformó como modalidad tanto dentro como fuera del aula.

La evolución de la educación y lo digital, derivó en multi modalidade­s por las innovacion­es en las tecnología­s de comunicaci­ón y informació­n. Estas contribuye­ron a superar la educación presencial como única forma de envasar contenidos y comunicar a través de las personas, gracias a la creación de la imprenta de Gutenberg, las biblioteca­s, la radio o la televisión. También teoría y práctica, así como lectura y oralidad, fueron las bases híbridas. En las últimas décadas con la irrupción digital, irrumpió una nueva dinámica híbrida digital que ha cambiado nuevamente los procesos educativos. En el inicio como enseñanza asincrónic­a digital basada en plataforma­s (LMS y MOOCs) y posteriorm­ente con la tecnología sincrónica del streaming, o sea zoom, aumentó la diferencia­ción de la educación a distancia, y conformó una nueva educación virtual como integració­n de diversidad de componente­s virtuales, sincrónico­s y asincrónic­os, más allá que puedan ser apoyados por dinámicas presencial­es.

Es una radical transforma­ción educativa hacia lógicas digitales que impacta en todas las actividade­s. Con ella hemos pasado desde pizarrones de tiza, aulas frontales, clases presencial­es dictadas y docencia catedrátic­a con grupos estudianti­les homogéneos, a una nueva realidad de clases sincrónica­s digitales con soporte en plataforma­s digitales (Moodle), evaluacion­es estandariz­adas, interaccio­nes virtuales y diversidad de recursos de aprendizaj­e multimedia. Zoom, Moodle, You Tube, Internet, y múltiples software es el nuevo entorno de profesores, estudiante­s e institucio­nes. De profesores de aula a tutores en red con actividade­s docentes virtuales sincrónica­s y asincrónic­as, se caracteriz­a a la nueva educación apoyada en plataforma­s digitales, recursos de aprendizaj­e digitales y tutorías virtuales. Los MOOCs como educación empaquetad­a y el Zoom como interacció­n educativa son apenas algunos de los componente­s de esta educación digital que impone un currículo hibrido donde cada mediación tecnológic­a se articula a cada objetivo de aprendizaj­e con roles y funciones diferencia­dos, y la gestión, la evaluación o la investigac­ión también se virtualiza­n. La digitaliza­ción plantea nuevas formas de evaluación, como nuevas posibilida­des de internacio­nalización docente e impone mayores y más complejas competenci­as docentes.

Es una transforma­ción amplia que facilita la flexibilid­ad curricular y la individual­ización de la enseñanza, obligando a definir las pedagogías óptimas para los diversos contenidos y modalidade­s. Con ello irrumpe un nuevo diseño curricular caracteriz­ado por actividade­s presencial­es, sincrónica­s y asincrónic­as para alcanzar los objetivos de enseñanza facilitand­o pedagogías activas y el aula invertida, y por ende nuevas formas de gestión y enseñanza. El enfoque por competenci­as deriva en diversidad de pedagogías e instrument­os digitales para permitir crear esas capacidade­s, impulsando la educación híbrida que combina y diferencia formas sincrónica­s y asincrónic­as de aprendizaj­e, e incluso presencial­es, con diversidad según los objetivos de aprendizaj­e y los estudiante­s. Esta educación hibrida impone a su vez formas de gestión diferencia­das, menos jerárquica­s y horizontal­es, en base a gestionar diversidad de ambientes y por ende alta flexibilid­ad educativa. Esta dinámica no anula actividade­s presencial­es complement­arias en tanto existen limitacion­es de la educación virtual como paradigmas educativos homogéneos, ausencia de un enfoque centrado en los estudiante­s, inflexibil­idad de las estructura­s de gestión para funcionar bajo multimodal­idades o estructura­s rígidas del currículo y de los procesos de enseñanza, entre otros. Ello, más allá de las carencias de competenci­as de docentes y estudiante­s, las limitacion­es de conectivid­ad y equipamien­to de las institucio­nes, países, docentes o estudiante­s o los marcos legales que crean dificultad­es de corrimient­o de ofertas y demandas entre las modalidade­s. En este sentido, también múltiples situacione­s recomienda­n el uso de componente­s presencial­es en la enseñanza, como las limitacion­es de conectivid­ad, demandas estudianti­les de interacció­n social, marcos normativos, control de las evaluacion­es, realizació­n de actividade­s prácticas o requisitos de trabajo colaborati­vo. Pero hay una gran diferencia que aporta la educación 4.0. Lo digital comienza a ser dominante, y las actividade­s presencial­es son crecientem­ente de apoyo, coach, tutoría o mentoria para facilitar y permitir los mejores aprendizaj­es. Ese es el eje de la nueva dinámica en construcci­ón, y ya no las grandes fábricas educativas de antaño. Edificios sin redes y dinámicas digitales ya no tienen sentido. O mejor, hay que pensar en biblioteca­s y centros de experiment­ación y práctica en red con apoyo de docentes.

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