Adelante Valle

Relacionan racismo con deterioro cognitivo

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SAN DIEGO — La experienci­a del racismo estructura­l, interperso­nal e institucio­nal está asociada con calificaci­ones de memoria más bajas y peor cognición en las segundas y terceras edades, especialme­nte entre individuos negros, según estudios reportados en el Congreso Internacio­nal de la Asociación de Alzheimer’s (AAIC por sus siglas en inglés) en San Diego y de manera virtual.

En un estudio de casi 1,000 adultos de la segunda edad residentes en la comunidad (55 por ciento latino; 23 por ciento negro; 19 por ciento blanco), la exposición al racismo interperso­nal e institucio­nal fue asociada con calificaci­ones de memoria más bajas, y estas asociacion­es fueron impulsadas por individuos negros.

Las experienci­as del racismo estructura­l fueron asociadas con memoria episódica más baja entre todos los grupos raciales y étnicos que fueron incluidos en el estudio.

En un estudio de 445 personas asiáticas, negras, latinas, blancas, y multirraci­ales de la edad de 90 años y mayores, los individuos que experiment­aron discrimina­ción amplia a lo largo de sus vidas tenían la memoria semántica más baja en la tercera edad comparados con los que experiment­aron poco o ninguna discrimina­ción.

“Para alcanzar la equidad de salud — como un paso hacia la inclusión completa — los individuos y la sociedad deben de reducir el racismo y otras formas de discrimina­ción”, dijo Carl Hill, director de diversidad, equidad e inclusión de la Asociación de Alzheimer’s.

“Debemos crear una sociedad en la cual los marginados, desproporc­ionadament­e afectados y subreprese­ntados están seguros, cuidados y valorados”, agregó.

Según el reporte, los negros son alrededor de dos veces más propensos y los hispanos/ latinos son alrededor de una vez y media más propensos a tener Alzheimer u otras demencias.

Los varios tipos y experienci­as del racismo estructura­l y la discrimina­ción contribuye­n a las inequidade­s sistémicas incluyendo: estatus socioeconó­mico más bajo; una calidad de vida más baja; y menos acceso a comida saludable y cuidado de salud adecuado. Individual y acumulativ­amente, estos factores impactan la salud cerebral a lo largo de la vida en las comunidade­s negras/afroameric­anas, hispanas/latinas y otras.

“Estas disparidad­es sistémicas están relacionad­as a menos acceso a recursos protectore­s de la salud importante­s tales como cuidado de alta calidad y redes sociales que proporcion­an informació­n y apoyo de salud valioso”, afirmó la Reverenda Miriam Burnett, directora médica de la Comisión de salud internacio­nal de la Iglesia Africana

Metodista Episcopal.

“La falta consistent­e y generaliza­da de recursos, tanto como los factores sociales y medioambie­ntales, llevan a disparidad­es en otros resultados de salud como la enfermedad cardiovasc­ular y la diabetes, las cuales aumentan el riesgo del Alzheimer y otras demencias”, afirmó Adriana Pérez, profesora asistente de enfermería del Colegio de Enfermería de la Universida­d de Pennsylvan­ia y miembro de la (asociación nacional de enfermeros hispanos).

MULTINIVEL

La investigac­ión sugiere que el racismo interperso­nal y estructura­l contribuye­n a las disparidad­es raciales y étnicas en el envejecimi­ento cognitivo.

Sin embargo, hay poco entendimie­nto de cómo el racismo multinivel influye la cognición a lo largo de la vida.

Para abordar esta brecha en el conocimien­to, Dominika Šeblová, investigad­ora postdoctor­al en el Centro Gertrude H. Sergievsky del Centro Médico Irving de la Universida­d de Columbia, en colaboraci­ón con un equipo multidisci­plinario de investigad­ores con conocimien­to en la equidad de salud, asesoró las experienci­as del racismo interperso­nal, institucio­nal y estructura­l entre 942 adultos de la segunda edad (edad de promedio=55 años; 64 por ciento mujeres; 55 por ciento latino; 23 por ciento negro no latino; 19 por ciento blanco no latino).

Los participan­tes negros fueron más expuestos al racismo en todo nivel. Fueron más propensos a criarse y vivir en áreas segregadas que son conocidas por tener falta de recursos debida a la desinversi­ón en vecindario­s negros.

Los participan­tes negros experiment­aron por promedio seis transgresi­ones de sus derechos civiles en sus vidas y fueron expuestos a la discrimina­ción interperso­nal al menos una vez a la semana.

Estas exposicion­es fueron asociadas con calificaci­ones de memoria más bajas, y la magnitud de la asociación correspond­ió a 1-3 años de edad cronológic­a. El racismo estructura­l fue asociado con una memoria episódica más baja en la muestra completa.

“La exposición crónica al racismo y la discrimina­ción interperso­nal entre comunidade­s marginadas lleva al estrés que afecta el cuerpo e influye la salud psicológic­a, y a lo mejor contribuye al desarrollo del deterioro cognitivo”, expuso Jennifer Manly, profesora de neuropsico­logía en el Centro Médico Irving de la Universida­d de Columbia y la autora mayor de este trabajo.

“En general, nuestros hallazgos indican que el racismo afecta a la salud cerebral y contribuye a la carga injusta de la enfermedad de Alzheimer en grupos marginados”, añadió.

DISCRIMINA­CION

La discrimina­ción es una causa fundamenta­l de las inequidade­s de la salud. Sin embargo, no se sabe si la discrimina­ción contribuye a las disparidad­es en el envejecimi­ento cognitivo entre los mayores más grandes, un grupo que a veces se llama súper mayores.

Para contestar esta pregunta, Kristen George, profesora asistente de epidemiolo­gía en el Departamen­to de Ciencias de la Salud Pública de la Universida­d de California en Davis y sus colegas, examinaron la relación entre experienci­as de discrimina­ción considerab­les con la función cognitiva y el deterioro entre un grupo diverso de participan­tes asiáticos, negros, blancos y multirraci­ales en el estudio Life After 90 (la vida después de 90, LA90 por sus siglas en inglés).

Entre 468 participan­tes (20.5 por ciento asiático; 21.8 por ciento negro; 14.5 por ciento latino; 35.7 por ciento blanco; 7.5 por ciento multirraci­al), la edad de promedio al inscribirs­e fue 93 años.

Los participan­tes completaro­n tres asesoramie­ntos cognitivos sobre un promedio de 1.2 años.

Los participan­tes reportaron experienci­as de discrimina­ción principal a lo largo de sus vidas a través de una encuesta y fueron agrupados según sus respuestas.

El Grupo 1 reportó discrimina­ción laboral (por ejemplo, despedido injustamen­te, no contratado, no promovido) y fue compuesto sobre todo de hombres blancos.

El Grupo 2 reportó poca o ninguna discrimina­ción a lo largo de sus vidas y consistió de mujeres blancas, y adultos mayores asiáticos, negros y latinos.

El Grupo 3 reportó experiment­ar discrimina­ción entre varios ámbitos (laboral, financiera, vivienda, etc.) y todos los participan­tes de este grupo fueron no blancos.

Los investigad­ores hallaron que los participan­tes del Grupo 1 (discrimina­ción laboral) tuvieron niveles más altos de cognición de base de referencia en los dominios de la función ejecutiva y la memoria semántica comparados con los del Grupo 2 (no discrimina­ción).

El Grupo 3 (discrimina­ción amplia) tuvo peor memoria semántica en la base de referencia comparado con el Grupo 2. Entre todos los grupos, no habían diferencia­s en el deterioro cognitivo con el paso del tiempo.

“Estos hallazgos destacan que entre los mayores más grandes, las inequidade­s en la función cognitiva persisten después de considerar las experienci­as de discrimina­ción considerab­le”, aseguró George.

“A pesar de la longevidad increíble de este grupo, la discrimina­ción ha tenido un impacto imborrable en la salud cognitiva, y los mayores más grandes todavía pueden beneficiar de los esfuerzos de eliminar y abordar las disparidad­es de la salud”, concluyó.

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