CUANDO EL RIO SUENA
Hace unos días y poco antes de la fecha límite del 30 de septiembre el Gobierno Federal anunció que para el siguiente año los Estados Unidos recibirán a unos 125,000 refugiados que han sido desplazados por diferentes motivos.
El anuncio oficial, que fue dado a conocer por el Departamento de Estado, indica que con esta cifra se busca recibir en el país a quienes se han visto afectados por los motivos bélicos y de otra índole.
Este mismo año y luego de la invasión de Rusia a Ucrania, por nuestra región pasaron no pocos ciudadanos de este último país que escaparon de la guerra para buscar un mejor horizonte.
Sin embargo, a diferencia de personas de otros países, especialmente latinoamericanos, los ucranianos pudieron pasar casi sin problema alguno a los Estados Unidos.
Mientras tanto, familias enteras han quedado divididas no solo en nuestra región sino en muchas otras partes del país debido al retraso en el procesamiento de las solicitudes de residencia permanente.
Hay casos en los que las familias han tenido que dejar atrás a sus miembros por los excesivos trámites burocráticos impuestos por el Departamento de Estado y el Departamento de Seguridad Nacional a la hora de solicitar legalmente el ingreso a los Estados Unidos.
Por ejemplo, los ciudadanos mexicanos están obligados a ser ubicados en alguna categoría para poder siquiera solicitar la residencia permanente en el país.
Luego de años de espera, esos mismos ciudadanos extranjeros son obligados a invertir cantidades importantes de dinero tanto en las solicitudes como en el cumplimiento de los requisitos y sin olvidar el viaje, la estancia y los gastos que generan estos trámites.
A esta situación habría que añadir los retrasos en la solicitud de otros trámites como entre los aspirantes a convertirse en usuarios del carril Sentri a cargo de la oficina de Protección de Aduanas y Fronteras. Estos solicitantes deben esperar meses para que sus solicitudes serán procesadas y aceptadas.
Algo similar ocurre con los ciudadanos bajacalifornianos que solicitan tarjetas de cruce fronterizo. Debido a la falta de personal y a la enorme cantidad de solicitudes, el Gobierno Federal simplemente se ha visto superado y sin que los encargados de la actual administración o de las pasadas hagan algo para resolver la situación.
A pesar de que el Partido Demócrata cuenta todavía con la mayoría, tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado, el sistema de inmigración permanece prácticamente sin cambios a pesar de la demanda de activistas y de personas afectadas por el mal servicio.
Por ello, causa curiosidad que el gobierno estadounidense sea tan complaciente con los desplazados que llegan a sus fronteras y que casi sin problema alguno pueden llegar a suelo americano, mientras otros sufren penurias para conseguir el mismo propósito.
Queda claro que ni el presidente Joe Biden ni sus compañeros de partido tienen la voluntad o el deseo de arreglar el sistema migratorio a pesar de contar con la mayoría en el Congreso. Todo apunta a que luego de las elecciones de noviembre, cuando los votantes elijan a una posible mayoría Republicana en el congreso, el asunto de la inmigración se verá en mucha mayor dificultad para resolverse. Habrá qué esperar al menos varios años más para ver una solución.