Adelante Valle

COMUNICACI­ÓN Y LIDERAZGO

- ARTURO BOJÓRQUEZ

En esta columna, nuevamente abordo el tema del Centro Médico Regional de El Centro, pero desde una perspectiv­a totalmente distinta y dados los recientes acontecimi­entos en torno al asunto.

En pocas palabras, los Concejales de El Centro, que a su vez se desempeñan como miembros de la Junta Directiva del ECRMC, han mostrado debilidad, contraried­ades, fallas graves de comunicaci­ón y poco liderazgo, cuando menos, hasta antes de la conferenci­a de prensa reciente.

Si desde un inicio le hubieran informado al público sobre los problemas financiero­s y operativos internos del hospital, se hubieran ahorrado muchos dolores de cabeza. Sin embargo, a pesar de que varios de los concejales llevan años dentro de la actividad política, demostraro­n un error garrafal y casi infantil, al olvidar que comunicaci­ón es poder.

Primero, le dijeron al público que los servicios de obstetrici­a y ginecologí­a locales se iban a fusionar con los del hospital Memorial de los Pioneros, para que luego funcionari­os del hospital de Brawley revelaran que, en realidad, fueron simplement­e informados del cierre de los costosos y poco utilizados servicios en El Centro. Antes, las autoridade­s locales decidieron echar fuera a los anteriores directivos del hospital, incluido el Director Ejecutivo, para asumir las funciones de la mesa directiva y designar a un consultor como encargado del hospital.

Ante el vacío informativ­o, los rumores no se hicieron esperar. Además, habría qué agregar que hubo personal de los servicios maternoinf­antiles que se quedó sin empleo debido a que no logró ser reubicado en otro hospital, al menos temporalme­nte.

Luego, las autoridade­s anunciaron la cancelació­n de la designació­n como hospital base, que sirve para guiar al personal de emergencia a la hora de trasladar pacientes, lo que llevó al público a pensar en el fin de los servicios de emergencia. Para empeorar la situación, al día siguiente del anuncio y haber detonado la bomba de pánico entre la comunidad, las mismas autoridade­s afirmaron que la solicitud había quedado rescindida.

La gravedad del asunto obligó al Condado, dentro de cuya jurisdicci­ón se encuentran los Servicios Médicos de Emergencia de la región, a intervenir, al convocar a un evento donde se analizó la situación y sus posibles soluciones a futuro para mantener los servicios hospitalar­ios del Valle Imperial.

Como bien lo expusieron las autoridade­s locales durante la conferenci­a de prensa realizada en el hospital de El Centro, la mala situación financiera no es nueva. El problema más grave fue que el asunto se conoció hasta que las autoridade­s reaccionar­on. Es decir, las acciones no han sido proactivas, sino reactivas. Y ese es un signo muy serio de debilidad.

En esa misma conferenci­a, las autoridade­s pidieron la confianza de la población y evitar hacer caso a los rumores que circulan principalm­ente en redes sociales. En el evento afirmaron que toda la informació­n concernien­te a la situación del hospital se encuentra en los sitios de internet oficiales. En teoría, un buen ciudadano preocupado por el problema acudirá a leer documentos y escuchar declaracio­nes de las autoridade­s sobre el tema para estar bien informado. Pero seamos honestos: la mayoría de la población llega a su casa a tomar una cerveza o un café, cenar, realizar algunas actividade­s del hogar, ver la televisión y descansar para estar listos para volver a la rutina al día siguiente.

Si El Centro tuviese líderes de verdad al frente del gobierno local, toda esa informació­n debió diseminars­e antes de emprender cualquier acción que afecte al hospital y a la comunidad. Ese es deber y responsabi­lidad no solamente de las autoridade­s locales, sino de todo aquél que haya sido electo por el votante o que tenga bajo su cargo decisiones trascenden­tales que impactan a la comunidad para la cual trabajan.

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