Hombre de 28 años mantiene esperanza mientras espera corazón nuevo
Felix Aguirre siempre ha sido apegado a su familia. El mayor de cuatro hermanos, se le conoce por poner las necesidades de sus familiares por encima de las de él. El diagnóstico reciente de insuficiencia cardíaca fortaleció esos lazos.
A Aguirre le surgieron sus problemas cardíacos en diciembre 2014 cuando, poco antes de Navidad, se enteró que tenía insuficiencia cardíaca — el resultado, le dijeron, de una infección pulmonar que se le trasladó al corazón.
Para el hombre que entonces tenía 25 años, los seis meses que siguieron fueron simple y llanamente una pesadilla. Su estado de salud empeoró y tuvo que ingresar al hospital varias veces, dos o tres días cada vez.
“(El personal médico) me dijo que no podían hacer nada más”, dijo Aguirre, quien vive en Dallas. “Que o me iba a la casa bajo cuidados paliativos, o, este, [podría] esperar allí en el hospital y, supongo, morirme allí”.
Los médicos de Aguirre le dijeron que necesitaba un dispositivo de asistencia ventricular izquierda, una bomba que se implanta con un procedimiento quirúrgico que ayuda a la cámara principal del corazón a distribuir sangre al resto del cuerpo. Por fin, en agosto 2016, le colocaron la bomba. El cambio fue inmediato.
“Su corazón estaba tan débil — se debilitó tanto durante esos dos años — que requirió cada vez más el uso de una medicina intravenosa para ayudar a su corazón bombear de forma más fuerte”, dijo el doctor Mark H. Drazner, el director médico de los programas de trasplante de corazón y de dispositivos de asistencia ventricular izquierda del UT Southwestern Medical Center en Dallas, donde se trató Aguirre. Pero esas medicinas solo ayudan por un plazo corto, dijo Drazner.
Ésa no fue la única dificultad que enfrentaba la familia. Mientras Aguirre batallaba con insuficiencia cardíaca, su padrastro murió de cáncer del cerebro.
“Fue simplemente horrible”, dijo Aguirre.
En medio la adversidad, también existía un poco de felicidad: Aguirre le propuso matrimonio a su novia, Juanita Sánchez, y la pareja, que se habían conocido por amistades mutuas de la secundaria, se casaron en noviembre 2016.
Sánchez y Aguirre habían estado juntos por dos años cuando a él le diagnosticaron con insuficiencia cardíaca. Ella dijo que fue devastador ver al hombre enérgico y aventurero que había conocido verse obligado a dejar de trabajar. Además, las frustraciones por su salud lo dejaron deprimido, aletargado y malhumorado.
“Por ser jóvenes, realmente no sabíamos, o yo no sabía, a qué nos enfrentábamos o qué tan rápido iban a cambiar las cosas”, dijo la mujer de 26 años, quien es una representante de cobros tributarios para el condado de Dallas.
Pero Sánchez estaba decidida a permanecer junto a Aguirre independiente de lo les pudiera esperar. Sus familiares y sus amistades los alentaron, con su apoyo, pero también ayudándolos a planificar su boda.
Ahora, el foco es apoyar a Aguirre mientras espera un corazón nuevo.
Para prepararse para el trasplante, Aguirre, quien ahora tiene 28 años, ha empezado a ir al gimnasio a diario para perder peso. También ha hecho cambios significativos a su dieta; ha eliminado gradualmente la carne de puerco y la de res, y ha reducido su consumo de sal. Ahora come más pollo y ensaladas.
Su punto débil culinario, sin embargo, son los platillos mexicanos de su mamá, y de vez en cuando va a su casa para darse un gusto, pero solo un poco. (Para ayudar a su hijo, ahora ella cocina con menos sal.)
“Ha sido difícil”, dijo Aguirre. “Pero, o sea, sé que si no sigo [una dieta saludable ], sé que seré el que parará sufriendo”.
Sánchez dijo que admira la disciplina de su esposo. “No he visto a nadie luchar por su vida tan duro como (mi esposo)”, comentó. “Para mí, es como mi superhéroe”.
“Él es como el corazón de la familia”, agregó. “Todos quieren que gane”.
Aguirre ha vuelto a trabajar y lo promovieron recientemente a gerente en una tienda de refacciones para carros. Dice que se preocupa por lo que aguarda el futuro para él y su esposa. Quiere fortalecer su salud antes de que tengan hijos.
Ahora ve la vida con otros ojos. “Pensaba, este, vamos a parrandear…hay que divertirse, blah, blah, blah”, dijo. “Real y verdaderamente … lo que importa es la familia”.
Mientras espera un corazón, Aguirre dijo que, como en el pasado, se vale de su fe para ayudarle a mantener una perspectiva positiva.
“Todo lo que necesitábamos era esperanza”, dijo.
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