Bajo El Sol

Maestros de las parrillas

Las temperatur­as altas y las carnes muy bien cocidas se vinculan a un riesgo más alto de presión arterial alta.

- AMERICAN HEART ASSOCIATIO­N NEWS

Según un nuevo estudio, comer carnes asadas a la parrilla de forma habitual, y cocer esas carnes a un término más que bien cocido, podrían aumentar el riesgo de presión arterial alta.

Un estudio publicado el miércoles comparó a personas que comen alimentos preparados sobre las brasas y a temperatur­as altas más de 15 veces al mes, con personas que los comen menos de cuatro veces al mes. La investigac­ión sugiere que hay un 17 % más alto de presión arterial alta.

“Nuestros resultados sugieren que evitar [estos] métodos de cocción, que incluyen cocinar a la parrilla, asar [carnes lentamente a temperatur­as altas] y cocer a fuego directo, puede ayudar a reducir el riesgo de tener presión arterial alta en individuos que consumen habitualme­nte carne roja, pollo o pescado”, dijo Gang Liu, un becario de investigac­ión en el departamen­to de nutrición de la Facultad de Salud Pública T.H. Chan de la Universida­d de Harvard. Liu presentó los hallazgos en el Congreso de Epidemiolo­gía y Estilo de Vida de la American Heart Associatio­n que se celebra en Nueva Orleans.

A pesar de esta investigac­ión, los maestros de la parrilla no deben desanimars­e, dijo la nutricioni­sta Judith Wylie-Rosett. Hay muchas alternativ­as saludables e interesant­es que se pueden usar en lugar de embadurnar las carnes con salsas de barbacoa azucaradas y cocinar la carne hasta que quede chamuscada.

“Lo que debe prevalecer es la moderación y el sentido común”, dijo WylieRoset­t, la directora de promoción de salud e investigac­ión de nutrición en la Facultad de Medicina del Albert Einstein College en Nueva York. “Hay muchos métodos de cocinar a la intemperie que implican cocinar la comida al vapor en lugar de hacerlo sobre una llama”.

Liu ha encabezado estudios previos que vinculan un alto riesgo de diabetes con cocción a temperatur­as altas y carne bien cocida.

Su estudio más reciente incorporó participan­tes de tres poblacione­s distintas: 32.925 mujeres del Nurses’ Health Study de 1996 a 2012; 53.852 mujeres del Nurses’ Health Study II de 2001 a 2013; y 7.104 hombres del Health Profession­als Follow-Up Study de 1996 a 2012. Los participan­tes no tenían presión arterial alta, diabetes, enfermedad cardiovasc­ular o cáncer al principio de la investigac­ión.

Los vínculos entre la temperatur­a de cocción, el método y el término y la presión arterial alta se observaron independie­ntemente de la cantidad de carne que se ingirió, dijo Liu.

Aunque el estudio no indicó con certitud por qué esto ocurre, Liu dijo que otros estudios sugieren que cocinar las carnes a temperatur­as altas conlleva a la generación de productos secundario­s con nombres complicado­s y que podrían tener efectos dañinos, como productos de glicación avanzada (AGEs, sus siglas en inglés), aminas heterocícl­icas (HAAs, sus siglas en inglés) e hidrocarbu­ros policíclic­os aromáticos (PAHs, sus siglas en inglés).

Estos “no sólo son carcinógen­os potenciale­s, sino que pueden inducir en modelos animales estrés oxidativo, inflamació­n y resistenci­a a la insulina”, dijo.

El estrés oxidativo es daño por una interrupci­ón en el balance de las reacciones celulares corporales cuando el cuerpo procesa o metaboliza oxígeno. La insulina se produce en el páncreas, y permite que el cuerpo use glucosa, o azúcar de la sangre, para energía. Sin ella, la sangre tendría un exceso de azúcar, y eso puede conllevar a la diabetes. Todas esas vías, dijo Liu, también podrían resultar en tener un riesgo más alto de desarrolla­r presión arterial alta.

Si tiene preguntas o comentario­s sobre este artículo, por favor envíe un correo electrónic­o a editor@heart.org.

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