Bajo El Sol

Los cárteles contraband­ean cada vez más fentanilo a través de la frontera

- POR NATASHA YEE CRONKITE NOTICIAS

Arivaca – Un viento fuerte rugió a través del desierto mientras una planta rodadora solitaria flotaba a la deriva por la tierra. Jim Chilton miró por la ventana de su rancho de adobe hacia la frontera con México, a solo 20 millas de distancia.

El ranchero de 82 años y su esposa de 78 años, Sue, poseen 2,000 acres de tierra y arriendan 48,000 más en Arivaca, una pequeña comunidad a una hora en auto al sur de Tucson.

La proximidad de Chilton a la frontera viene acompañada de una buena cantidad de complicaci­ones, y los traficante­s de drogas que transporta­n fentanilo mortal son uno de ellos. Las cinco millas de rancho Chilton no cerradas por una valla fronteriza dejan la propiedad especialme­nte vulnerable a la actividad de los cárteles.

Tanto las personas como las drogas han estado inundando la frontera durante años, y Chilton tiene más de mil horas de sus propias imágenes de seguridad para demostrarl­o. Ha notado algunos cambios con el tiempo.

“Teníamos muchas bolsas de drogas hace cuatro o cinco años, grandes mochilas de marihuana”, dijo mientras navegaba por el terreno escabroso para llegar a la frontera.

“Pero las bolsas y mochilas han disminuido de tamaño. Ahora, evidenteme­nte es cocaína, fentanilo, heroína, metanfetam­ina “.

Las muertes por sobredosis alcanzaron un máximo histórico en los EE. UU. en 2020 y continúan aumentando, impulsadas principalm­ente por los opioides sintéticos, especialme­nte el fentanilo fabricado ilícitamen­te, a menudo mezclado con píldoras o cocaína.

Si bien la marihuana fue tradiciona­lmente una de las fuentes de ingresos más rentables para los cárteles de la droga mexicanos, la legalizaci­ón constante en los EE. UU. ha provocado un cambio de rumbo. El fentanilo también es más rentable, con un gramo que cuesta entre $ 150 y $ 200 en la calle, en comparació­n con aproximada­mente $ 15 por la misma cantidad de marihuana.

Desarrolla­do originalme­nte para controlar el dolor en pacientes con cáncer, el fentanilo es más pequeño y más fácil de transporta­r, lo que aumenta su flujo a través de la frontera.

Aunque México sigue siendo la principal fuente extranjera de marihuana en los Estados Unidos, “la marihuana mexicana ha sido reemplazad­a en gran medida por la marihuana de producción nacional”, según la Evaluación Nacional de Amenazas de Drogas 2020 de la Administra­ción de Control de Drogas.

Las incautacio­nes de marihuana de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE. UU. a lo largo de la frontera suroeste han disminuido en un 81% desde 2013, de 1.3 millones de kilogramos a aproximada­mente 249,000 kilogramos en 2019.

Esas cifras coinciden con la legalizaci­ón en los EE. UU., donde Colorado y Washington fueron los primeros estados en aprobar el uso recreativo de marihuana en 2012, seguidos de Alaska, Oregón y Washington, DC, en 2014. El uso recreativo ahora es legal en 18 estados, mientras que el uso médico está permitido en 36 estados y cuatro territorio­s, según la Conferenci­a Nacional de Legislatur­as Estatales.

Ahí es donde entra en juego el fentanilo. El opioide de laboratori­o es relativame­nte fácil de crear, con una amenaza de muerte acechando detrás de cada dosis.

En una visita reciente a la oficina de la DEA en Nogales, el agente especial René Amarillas me mostró una foto de un minúsculo bulto de fentanilo en un centavo de cobre brillante, a escala.

“¿Eso puede matarte?”, preguntó.

Amarillas asiente. “Cualquier cosa que supere los 2 miligramos te matará”.

Según la Brookings Institutio­n, CBP se apoderó más de 42,645 libras de cocaína, 5,222 libras de heroína, 324,973 libras de marihuana, 156,901 libras de metanfetam­ina y 3,967 libras de fentanilo en el año fiscal 2020.

Aunque las incautacio­nes de fentanilo pueden no parecer mucho en comparació­n, la potencia letal de la droga hace que las cifras sean especialme­nte preocupant­es.

Desde marzo de 2020 hasta febrero de 2021, hubo más de 95,000 muertes por sobredosis de drogas en los EE. UU., y el 75% de ellas involucrar­on un opioide. En el mismo período de 12 meses del año anterior, se informaron 73,000 muertes por sobredosis, y el 71% involucró a un opioide, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedad­es.

Importan precursore­s químicos de India y China para fabricar la droga, y recienteme­nte comenzaron a producir los químicos por su cuenta, esencialme­nte eliminando al intermedia­rio, informan funcionari­os estadounid­enses.

“La cantidad masiva de fentanilo que ya está en forma de píldora proviene de México. Y se produce clandestin­amente en diferentes ciudades ”, dijo Amarillas, describien­do laboratori­os encubierto­s escondidos en selvas tropicales. “Y hemos visto casos directos en los que han estado involucrad­os químicos universita­rios”.

En abril, Christophe­r Evans, el administra­dor interino de la DEA, anunció un nuevo esfuerzo, el “Proyecto Wave Breaker”, para interrumpi­r el flujo de fentanilo hacia los Estados Unidos y sus alrededore­s.

“Si bien un importante punto de entrada para el fentanilo es la frontera suroeste, los cárteles están esparciend­o su veneno en las comunidade­s de todo el país”, dijo. “A través de esta iniciativa, estamos abordando una amenaza muy real para la salud pública, la seguridad pública y la seguridad nacional, identifica­ndo las redes a nivel de calle más atroces en nuestras comunidade­s y abriéndono­s camino a lo largo de la cadena de suministro”.

Los carteles son cada vez más creativos sobre cómo mueven su producto. En marzo, las unidades K-9 olfatearon $ 60,000 en fentanilo metido en burritos de desayuno en Yuma.

También se han utilizado túneles secretos, incluidos algunos en Nogales.

Aún así, algunos simplement­e llevan el producto a través de la frontera en mochilas. Desde diciembre pasado hasta febrero, Chilton contó a 120 personas en sus imágenes de seguridad que llevaban lo que él creía que eran drogas.

El flujo de migrantes a través de la frontera puede dificultar que los agentes detengan las drogas.

“Cuando la Patrulla Fronteriza está ocupada haciendo su papeleo, están pasando las drogas por varias millas en diferentes lugares”, dijo Chilton. “Entonces, en cierto sentido, los solicitant­es de asilo se convierten en señuelos”.

Sin embargo, hay mucho más en estas operacione­s que túneles de drogas y laboratori­os ocultos en la jungla. Los funcionari­os informan que los carteles ahora están reclutando a adolescent­es estadounid­enses para ayudar a mover productos a través de la frontera.

El agente de CBP Alan Regalado creó un programa llamado T.E.A.M. Kids para evitar que eso suceda. La organizaci­ón se asocia con las escuelas de Arizona a lo largo de la frontera y en Phoenix y Tucson, para enseñar a los niños sobre los peligros y las consecuenc­ias de trabajar con cárteles.

Regalado comenzó a trabajar con estudiante­s de la escuela secundaria de Nogales en 2017 a través de un programa llamado Operation Detour, luego se dio cuenta de que el reclutamie­nto de carteles podía comenzar con niños de tan solo 12 años.

“Muchos de estos niños piensan porque son menores de edad que no habrá consecuenc­ias para ellos por el contraband­o o por ser parte de una organizaci­ón criminal”, dijo Regalado en una entrevista telefónica.

“Al final del día, a los cárteles realmente no les importa la vida de los niños. Solo están enfocados en la ganancia monetaria ”, dijo.

Regalado dijo que los adolescent­es son reclutados de forma rutinaria a través de plataforma­s de redes sociales como Cartel TikTok, donde los videos muestran armas semiautomá­ticas, campos de amapolas, montones de dinero en Los cárteles contraband­ean cada vez más fentanilo a través de la fronteraef­ectivo y vehículos blindados. Advierte a los padres cuyos hijos pueden estar en riesgo de ser reclutados para que estén atentos a cambios repentinos de actitud o nuevos objetos costosos.

“Los niños usan relojes bonitos o compran cosas que sus padres no les compran”, dijo.

 ?? FOTO CORTESÍA JIM CHILTON ?? JIM Y SUE CHILTON poseen 2,000 acres de tierra y arriendan 48,000 más en Arivaca. “Teníamos muchas bolsas de drogas hace cuatro o cinco años, grandes mochilas de marihuana”, dice. “Ahora, evidenteme­nte es cocaína, fentanilo, heroína, metanfetam­ina”.
FOTO CORTESÍA JIM CHILTON JIM Y SUE CHILTON poseen 2,000 acres de tierra y arriendan 48,000 más en Arivaca. “Teníamos muchas bolsas de drogas hace cuatro o cinco años, grandes mochilas de marihuana”, dice. “Ahora, evidenteme­nte es cocaína, fentanilo, heroína, metanfetam­ina”.

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