Solicita a universitarios votos sin ofrecer reducciones en préstamos
El aspirante a la Presidencia de EU utiliza su propia experiencia de uso estudiantil como imán, pero ante el Senado se ha opuesto a disminución de tarifas de pago
Austin — Cuando Ted Cruz lanzó su precandidatura para la Casa Blanca en la Universidad Liberty, dijo a los asistentes: “probablemente todos ustedes pueden identificarse” con el préstamo estudiantil por más de 100 mil dólares que él acumuló durante sus estudios superiores y que terminó de pagar hace unos cuantos años.
A partir de entonces ha solicitado el apoyo de alumnos de cuarto año endeudados con préstamos estudiantiles y asustados ante las perspectivas de saldar su deuda.
Pero Cruz no ha presentado ningún plan destinado a reducir el costo de la universidad y, en el Senado, se opuso a permitir que millones de estadounidenses redujeran los abonos a sus préstamos para estudios superiores.
Cuando ejercía como abogado particular en Houston, Cruz contribuyó a representar a un prestamista que acudió a la Suprema Corte a fin de impedir que un hombre de Arizona no pagara los intereses sobre sus préstamos estudiantiles declarándose en quiebra.
La media hermana de Cruz, Roxana, pidió prestados aproximadamente 35 mil dólares antes de graduarse en 1991 en la facultad de medicina de la Universidad de Boston para luego impugnar años de órdenes judiciales en dos estados, antes de por fin solucionar extrajudicialmente el caso pagando más de 64 mil 400 dólares. Nada de lo anterior facilita al senador texano ganarse a los votantes jóvenes.
Muchos acudieron a las reuniones electorales que Cruz ganó, pero, en general, a partir de entonces en muchas entidades no ha votado gran número de republicanos menores de 30 años.
En promedio, el 27 por ciento de los menores de 30 han apoyado a Cruz en todos los estados con sondeos a la salida de las urnas, a comparación del 30 por ciento que se ha manifestado a favor de su rival republicano Donald Trump. Los préstamos estudiantiles pueden constituir un tema delicado para los precandidatos.
Trump ha ofrecido pocas ideas pensadas en suavizar la deuda estudiantil, salvo para decir que el Gobierno federal no debe lucrar con tales préstamos.
El verano pasado la demócrata Hillary Clinton presentó un plan de 350 billones de dólares con el propósito de hacer más accesible la universidad, sólo para ser motivo de extensas burlas tras preguntar vía Twitter: “¿cómo te hace sentir tu deuda por el préstamo estudiantil? Dinos en tres emojis o menos”.
El otro demócrata en la contienda, Bernie Sanders, ha sido quien más ha abordado el asunto mediante un caro plan destinado a la educación universitaria gratuita.
Alessandra Gennarelli, alumna de segundo año en la Universidad de Texas y codirectora de Millennials a Favor de Cruz, señala que las dificultades que el propio precandidato tuvo con la deuda universitaria contribuyen a que la gente se identifique con él y no sentirse molesta por el hecho de que Cruz no tenga ningún plan para reducir los costos de los estudios superiores.
“Lo principal es arreglar la economía”, dijo.